SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El pan nuestro de cada dí­a

En el fondo, la cosa es muy sencilla. Está todo inventado, a lo sumo hay que introducir algunas sofisticaciones a un sistema que, afirman algunos, arranca en los tiempos de esplendor de la Democracia Cristiana triunfante y gobernante en la Italia de la posguerra. Se trata de la financiación irregular o ilegal (lo que Ud. prefiera) de los partidos políticos.

Sintéticamente: contacto entre empresa que pretende adjudicación de contrato con persona que en el partido de turno lleve el tema de la recolecta de “contribuciones voluntarias”. El partido de turno es el que ostenta cuota de poder suficiente, en cualquier nivel de la administración, para adjudicaciones. Realizada la operación con éxito, el pagador paga y el receptor recibe. Puntos importantes: el contrato adjudicado siempre tiene un extracoste (la famosa comisión o “mordida”, el famoso tres por ciento de la discusión, amistosa eso sí, entre Maragall y Mas) que va al precio final y que siempre paga el consumidor o usuario. Aquí no hay comidas gratis, siempre paga alguien. Segundo punto: la cantidad recibida por el tesorero o gerente del partido será derivada a la contabilidad B y por ello hablar de hacer “striptease” con la contabilidad oficial es tomarnos el pelo. Depositada allí ¿para qué se utilizará? Pues la experiencia más actual, es decir el caso Bárcenas-Gürtel muestra razonables indicios de que, aparte de utilizarlos para actos, sobre todo electorales, hay también otra porción que va a sobresueldos. Que se declaren o no a Hacienda es algo que en este relato no interesa aunque es asunto interesante.

Otra parte de lo que ha recibido el gerente de turno o similar va a su bolsillo, lo cual puede ayudar a entender algo de lo que está pasando aquí y ahora. Y va a su bolsillo por una razón muy sencilla: ese gestor tiene el alto riesgo de que, si el pastel es descubierto, se quedará sólo, nadie de sus colegas le defenderá. Al contrario, lo estamos viendo, lo negarán como Pedro al Maestro en el Huerto de los Olivos. Por ello, esa comisión será muy importante. Alto riesgo, alta rentabilidad. Elemental. También lo estamos viendo. Todos, empezando por el presidente del partido de turno, negarán conocer algo. Si en su momento vieron algo habrán dicho algo así como “A mí no me contéis nada, no quiero saber nada de esto”. A partir de que el tema salga a la luz, defensa numantina y preguntas del tipo de “¿A quién cree Ud. a XX (alto o altísimo cargo) o a un delincuente, ya ni presunto, que ha mentido y está en la cárcel? Todo ello acompañado de grandes campañas en los medios, la mayor parte de ellos siempre dispuestos a auxiliar al “vencedor”. Tampoco nada nuevo, lo que ocurre es que ahora cada vez hay más gente que cree más al segundo que al primero. ¿Vox populi, vox Dei?

Nada nuevo en el caso que nos ocupa. Tan sólo seguramente la dimensión del mismo y el enorme rechazo de una ciudadanía harta y harta de estas y similares cosas y casos. Nada nuevo. El lector interesado puede repasar el caso Filesa- Malesa-Time Export de hace años con sentencia condenatoria a gentes del PSOE por financiación ilegal. Entre ellos un señor Flores que ha publicado un libro y que avanzó un capítulo del mismo hace un par de semanas explicando esa trama. Lo de ahora suena a algo ya visto. “Nihil novum sub sole”. Ya que estamos con latín, “Quosque tandem abutere Catilina patientiam nostram?” “¿Hasta cuándo abusarás de nuestra paciencia, Catilina?” Famoso grito de Marco Tulio Cicerón.

Deja una respuesta