El nuevo traje de la canciller Merkel

«La crisis de autoridad de Merkel tiene mucho que ver con la forma en que se manejó la crisis del euro. Durante meses, se opuso al plan de rescate griego, y a ayudar a otros miembros endeudados. Así­ que la mayorí­a de los europeí­stas de su partido le critican su resistencia inicial, mientras que los euroescépticos la llevaron a tomar la decisión de ceder» (BREAKING VIEWS)

DIARIO DEL PUEBLO.- El estallido de la crisis de la deuda griega demostró que la tormenta financiera global se trasladó de EEUU a Euroa, y que la crisis de las hipotecas incobrables de EEUU se metamorfoseó en la crisis de la deuda soberana de Europa. Es probable que la crisis también afecte a otros países europeos y a Japón. Los problemas intestinos del sistema quedan pendientes de solución, y los poderosos grupos de interés procurarán trasladar los efectos nocivos a otras latitudes. En consecuencia, China debe tomar precauciones para evitar que una crisis similar se desarrolle en su territorio. R. Unido. Breaking Views El nuevo traje de la canciller Pierre Briançon El desastre se ha evitado, pero la crisis se ha profundizado. En lo que debería haber sido una formalidad, Angela Merkel luchaba por su candidato Christian Wulff, elegido para ocupar la presidencia honorífica alemana. Nunca desde la Segunda Guerra Mundial, la contienda presidencial, por lo general aburrida, había generado tanto interés. Debido en parte a la fuerte personalidad de su oponente, Joachim Gauck, un pastor y ex activista anticomunista en Alemania Oriental. Merkel acusa una crisis de decisión. Es pronto para desentrañar a la canciller. Sólo nueves meses después de que el Gobierno de coalición comenzó a prepararse para unas elecciones difíciles. Las diferencias entre su partido conservador CDU y sus aliados liberales de la FDP nunca habían sido tan profundas y han perdido apoyos importantes en las elecciones regionales. Esto se debe en gran medida no sólo al programa político de FDP, de bajada de impuestos, sino también por la mirada inquietante que muestra frente al nuevo entorno y cómo Alemania intenta mostrarse frente al resto de Europa con su política de reducción del déficit. Pero la crisis de autoridad de Merkel tiene mucho que ver con la forma en que se manejó la crisis del euro. Durante meses, se opuso al plan de rescate griego, y a ayudar a otros miembros endeudados. Así que la mayoría de los europeístas de su partido le critican su resistencia inicial, mientras que los euroescépticos la llevaron a tomar la decisión de ceder. El consuelo de la canciller está en sus aliados de FDP, más impopulares que ella. Pero hay un riesgo de que quiera recuperar su popularidad por la vía fácil: aplazando las reformas, con un discurso duro en el escenario europeo e impulsando una cruzada populista para regular a los especuladores, los banqueros y los mercados de forma indiscriminada. Para sus socios europeos, no hay nada que celebrar. BREAKING VIEWS. 2-7-2010 China. Diario del Pueblo La batalla por alejar la crisis en China apenas comienza Yang Fan El estallido de la crisis de la deuda griega demostró que la tormenta financiera global se trasladó de EEUU a Europa, y que la crisis de las hipotecas incobrables de EEUU se metamorfoseó en la crisis de la deuda soberana de Europa. Es probable que la crisis también afecte a otros países europeos y a Japón. Los problemas intestinos del sistema quedan pendientes de solución, y los poderosos grupos de interés procurarán trasladar los efectos nocivos a otras latitudes. En consecuencia, China debe tomar precauciones para evitar que una crisis similar se desarrolle en su territorio. La causa directa de la crisis financiera fue la acumulación de la deuda. El volumen de la deuda pública de EEUU casi alcanzó el nivel de su Producto Interno Bruto (PIB). Grecia se arruinó cuando su deuda pública llegó al 113 por ciento de su PIB. La proporción en muchos países de Europa se aproxima al 100 por ciento. Una solución eficaz en estos casos es vender activos de propiedad estatal. Desafortunadamente, estos países no tienen mucho que vender, pues han efectuado extensas privatizaciones, además de enfrentar problemas demográficos en virtud de una población envejecida, que podría generar nuevos desastres. En comparación, China tiene una carga relativamente ligera de deuda, su población no es demasiado vieja todavía, su moneda no es libremente convertible y las herramientas financieras derivadas no se han desarrollado aún. De ahí que China quedara a buen recaudo de la vapuleada que significó la crisis financiera asiática de 1997 y de su similar en EEUU de 2007 a 08. Sin embargo, tampoco tiene mucho que celebrar. La estrategia china orientada a la exportación conduce a la ampliación a ciegas de la economía de mano de obra intensiva al servicio de la exportación en las áreas costeras. Sus políticas mercantiles dan lugar a la acumulación excesiva de moneda extranjera y a una ralentización en la actualización tecnológica. Los grupos de interés inmobiliarios han secuestrado la economía de China, y los monopolios privilegiados y la corrupción se acentúan con el paso del tiempo. Ambos conducen a pérdidas considerables para la economía china. Mientras tanto, la intelectualidad china vive inmersa en el falso sueño del liberalismo económico. Junto a una población que envejece por días irán esfumándose muchas ventajas de las que hoy disfruta China, donde todavía el progreso tecnológico, la democracia, el Estado de Derecho y ciertos valores morales consolidados, pugnan por echar raíz. El crecimiento económico de China se hará más pausado en la medida en que envejezca su población, y según otros países ganen en conciencia sobre esta posibilidad, se estará creando el caldo de cultivo apropiado para que estalle una nueva crisis financiera. Al yuan solamente le queda espacio de maniobra para una apreciación del 10 por ciento en los tres próximos años. La esencia del conflicto monetario entre China y EEUU no es el desequilibrio comercial, o hasta qué punto se puede apreciar el yuan, sino que dicho diferendo descansa en el cúmulo de expectativas que ha creado EEUU respecto a la tasa de cambio de la divisa china, factor que actúa como generador de las burbujas inmobiliarias del país asiático. Hay dos salidas para el capital de China. Una, la que supone que el mismo sea colocado dentro de la estrategia nacional, con el fin de desarrollar la economía real. La otra debe ser orientada por el mercado, y específicamente, procurar que el capital excedente, e incluso el capital industrial, sean absorbidos por una economía de burbuja creada por los monopolios de los grupos de interés y la especulación. Entre la clase media y los jóvenes de hoy median 30 años de ahorros que se evaporarán en la maraña que seguirá al derrumbe de la economía de burbuja. Además, sólo los ricos pueden comprar casas, lo que traerá aparejado el surgimiento de un gigantesco conglomerado de propiedades inmobiliarias. Como contrapartida, la mayoría de los jóvenes y de los trabajadores emigrantes tendrán que alquilar casas por toda la vida. En cuanto fenezca el ideal del esquema de propiedad socialista de vivienda, se agudizarán más aún los conflictos sociales. Por tanto, China debe tomar medidas continuadas para reducir los precios de la vivienda, llevándolos al nivel de hace de dos años, y tomar medidas administrativas para controlar su subida. Más importante aun, China no debe renunciar nunca a regular la tasa de cambio de moneda extranjera de proyectos capitales. Tampoco debe creer a pie juntillas en la denominada regulación consolidada, sino que más bien debe refrenar el desarrollo de los derivados financieros. Debe asimismo dejar de comprar bonos de EEUU con las reservas de moneda extranjera, y en su lugar readquirir las acciones de sus industrias estratégicas que hoy están en manos del capital extranjero. Debe también promover la inversión de ultramar, especialmente en el Sudeste de Asia y Australia, rigiéndose por la estrategia nacional, para controlar recursos y sacar a los competidores del mercado. Debemos ser precavidos con relación al capital internacional, que se aprovecha del desequilibrio económico de China e intenta crear una crisis financiera aquí. Sus actores podrían propiciar y aprovecharse de las expectativas que ha generado la apreciación del yuan y decantarse por alimentar burbujas inmobiliarias. Incluso podrían crear expectativas respecto a la depreciación del yuan en cierto momento, para estimular la fuga de capitales y producir el colapso de las propiedades inmobiliarias. La década próxima será clave para la prosperidad de China. La nación debe salvaguardar sus intereses financieros fundamentales y estar alerta ante señales de eventuales crisis financieras causadas por la economía de burbuja, las fugas de capital, el déficit financiero y los derivados financieros. DIARIO DEL PUEBLO. 30-6-2010

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