«Una plataforma de artistas que agrupa a la Unión de Actores, la Federación de Artistas, la Asociación de Profesionales de la Danza Artemad, la Coordinadora de Salas Alternativas de Madrid, los Técnicos del Audiovisual y de la Cinematografía, la Asociación de Músicos profesionales y la Asociación de Directores de Escena, informó ayer de que la estimación del seguimiento de la huelga en el mundo del cine, la televisión y el mapa teatral de Madrid es del 90%.»
El director de cine Pedro Almodóvar aralizará el día de la huelga el rodaje de su última película, La piel que habito, con Antonio Banderas. Y todos los centros de enseñanza de Arte Dramático tienen previsto cerrar el 29 de septiembre. Artistas y cantantes como Joaquín Sabina y Miguel Ríos, el actor Juan Diego o los escritores Almudena Grandes y José Manuel Caballero Bonald han firmado un manifiesto de apoyo a la huelga (EL PAÍS) LA VANGUARDIA.- Si el próximo día 29 de septiembre los trabajadores no secundan la convocatoria de huelga general, ¿será un fracaso sindical? O si por el contrario esa jornada tiene un seguimiento masivo, ¿sería un éxito? ¿O al revés? Todo depende del fin de ese día, de cuál es la meta, ¿la huelga general en sí misma o cambiar una reforma laboral? Depende de si el día 29 de septiembre lo concebimos como fin o como inicio. El objetivo del 29 de septiembre no debe de ser la huelga general, nos estaríamos engañando, sería un grave error. Debemos tomar la huelga general del próximo 29 de septiembre no como una meta, sino como un inicio. El inicio de un camino de largo recorrido, de movilización permanente, de sindicalismo activo y militante, de reivindicación constante, de inconformismo y rebeldía social. Si así fuera no importaría tanto su resultado o el seguimiento numérico de la huelga general, el 29 de septiembre habría sido un éxito. Sería el inicio de un movimiento al que, poco a poco, sin duda se acabará uniendo la gente. EL CORREO DE ANDALUCÍA.- Mis razones para apoyar la huelga van más allá del rechazo a la reforma laboral. Apoyo la huelga porque me parece del todo injusto que las medidas para hacer frente a la crisis hagan más ricos a quienes la han causado y las paguen los que menos tienen. En lugar de llevar a cabo reformas que impidan que los bancos y los grandes capitales vuelvan a provocar el mismo tipo de desastre en la economía mundial, los causantes de la crisis están imponiendo recortes de derechos y de gasto social que no sirven nada más que para aumentar sus beneficios. 29-S. El País El mundo del cine se moviliza para la huelga Rosana Torres Los trabajadores del cine, el teatro y la televisión también se movilizan para la huelga del próximo 29 de septiembre. Juan Matute, que representa a una plataforma de artistas que agrupa a la Unión de Actores, la Federación de Artistas, la Asociación de Profesionales de la Danza Artemad, la Coordinadora de Salas Alternativas de Madrid, los Técnicos del Audiovisual y de la Cinematografía, la Asociación de Músicos profesionales y la Asociación de Directores de Escena, informó ayer de que la estimación del seguimiento de la huelga en el mundo del cine, la televisión y el mapa teatral de Madrid es del 90%. En el sector audiovisual, el parón se prevé altísimo, cerca del 85%, según las mismas fuentes. Desde hace 10 días, comisiones creadas para movilizar a los trabajadores del cine, teatro y la televisión en la huelga visitan rodajes, grabaciones, salas y teatros para informar de los motivos del paro. Hoy, por ejemplo, visitarán el teatro Alfil, en Madrid. El director de cine Pedro Almodóvar paralizará el día de la huelga el rodaje de su última película, La piel que habito, con Antonio Banderas. Y todos los centros de enseñanza de Arte Dramático tienen previsto cerrar el 29 de septiembre. Artistas y cantantes como Joaquín Sabina y Miguel Ríos, el actor Juan Diego o los escritores Almudena Grandes y José Manuel Caballero Bonald han firmado un manifiesto de apoyo a la huelga para, explican, alzar la voz "contra los especuladores y sus cómplices". En el texto acusan al Gobierno socialista de haber firmado "un pacto con la derecha y los empresarios para imponer medidas de una agresiva orientación neoliberal". EL PAÍS. 21-9-2010 Cartas de los lectores. La Vanguardia 29 de septiembre Jesús Molins La huelga general, ¿será un éxito o un fracaso? Esa parece ser la máxima preocupación del momento. ¿Cómo medir el éxito o el fracaso de ese día? Si el próximo día 29 de septiembre los trabajadores no secundan la convocatoria de huelga general, ¿será un fracaso sindical? O si por el contrario esa jornada tiene un seguimiento masivo, ¿sería un éxito? ¿O al revés? Todo depende del fin de ese día, de cuál es la meta, ¿la huelga general en sí misma o cambiar una reforma laboral? Depende de si el día 29 de septiembre lo concebimos como fin o como inicio. El objetivo del 29 de septiembre no debe de ser la huelga general, nos estaríamos engañando, sería un grave error. Desde el pasado mes de junio, estamos viendo como los sindicatos se han desempolvado. Limpian las telarañas, se están sacudiendo la caspa de tantos y tantos años de sindicalismo institucional, tecnócrata y de despacho. Pero en estos últimos meses están recuperando su esencia, han vuelto a sus orígenes. Vuelven a pisar las empresas, devuelven el protagonismo a los delegados de personal y comités de empresa. Por primera vez en muchos años, se ha vuelto a encender la llama de la conciencia de clase. Tenemos que ser capaces de ver y asumir esta realidad. Debemos tomar la huelga general del próximo 29 de septiembre no como una meta, sino como un inicio. El inicio de un camino de largo recorrido, de movilización permanente, de sindicalismo activo y militante, de reivindicación constante, de inconformismo y rebeldía social. Si así fuera no importaría tanto su resultado o el seguimiento numérico de la huelga general, el 29 de septiembre habría sido un éxito. Sería el inicio de un movimiento al que, poco a poco, sin duda se acabará uniendo la gente. El sindicato que sea capaz de mirarse el ombligo sin complejos, de ver y aceptar sus errores, de escuchar a sus bases y variar el camino de su política sindical hacia esta nueva realidad, a la larga conectará totalmente con los trabajadores. De ser así, con el tiempo veremos sus frutos y recordaremos el 29 de septiembre no como un día en el que se logró variar levemente una ley de reforma laboral, sino como la fecha en que se inició un nuevo camino de movilización permanente, rebelde, constate, de sindicatos y trabajadores hasta conseguir variar las políticas arcaicas y reaccionarias de recortes sociales, laborales y democráticos adoptadas por la Unión Europa. Lo recordaremos como el día en que se dio un nuevo sentido a la política, la fecha en la que por fin se devolvió el protagonismo a los ciudadanos. Y si no somos capaces de verlo y asumirlo así, el 29 de septiembre, sea cual sea su resultado, será un fracaso en el que acabaremos hundiéndonos todos arrollados por el propio sistema. LA VANGUARDIA. 15-9-2010 Opinión. El Correo de Andalucia Apoyar la huelga Lina Gálvez Me parece que es bueno que la ciudadanía exponga públicamente y debata democráticamente sus razones para apoyar o no la huelga del día 29. No olvidemos que, con independencia de la postura concreta que se tenga al respecto, se trata del ejercicio de un derecho que no se pudo disfrutar en este país durante mucho tiempo. Mis razones para apoyar la huelga van más allá del rechazo a la reforma laboral. Coincido con los sindicatos en que el abaratamiento del despido y la precarización de los mercados de trabajo, así como el debilitamiento de la negociación colectiva que se busca, no es la dirección adecuada para crear empleo y hacer que la economía funcione mejor. La experiencia nos dice que ese tipo de reformas producen justamente el efecto contrario. Desde que se vienen aplicando el empleo es cada vez más precario y las rentas de capital han aumentado mucho más que las del trabajo, incrementándose las desigualdades económicas y sociales y dando lugar a un aumento extraordinario de los llamados trabajadores pobres. Pero además de por esa razón apoyo la huelga porque me parece del todo injusto que las medidas para hacer frente a la crisis hagan más ricos a quienes la han causado y las paguen los que menos tienen. En lugar de llevar a cabo reformas que impidan que los bancos y los grandes capitales vuelvan a provocar el mismo tipo de desastre en la economía mundial (cuatro o cinco años dice Felipe González que tardará en producirse una nueva crisis financiera por la falta de actuación de los gobiernos y organismos internacionales), los causantes de la crisis están imponiendo recortes de derechos y de gasto social que no sirven nada más que para aumentar sus beneficios. Apoyo la huelga porque creo que es fundamental que nos empoderemos como ciudadanía y digamos a nuestros gobernantes que no todo vale, y que hay que decirle que ya está a bien a quienes siempre quieren que todo sea para ellos. Y además, como mujer y feminista, apoyo la huelga como una forma de alertar de las consecuencias tan nefastas que las reformas y políticas que se están aprobando tendrán y ya están teniendo en los avances en igualdad que las mujeres habíamos conseguido en estos últimos años. La precarización del mercado de trabajo afectará más a los colectivos más vulnerables, sobre todo a las mujeres menos preparadas, lo que incidirá directamente en nuestra falta de autonomía financiera y en nuestro poder contractual en la familia para negociar trabajos y tiempos. Y el mismo efecto, o aún peor, tendrá y tiene el recorte del gasto público, porque ya se ha limitado la oferta de empleo público que hasta ahora era el nicho de trabajo más decente para muchas mujeres, y, sobre todo, porque todos aquellos servicios que no se provean desde lo público (como ya está pasando al recortar los presupuestos) o que se deterioren tendrán que suplirse por trabajo familiar no pagado que recaerá de forma mayoritaria en las mujeres, minando su disponibilidad de tiempo, su autonomía y el principio de igualdad de oportunidades. Como también serán sobre todo mujeres las principales víctimas del aumento en los años de cotización necesarios para cobrar pensiones, o de la bancariación de las cajas de ahorro. Como ciudadana, como investigadora que conoce lo que ha pasado a la largo de la historia cuando no se hace frente a las agresiones sociales, como educadora, como mujer y como feminista me sobran, pues, las razones, para apoyar esta huelga. EL CORREO DE ANDALUCÍA. 21-9-2010