«Fuera de las fronteras de Estados Unidos, todo es silencio. Ciertamente, nadie en el mundo árabe está pidiendo a gritos la intervención militar de Estados Unidos, o cualquier intervención de Estados Unidos: los demócratas egipcios incluso manejan con cuidado nuestro dinero para el desarrollo. («La ayuda de Estados Unidos puede ser mal interpretada», explicó delicadamente a The Post hace unos días un aspirante a político egipcio.) Nadie en Asia y nadie en Europa está pidiendo que los marines sean enviados nuevamente a las costas de Trípoli, tampoco»
Es imortante que soldados y diplomáticos hablen el idioma de la gente sobre la que quieren influir. Es importante comprender las divisiones étnicas y tribales del lugar donde esperamos ayudar. No debemos repetir los errores del pasado: antes de enviar la 101 Aerotransportada, debemos saber lo que la gente sobre el terreno quiere y necesita. Porque ahora mismo, yo no escucho pidiendo a gritos que vayamos. Tienen miedo de lo que la "asistencia" americana podría hacer a su país. (THE WASHINGTON POST) RIA NOVOSTI.- Militares rusos citados por la prensa moscovita resaltan el riesgo de armar a los revolucionarios con armamento para combate entre tropas sin una instrucción sobre su empleo y los conocimientos básicos relacionados con la práctica militar y de combate. Sobre todo porque con esto, EEUU y Europa puedeN armar enemigos potenciales, ya que en el territorio libio también pueden llegar otros instructores voluntarios de organizaciones islamistas para entrenar a los revolucionarios en el arte de la guerra y orientaciones políticas para la construcción del futuro de Libia con recetas diferentes a las de EEUU. EEUU. The Washington Post El mundo árabe no está pidiendo a gritos nuestra ayuda Anne Applebaum Estoy escuchando mucho, pero no puedo escuchar las "voces de todo el mundo" que mi colega Charles Krauthammer dijo la semana pasada que están "pidiendo la intervención de EEUU para ayudar a derrocar a Muammar Gadafi". Es cierto que John Bolton, ex embajador ante la ONU y actual empleado de Fox News, ha declarado que "las palabras (y las acciones) de fuerza de América están ampliamente justificadas" en Libia. También es cierto que un puñado de políticos y escritores estadounidenses han salido también a favor de una similar respuesta de fuerza. Pero fuera de las fronteras de Estados Unidos, todo es silencio. Ciertamente, nadie en el mundo árabe está pidiendo a gritos la intervención militar de Estados Unidos, o cualquier intervención de Estados Unidos: los demócratas egipcios incluso manejan con cuidado nuestro dinero para el desarrollo. ("La ayuda de Estados Unidos puede ser mal interpretada", explicó delicadamente a The Post hace unos días un aspirante a político egipcio.) Nadie en Asia y nadie en Europa está pidiendo que los marines sean enviados nuevamente a las costas de Trípoli, tampoco. Los franceses, sintiéndose culpables por no haber apoyado (o incluso previsto) la revolución en Túnez, han enviado ayuda humanitaria a Bengasi – pero al mismo tiempo se oponen a la intervención militar. Los británicos ya tienen un intento fallido en su primer trabajo en solitario para ver qué se podía hacer. El sábado, un equipo de fuerzas especiales británicas y un oficial de inteligencia del MI6 tocaron tierra cerca de Bengasi, simplemente con la intención de hacer contacto con los rebeldes. Fueron detenidos con prontitud, esposados, interrogados y expulsados del país. La última cosa que los rebeldes quieren, al parecer, es el estigma del contacto con los extranjeros. ¿Por qué esta ansiedad árabe acerca de la ayuda estadounidense y occidental? ¿Por qué la reticencia entre nuestros aliados? La respuesta se puede resumir en una sola palabra: Irak. Lejos de establecer "un ejemplo para toda la región", como expresó Krauthammer, Irak sirve como una terrible advertencia: ¡Cuidado, porque este podría ser el destino de su país! Cuando el Ejército de EEUU entró en Irak, no sabía nada de la oposición iraquí, con excepción de lo que había escuchado de un par de exiliados. Nuestros soldados no hablan árabe y no se les había dicho qué hacer una vez que llegaran a Bagdad. Caos seguido incompetencia, que engendró violencia: Decenas de miles de personas murieron en una guerra civil de ocho años. A pesar de que una frágil democracia ha surgido, no se trata de un ejemplo que cualquiera, en cualquier lugar, quiera seguir. No es difícil entender por qué los libios y otros pueden temer su repetición. En verdad, el momento de ponerse en contacto con la oposición de Libia era hace un año –o hace cinco años – , cuando Tony Blair iba estrechando la mano de Muammar Gadafi dentro de las tiendas del desierto y las compañías petroleras occidentales iban a hacer negocios. Pero los británicos no lo hicieron. Nosotros tampoco. Ahora no sé sabe ni quiénes son. Varios coroneles se han convertido en "portavoces" de los rebeldes –, ¿de todos los rebeldes? ¿O sólo de algunos de los rebeldes? Informes de prensa citan "informes de segunda mano a través de redes rebeldes" como fuente, es decir, alguien le dijo a otra persona lo que está pasando. Como muestra la aventura británica, los espías no conocen nada mejor. Debemos aplicar sanciones a Libia, ofrecer ayuda humanitaria y poner en marcha una zona de exclusión aérea, que se active si los rebeldes realmente comienzan a perder. Pero en este momento, incluso si nuestro ejército tuviera fondos ilimitados –que no los tiene–, el Pentágono no está preparado para lanzar la democracia en Libia. Este es un trabajo para nuestros fundaciones de redes de radio internacional, sobre todo las que emiten en árabe, para instituciones independientes como el National Endowment for Democracy, para los grupos que capacitan a jueces y periodistas. Desafortunadamente, no tenemos los contactos que estos grupos necesitan. Debemos empezar a hacerlo ahora. Es agradable estar en el lado correcto de la historia, y no estoy sorprendida de que los que permanecen partidarios de George W. Bush ahora se sientan bien sobre la "agenda de la libertad" a veces defendida, y a veces olvidada, en los despachos. Pero el que esto sea, incluso moralmente, correcto, no lo es todo. También es importante que sea competente, ser coherente y estar bien informado. Es importante que soldados y diplomáticos hablen el idioma de la gente sobre la que quieren influir. Es importante comprender las divisiones étnicas y tribales del lugar donde esperamos ayudar. No debemos repetir los errores del pasado: antes de enviar la 101 Aerotransportada, debemos saber lo que la gente sobre el terreno quiere y necesita. Porque ahora mismo, yo no escucho pidiendo a gritos que vayamos. Tienen miedo de lo que la "asistencia" americana podría hacer a su país. THE WASHINGTON POST. 8-3-2011 Rusia. Ria Novosti Las tentaciones de Obama para invadir Libia Armando Pérez La actual situación en Libia con la ofensiva de la tropas leales al líder Maumar Gadafi y el repliege de las fuerzas de la oposición de las ciudades donde triunfó la revolución, agudizó la polémica en Rusia sobre las posibilidades de que Estados Unidos emprenda una invasión del territorio libio, escenario de una cruenta guerra civil que por lo visto, va para largo. A pesar de las guerras en Iraq y Afganistán, los observadores rusos destacan que el presidente de Estados Unidos, Baeack Obama puede caer en la tentación de emprender una invasión a Libia incluso teniendo en cuenta los riesgos políticos que supone esta aventura. En este caso, EEUU podría recuperar su condición de potencia mundial y sacar provecho de la crisis en Libia, y también en otros países árabes en donde pueden estallar nuevos brotes revolucionarios. Además, la perspectiva de controlar los yacimientos de hidrocarburos de Libia, uno de los principales productores del mundo, es otro argumento a favor de una intervención directa. Para la mayoría de los observadores, la invasión estadounidense a Libia es muy probable porque Obama tras expresar su solidaridad a las fuerzas revolucionarias, no puede permanecer con los brazos cruzados en momentos cuando Gadafi reprime con crueldad a los rebeldes, según denuncian los corresponsales de la mayoría de los medios de prensa internacional, desde el lugar de los hechos. A juzgar por los reportajes de la prensa occidental, las perspectivas de triunfo de los revolucionarios libios son escasas debido que están muy mal armados y no cuentan con la experiencia de combate suficiente para resistir la contraofensiva emprendida por el ejército libio leal a Gadafi. Y en las actuales circunstancias, EEUU reforzado por las tropas de la OTAN se perfilan como la única esperanza para evitar un espantoso derramamiento de sangre en el país norafricano en el caso de que no se neutralice el avance de las tropas leales a Gadafi reforzadas por mercenarios contratados en África y otros países. Tanto en Rusia como en la mayoría de las capitales europeas predomina la opinión de que tanto Gadafi como las fuerzas de la oposición se encuentran en un callejón sin salida y la solución de este conflicto depende de la ONU, las organizaciones regionales y países influyentes. Según expertos militares rusos, el Pentágo con sus dos buques cerca a la costa líba desarrollará contra las tropas de Gadafi una estrategia similar a la utilizada durante la guerra en Yugoslavia y las primeras fase en las campañas contra Iraq y Afganistán. Es decir con ayuda de su fuerza aérea tomará el control absoluto sobre el espacio aéreo libio para destruir con cazas bombarderos toda la aviación de combate, aeródromos, estaciones de radar, comunicaciones y centros operativos de mando del ejercito líbio. Una vez neutralizada la infraestructura de la aviación de guerra Libia, los cazas estadounidenses con misiles de alta precisión y largo alcance, sin mucho riesgo podrán atacar y aniquilar sistemáticamente los arsenales, bases de tanques, y artillería pesada de Gadafi. Y no obstante, los expertos rusos consideran que esta primera ofensiva no determinará el curso de la guerra que a su juicio de desarrollará en la forma de combates de guerra de guerrillas, con muchos frentes y focos de tensión dispersos en todo el país. En este caso, la ayuda de EEUU se limitará al empleo de aviones sin piloto o "drones" tanto para labores de reconocimiento y de ataques a posiciones del ejército libio. Este tipo de ayuda supone el riesgo de “errores” deplorables como los que frecuentemente cometen los drones estadounidense en el norte de Pakistán al confundir el “adversario” y ocasionar la muerte de civiles inocentes. En condiciones de la guerra en Libia este tipo de errores tendrían consecuencias políticas deplorables para EEUU y su imagen de país libertador del “yugo de Gadafi”. Militares rusos citados por la prensa moscovita resaltan el riesgo de armar a los revolucionarios con armamento para combate entre tropas sin una instrucción sobre su empleo y los conocimientos básicos relacionados con la práctica militar y de combate. Sobre todo porque con esto, EEUU y Europa puedeN armar enemigos potenciales, ya que en el territorio libio también pueden llegar otros instructores voluntarios de organizaciones islamistas para entrenar a los revolucionarios en el arte de la guerra y orientaciones políticas para la construcción del futuro de Libia con recetas diferentes a las de EEUU. RIA NOVOSTI. 7-3-2011