110.000 empleos perdidos en la industria del automóvil

El «motor» del paí­s está gripado

La industria del automóvil, responsable de dos millones de puestos de trabajo, acelera su caí­da libre. En lo que llevamos de año, la producción de vehí­culos ha caí­do un 50,3%. Y se ha superado ya los 100.000 puestos de trabajo destruí­dos. Una sangrí­a productiva que se ceba especialmente en las pymes que conforman el entramado de la industria auxiliar, absolutamente dependiente de los pedidos de los grandes monopolios -que controlan en exclusiva la producción y distribución-.

El último ejemlo ha sido Michelin. La multinacional de neumáticos ha reducido su producción en un 28% en su fábrica de Burgos, y en un 90% en la de Valladolid. El resultado ha sido un nuevo ERE, aprobado por el gobierno, que afecta a 9.000 trabajadores. Hasta en 40 días podrá parar sus instalaciones en 2009 y la plantilla se quedará con el 50% del sueldo. Además, aumenta de 15 a 30 días la bolsa para enviar personal a casa. Pero esta es sólo la punta del iceberg. La crisis está afectando, sobre todo, a la extensa red de pymes que conforman el tejido de la industria auxiliar, absolutamente dependiente –en muchos casos al 100%- de los pedidos de los grandes monopolios automovilísticos. Los recortes en Ford o en SEAT, multiplican sus efectos destructores en la industria auxiliar, provocando ya la desaparición del 10% de las pymes del sector. Según los datos actualizados a 25 de marzo, las firmas de proveedores –pymes auxiliares- habrían despedido o incluido en expedientes de regulación de empleo (ERE) hasta 52.300 personas, muy por encima de los 43.500 trabajadores afectados por ERE entre los fabricantes –los monopolios automovilísticos-. Si a esto añadimos los 15.000 puestos de trabajo perdidos entre los concesionarios, los empleos destruidos por la industria del automóvil en España alcanzan los 110.000. Y estamos sólo al principio de una crisis que puede tener consecuencias catastróficas para un sector que emplea a dos millones de trabajadores. Ante esta catarata de EREs, la posición del gobierno permanece en una exasperante pasividad. Las empresas del sector han disfrutado de un pequeño alivio como resultado de los efectos del Plan Prever… ¡de Alemania y Francia! Hasta este punto, la industria del automóvil española depende de las decisiones que se toman en Berlín o París. El gobierno de Zapatero debe impulsar inmediatamente un plan productivo que permita a las pymes de la industria auxiliar encontrar una salida que no dependa de los pedidos de los grandes monopolios del sector. Y utilizar las múltiples ayudas públicas entregadas a las multinacionales extranjeras para imponerles –si es que quieren conservarlas- drásticas condiciones que paralicen la sangría de aumento del paro.

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