SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El mitin económico de Rajoy

Todos los indicadores económicos, sociales, políticos, y morales de nuestra querida España han empeorado desde la llegada al poder del actual ínclito monclovita, finales de 2011. Por mucho que sus voceros mediáticos intenten disfrazar, sino ocultar, la realidad patria, la percepción de la inmensa mayoría de la ciudadanía, incluido un nutrido grupo de los votantes del partido en el poder, es diametralmente opuesta. La crisis ha sido aprovechada por las élites oligopólicas –bancarias, inmobiliarias, monopolios naturales, acreedores foráneos…- para hacer un ajuste de cuentas con la ciudadanía. El objetivo último era mantener su riqueza a costa del sacrificio de la renta de los demás. Sin embargo, económicamente es ineficiente, socialmente, inmoral. Nuestra competitividad empeora a marchas forzadas, no hay ningún cambio de modelo productivo. En el debate del Estado de la Nación, Rajoy, “el rey desnudo”.

Simplemente algunos datos. El PIB Nominal a finales de 2011 se situaba en los 1,08 billones de euros, ahora apenas supera los 1,05 billones. El número de afiliados a la seguridad social alcanzaba a finales de 2011 los 17,3 millones de personas frente a los 16,5 a cierre de 2014. El número de trabajadores a tiempo completo rozaban a cierre de 2011 los 19,1 millones de personas frente a los 18,3 actuales. La tasa de paro U6, que sí tiene en cuenta precariedad y temporalidad, exacerbada por la peor reforma laboral de nuestra historia, ha pasado del 27% al 34%. Si sumamos a los parados, por un lado, los desanimados y los que desean trabajar, y por otro, todos los trabajadores temporales involuntarios y subempleados, el total de trabajadores en precario se aproxima a los 11 millones. La deuda de las administraciones públicas, si atendemos a las Cuentas Financieras de Banco de España, supera los 1,4 billones de euros, lo que supondría un incremento de casi 600.000 millones de euros bajo Rajoy “el austero”. La deuda externa neta alcanza un nuevo récord histórico, por encima del billón de euros. Mientras nuestras exportaciones crecían en 2011 a tasas superiores al 15% ahora apenas repuntan un 2%. El indicador de miseria AROPE (At-Risk-Of Poverty and Exclusion), en el marco de EUROSTAT, alcanzó a finales de 2013 el 28% de la población española, y el 30% de la población infantil… Y así un largo etcétera.

Diagnóstico erróneo

El discurso económico de quienes nos desgobiernan adolece de tremendos y profundos errores. Yerra en el diagnóstico. Yerra en el análisis coyuntural. Yerra en el análisis estructural. Aun no se han enterado qué es una recesión de balances, y miren que en su momento invitaron a Richard Koo para que les explicara en dos tardes que era eso. Pero siguen erre que erre. El actual ejecutivo achacaba, y sigue achacando, los males de la economía española a la ineficiencia del sector público y a una baja productividad del factor trabajo, que según ellos debería compensarse vía salarios más bajos. Es falso.

Siguen sin entender aún por qué las exportaciones españolas desde 1994 han registrado crecimientos vigorosos. Confunden competitividad con productividad. Ignoran el carácter anticíclico de esta última. Por eso, su reforma laboral es uno de los mayores fiascos de nuestra reciente historia democrática. Se olvidan que fueron las élites oligopólicas patrias, con el fervoroso aplauso de las élites industriales y políticas alemanas, quienes optaron por un modelo basado en ladrillo y especulación, sectores muy intensivos en mano de obra, desindustrializando nuestro país, salvo esa isla llamada País Vasco. De ahí la baja productividad. Pero a pesar de ello las empresas exportadoras españolas, que juegan en otra liga, lo han hecho muy bien. Es ahora cuando el empuje de nuestras exportaciones se está agotando. Necesitan nuevas inversiones productivas, y estas no se producen.

Coyuntura, huida hacia adelante

¡No! Después de más de seis años de intensa recesión, ninguna de las causas que originaron la actual crisis sistémica, un volumen brutal de deuda y una banca insolvente, se han solucionado. Se ha vuelto a retroalimentar una dinámica de reactivación del proceso de endeudamiento con nuevas burbujas financieras como único camino de superación de la crisis.

El motor del crecimiento y del empleo es el consumo privado y el sector servicios, en un contexto de deflación y caídas de rentas salariales. Por contra, las cifras relativas a disponibilidades de bienes de equipo continúan débiles. La demanda interna crece, mientras que no se moderniza nuestro aparato productivo, empeorando nuestra competitividad. Dicho crecimiento se está financiando con más deuda pública, induciendo a su vez un aumento de la deuda externa neta, en niveles récord. Ese incremento de la posición de la inversión extranjera en España no es como consecuencia del aumento de la inversión directa foránea, sino de la inversión especulativa destinada a comprar deuda soberana y corporativa de las grandes empresas patrias, esas mismas que continúan reduciendo su plantilla. La enésima huida hacia adelante.

Finalmente, permítanme una breve reflexión sobre el origen de la actual crisis sistémica, una descomunal deuda privada vinculada a una burbuja, la inmobiliaria. Nuestra deuda total no sólo no se ha reducido respecto a 2008, sino que se ha incrementado, y es impagable. Además ha habido una socialización de pérdidas privadas. Es necesario, por lo tanto, una reestructuración de nuestra deuda patria, pública y privada. De ello hablaremos en nuestro próximo blog. Pero mientras tanto, Rajoy, nuestro “rey desnudo” a lo suyo.

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