En agosto de 1991 tuvo lugar un golpe de Estado en una URSS a punto de colapsar. El búnker más socialfacista y brezneviano del politburó soviético intentó deponer a Gorbachov. Frente a los golpistas, algunos manifestantes levantaron barricadas. Uno de los militares facciosos dio la orden de matarlos a tiros… o aplastándolos con los tanques.
Ese despiadado militar se llama Sergei Surovikin, y tras un tiempo en prisión fue perdonado y reincorporado al servicio. Ahora, tras pasar por las guerras de Chechenia y Siria y ser uno de los máximos desarrolladores de la «doctrina Grozni», Putin lo ha puesto al frente de la guerra en Ucrania. Es el anticipo de las atrocidades que están por venir.
Lo llaman “general apocalipsis” y su nombramiento al frente de las operaciones en Ucrania ha levantado las alabanzas de los sectores más belicistas y ultranacionalistas de las élites rusas, entre ellos dos de los peores criminales de guerra de Moscú: Ramzan Kadyrov, presidente y jefe de las carniceras tropas chechenas; y Yevgeny Prigozhin, jefe de la compañía de mercenarios neonazis Wagner.
Surovikin tiene un largo historial de atrocidades. Tras salir de la cárcel en los 90 fue enviado a Tayikistán para intentar sofocar la independencia, dirigiendo todo tipo de ataques contra la población. Luego pasó por Chechenia, donde como jefe de división, protagonizó un conflicto en el que se calcula que murieron 50.000 personas.
Allí, de la mano de mandos como Surovikin, el Kremlin desarrolló un nuevo manual de guerra: la llamada «doctrina Grozni», el crímen y el genocidio como teorema militar. Arrasar las ciudades, aplastarlas, allanarlas, usando toda la potencia de fuego disponible. Buscar escenas de horror, masacrar y aterrorizar a la población civil para forzarla a rendirse.
Surovikin perfeccionó la doctrina Grozni en el asedio de Idlib (Siria), usando bombas incendiarias contra hogares, escuelas, hospitales y mercados sirios, buscando siempre la máxima devastación no sólo contra las posiciones militares enemigas, sino sobre lugares donde la población vive, trabaja y estudia.
Recién ascendido en la guerra de Ucrania, Surovikin es el mando que ha lanzado los misiles de precisión sobre el centro de Kiev. Este es el tipo de genocidas y criminales de guerra fascistas que el Kremlin ha puesto al frente de su invasión.
Carlos dice:
Con el general Apocalipsis los ucranianos lo llevan claro
Si, los ucranianos han recuperado territorio, pero no se trata de eso, sino como dice Clausewitz, de destruir al enemigo o como le llamaban los vietnamitas «bodycount» y por ahora los rusos tienen más de 12000 tanques T-72 en Ucrania, más el moderno T-90 de refuerzo https://youtu.be/lBcK4Ilohqw. Los ucranianos han destruido unos 800 aproximadamente sólo
Y el psicópata del general Apocalipsis tiene experiencia en guerras, sobre todo de guerrillas, como en Chechenia
Carlos tiene unos pdfs peor que el general Apocalipsis dice:
Menudo currículum tiene el generalísimo. Ya vimos cómo acabó Chechenia, devastada hasta la médula.
Un auténtico psicópata.,como todos los militares
Si me lo decía un profesor de kajukembo, ex-militar :»dejé el ejército porque me estaban convirtiendo en un psicópata»
Y esto era el «ejército rojo», más negro que el tizón