La crisis del bipartidismo se agudiza

El mar de fondo de la «helenización»

A veces, fijarse demasiado en un episodio coyuntural distorsiona la visión sobre el conjunto de la pelí­cula. Si analizamos los resultados de las elecciones celebradas a lo largo de 2.012, podrí­amos concluir que el PP ha «sorteado» el castigo de la ejecución de los recortes. La última encuesta publicada nos ayuda a no caer en ese error. El PP pierde todaví­a más apoyos, mientras el PSOE es incapaz de salir del foso donde lo ha conducido Rubalcaba. La crisis del bipartidismo es cada vez más abierta. Y sólo hace falta una alternativa de unidad para que empiece a dar sus réditos polí­ticos.

Un observador exterior que “aterrizara” hoy en España podría llevarse una imagen equivocada. Repasando los resultados electorales del año, comprobaría que el PP amplía su ventaja en Galiica y avanza en Euskadi y Cataluña. Excepto el “lunar” de Andalucía, donde a pesar de crecer no conquistó la esperada mayoría, podría concluir que nos hallamos ante un “gobierno fuerte”, que apenas nota el rechazo social mientras está aplicando un draconiano programa de recortes. «Es más necesaria que nunca una alternativa que ofrezca un cauce político al rechazo mayoritario al «bipartidismo de los recortes»»


La reciente encuesta de Demoscopia ayudaría a este “observador exterior” a salir de su error.


En un solo año, el PP ha perdido 16,6 puntos de apoyo social. Apenas alcanza ahora el 29,8% -una cifra similar a la cosechada por la Alianza Popular de Fraga en los peores momentos de su larga “travesía del desierto” durante los años de gobierno de Felipe González-.


El 74% de los españoles desaprueba la gestión del gobierno. Y al 84%, Rajoy no le inspira ninguna confianza.
Curiosamente, donde más avanza el rechazo al PP no es entre los sectores de la izquierda, sino entre los propios votantes del PP.


Sólo el 45% de sus electores estarían hoy dispuestos a volver a votar al PP. Y, entre los votantes del PP, el 42% afirma tener “una impresión de conjunto negativa” del gobierno de Rajoy.


¿Qué se puede esperar de quien promete que “nunca subirá los impuestos” y “jamás tocará las pensiones”… y aplica justamente lo contrario tras recibir las primeras órdenes del FMI o la Comisión Europea?


Si este rechazo mayoritario al gobierno de Rajoy no se ha traducido en las urnas durante 2.012, es en buena medida porque enfrente tiene a un PSOE que genera todavía menos simpatías.


Rubalcaba ostenta –y eso ya es difícil- todavía peores números que Rajoy. El 81% de los encuestados desaprueba su gestión… Y al 91% le inspira “poca o ninguna confianza”.


Está claro por qué, en un momento de caída libre del PP, el PSOE no solo no rentabiliza el castigo al gobierno, sino que se deja 5,4 puntos respecto al “desastre sin paliativos” heredado de Zapatero.


Quien piense que este amplísimo rechazo social al “bipartidismo de los recortes” no va a terminar por manifestarse políticamente se equivoca.


Comienza a ofrecer sus frutos, con el fulgurante ascenso de fuerzas como UPyD e IU, que duplican sus resultados en un solo año.


Pero se manifiesta también en la aparición de las primeras grietas en el mismo seno del bipartidismo.


El PSOE es una caldera en ebullición que Rubalcaba no puede contener. Los sectores nucleados en torno a Carme Chacón o Tomás Gómez son cada vez más activos. Y las bases empiezan a organizar su respuesta en torno a alternativas como “Socialistas en Red”.


El tradicional monolitismo en la derecha impide que en el PP “cunda el ejemplo”. Pero varios senadores debieron ser expulsados por votar contra los recortes.


Abrimos 2.013 con un campo “abonado” para un cambio de rumbo en la política española.


El rechazo a Rajoy y Rubalcaba está alcanzado cotas que amenazan con desbordar los diques.


Y la mejor manera de “dar un empujón” a esta marea es alumbrar una alternativa de unidad que represente al 90% que, encuesta tras encuesta, se manifiesta contra la sumisión y los recortes representados por PP y PSOE.

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