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El juez del caso Falciani evita que se mencione a Botí­n

El presidente del tribunal que debe acordar o denegar la extradición a Suiza de Hervé Falciani, que destapó cuentas opacas de 130.000 clientes del HSBC, impidió este lunes al abogado del informático mencionar a la familia Botín. El episodio ocurrió durante la vista de extradición. El letrado Joan Garcés interrogaba en calidad de testigo a Carlos Ocaña, secretario de Estado de Hacienda en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero cuando, tras hacerse con el disco duro de Falciani, Francia remitió en 2010 a Madrid datos relativos a 659 evasores fiscales españoles. Ocaña acababa de confirmar que los titulares de las cuentas “regularizaron más de 250 millones”, lo que dio pie a la siguiente pregunta del letrado: “¿Y de esos 250 millones, 200 proceden de una sola familia?”La familia aludida es la del banquero Emilio Botín. Y eso no constituye ningún secreto dado que la Audiencia Nacional archivó en mayo de 2012 las diligencias abiertas contra el presidente del Santander y 11 parientes bajo el argumento de que habían regularizado sus capitales opacos. Pero Ocaña ni siquiera tuvo tiempo de responder. Porque el juez Ángel Hurtado cortó en seco el avance del representante legal de Falciani: “Ya tenemos bastante información”, dijo Hurtado. Fuentes jurídicas creen que, en realidad, el juez habría impedido a Garcés seguir avanzando por ese camino aun si la pregunta no concerniera a Botín. Sostienen que el magistrado lo cortó porque la pregunta no se relacionaba con la materia central de la vista: si hay o no motivos para la extradición de Hervé Falciani.Aparente desconocimientoEl interrogatorio de Ocaña fue tenso y el abogado de Falciani atacó por todos los flancos. Pero Garcés, incrédulo cada vez que el ex secretario de Estado aducía que las altas jerarquías del fisco español no estaban al tanto de los datos concretos, no logró que Ocaña se saliera del guión. De poco o nada le sirvió recordar como advertencia a Ocaña que estaba declarando “bajo juramento” y con obligación de decir la verdad porque el ex secretario de Estado remachó que no tuvo acceso a los datos de la documentación enviada por Francia y oficialmente recibida el 24 de mayo de 2010 y se aferró a que antes de esa fecha ni sabía nada concreto ni intervino en la tramitación –lo hacían los funcionarios de la Agencia Tributaria, dijo– de la solicitud a Francia. El antiguo número dos de Hacienda negó también que antes de mayo de 2010 España tuviera información. El aparente desconocimiento alcanzó tal punto que Ocaña dijo ignorar de cuántas de las cuentas destapadas por Falciani tenía constancia el Banco de España. También había olvidado cuántas sociedades mercantiles aparecían: “No recuerdo el desglose”, dijo. Uno de sus subordinados, el entonces director de la Agencia Tributaria, Luis Pedroche, sí corroboró que supo “a finales de 2009 o comienzos de 2010” que Francia poseía información de interés para España. La solicitud de datos a París no se formuló hasta el 14 de febrero de 2010 “después –explicó Pedroche– de que el consejero financiero de la Embajada de Francia en España nos contara que había españoles”.

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