SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El inevitable gobierno de coalición

Es inevitable dentro de la Unión Europea y resultará inevitable en España. ¡Pónganse como quieran! Unos y otros.

Lo de Felipe González, tras visita a La Zarzuela, no es algo nuevo. Un expresidente, escasamente ideologizado, que permaneció en el poder durante catorce años, llevó a España a la UE a la que esquilmó en beneficio de las autovías patrias con el apoyo de su amigo Kohl, está en disposición de afirmar y afirma que lo mejor para el país en horas aciagas -éstas lo son- sería la conformación de un gobierno de amplio espectro que incluya al centro derecha y al centro izquierda que representan por sí solos el 70% de la voluntad popular.

En Europa dentro de unos meses lo veremos. Si gana el PPE con Jean Claude Juncker a la cabeza, él será presidente de la Comisión y Martin Schultz sustituirá a Van Rompuy al frente del Consejo. Si gana Schultz habrá la viceversa. Punto. La alianza fáctica entre populares y socialdemócratas está fuera de toda duda. En Alemania, con un 7% de desempleo, la denostada por Valenciano Angela Merkel resulta que comparte el poder de la Cancillería con el jefe de filas de doña Elena. Entonces, ¿a qué demonios jugamos aquí?

En Alemania no está en juego, por ejemplo, la unidad de la nación, y aquí sí. Un gobierno de coalición -lo de concentración lo olvidamos para siempre- no sólo sería posible, sino deseable. De ese tiro se acabaría con muchos pájaros, entre otros, poner fin a los rebrotes de guerracivilismo que empiezan a surgir desde algunas alcantarillas. Que lo propugne la Corona, que lo propugna, es irrelevante. Que lo deseen los fácticos económicos también. Lo que está en juego, oigan, no son los intereses particulares de algunos dirigentes ni la vanidad compulsa de muchos de ellos.

Lo que está en juego es si es posible la pervivencia de España, que no es otra cosa que la subsistencia de sus ciudadanos, especialmente los que andan mano sobre mano, cada vez más desesperados, rumiando un futuro más negro que el túnel del Guadarrama.

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