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Rusia negocia un megacontrato de gas de 400.000 millones de dólares con China

Rusia está cerca de firmar un acuerdo de 30 años para proveer de gas natural a China a un precio que elevaría el montante del acuerdo hasta los 400.000 millones de dólares, según ha anunciado el primer ministro ruso, Dmitri Medvedev.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ha viajado al país asiático para cerrar unas negociaciones que llevan en curso más de 10 años. Hasta ahora, el problema radicaba en el precio, pero ante la amenaza de sanciones más duras a Rusia por parte de la UE y EEUU, el acuerdo está más cercano.

«Es la hora de alcanzar un acuerdo con los chinos sobre este tema», aseguró Medvedev en una entrevista con Bloomberg Television en Moscú. «Es muy probable que haya un contrato, lo que implica más contratos a largo plazo».

Gazprom, el mayor productor de gas natural del mundo, firmará un contrato con China National Petroleum Corp., según han asegurado diversos ejecutivos. China, el principal socio comercial de Rusia, fue el único país del Consejo de Seguridad de la ONU que no censuró las últimas acciones de Rusia en Ucrania, que han terminado con la anexión de Crimea, a la que podrían seguir otras partes del país.

Se espera que el cierre final del precio se alcance entre Putin y su homólogo chino, Xi Jingping, ya que el mandatario ruso se encuentra de viaje oficial en China.

Según Gazprom ya están acordados la mayoría de los elementos del contrato. La compañía gasista planea la construcción de un gasoducto a China por un valor de 22.000 millones de dólares y podría comenzar a suministrar gas a partir de 2019 o 2020, según dijo en marzo el ministro de Energía ruso, Alexander Novak.

El acuerdo permitirá que China obtenga de Rusia el equivalente a un cuarto de su consumo actual y alrededor del 10% de su demanda estimada en 2020. Para Gazprom, el contrato es el equivalente al 20% de sus ventas en Europa, su principal mercado.

Precisamente, hasta ahora el contrato se había retrasado porque Rusia quería fijar un precio similar al que paga la UE, mientras que China pedía un precio más bajo.

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