SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El Gobierno se resiste a que le sepulte un rescate financiero

La razón última y fundamental por la que ayer compareció Mariano Rajoy ante los medios de comunicación -insólita iniciativa en un emboscado presidente del Gobierno- disponía de una aplastante racionalidad política: insistir que, pese a padecer una prima de riesgo superior a 500 puntos básicos y caer la Bolsa por el efecto Bankia y demás entidades bancarias, el Gobierno no va a pedir el rescate del sistema financiero español. El Ejecutivo y su presidente están soportando una fortísima presión para que España reclame ayuda del Fondo de Rescate de la UE (también sería posible del FMI) para sanear una parte del sistema financiero en pésima situación de solvencia y necesitado de una inyección de recursos público cuyo cálculo, aunque varía, se situaría en el entorno de los cien mil millones de euros.

Pero “un rescate del sistema financiero en las actuales condiciones amortizaría al actual Gobierno, no es seguro que mejorase la prima de riesgo y restaría todavía más soberanía al Ejecutivo y al propio Parlamento” aducen fuentes de la Moncloa. El término “amortizar” se emplea para evitar el de “extinguir” la vigencia del actual equipo gubernamental. En otras palabras: un rescate haría saltar a los ministros económicos –Luis de Guindos y Cristóbal Montoro- y dejaría herido de enorme gravedad a Rajoy. “No se es demasiado consciente de lo que implicaría”, insisten las fuentes citadas, y “no afectaría parcial sino globalmente a la gobernanza de nuestra economía”.

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