La deslocalización parcial de EADS-CASA, se llevará de Sevilla la fabricación del avión militar A400M

El gobierno flaquea

Estamos ante una decisión polí­tica impuesta por Alemania y Francia (que se reparten rotativamente la presidencia de EADS) que, a medio plazo, pone en serio peligro el futuro de la industria aeronáutica española y, en lo inmediato, puede tener un coste laboral de incalculables proporciones (pueden estar en juego hasta 45.000 puestos de trabajo, directos e indirectos), especialmente en Andalucí­a, donde la construcción del avión de transporte militar A400M se habí­a convertido por parte de la Junta en la gran apuesta industrial para Andalucí­a.

EADS tiene en Esaña 9 centros, 4 en la comunidad de Madrid con más de 6.000 trabajadores; 1 en la provincia de Toledo (Illescas, 527 trabajadores) y 4 en Andalucía con casi 2.728 trabajadores. Casi 10.000 trabajadores directos que generan más de 40.000 en la industria auxiliar.Desde la adjudicación en 1999 a Sevilla de la línea de montaje y el centro mundial de entregas de la nueva generación de aviones europeos de trasporte militar, el A400M, las administraciones públicas españolas (Ministerio de Defensa, Ministerio de Industria, AENA dependiente del Ministerio de Fomento, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Sevilla) han dado ayudas por más de 350 millones de euros (casi 60.000 millones de pesetas) que se evaporarían, provocando además un inmenso agujero negro de paro en Andalucía, si finalmente se llevan la fabricación del A400M.Y todo indica que la deslocalización, finalmente se producirá el 1 de abril, fecha en la que concluye el proceso iniciado por EADS para integrar la División de Aviones de Transporte Militar (MTAD) en Airbus. Sobre todo tras conocerse la flaqueante posición del gobierno español, que a través del ministro de industria Miguel Sebastián ha mostrado su apoyo a la integración de MTAD en Airbus porque, según dijo el ministro ante el consejero delegado francés de EADS, Louis Gallois, el consorcio europeo “ganará en competitividad”, “fortalecerá la unidad militar” y “garantizará el futuro”. La coletilla: a cambio de que eso no suponga “la dilución” de la división española, no es más que la certificación de la aceptación de la sumisión a los planes germano-franceses. Una posición mucho más grave después que la dirección franco-alemana haya denegado sistemáticamente a España la ampliación de la participación española en el Consorcio Aeroespacial Europeo, donde nuestro país participa con un 5’5%.El sometimiento a la dependencia de las grandes potencias tiene estas consecuencias: unos planes que dejan en entredicho el futuro de la industria aeronáutica española, que corre el riesgo de perder el tren tecnológico y verse condenada a jugar un papel secundario. Además del incalculable coste laboral.(*) Artículo relacionado. “Desmantelamiento a la francesa”. (DV digital, 16-02-09)

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