Un fantasma recorre Europa, el fantasma de la competencia reaccionaria. La factoría valenciana de Ford Almussafes y la fábrica alemana de Saarlouis rivalizan ante las exigencias de la multinacional norteamericana para la adjudicación de sus modelos eléctricos en Europa. Negocian con Ford reducir salarios, recortar vacaciones para aumentar días de trabajo y ampliar la jornada con más horas de trabajo.
Al mejor postor, al peor futuro. La multinacional Ford con sede en Detroit, Estados Unidos, azuza la competencia entre sus plantas europeas. A más recorte salarial y más horas de trabajo, más posibilidades de que Ford asigne modelos eléctrico para su fabricación en los próximos años. Ford no producirá coches con motor de combustión a partir de 2030. La fábrica española depende de la adjudicación de los modelos eléctricos en Europa. Casi 30.000 empleos directos de 116 empresas de automoción dependen de las negociaciones. Tres meses sin acuerdos juegan a favor de la compañía y en contra de los trabajadores.
La dirección de Ford pretende que los trabajadores renuncien a la subida salarial aprobada por convenio, la que les deben de 2021 eliminarla para los años siguientes. Supondría perder 1.644 euros anuales para los trabajadores con sueldos más bajos y hasta 2.600 para los sueldos más altos. Una rebaja salarial entre el 7% y el 10%, mientras la inflación está por encima del 6,5% actualmente. El rechazo de los trabajadores al hachazo salarial es generalizado. Las cuatro centrales sindicales del comité de empresa, UGT, CCOO, CGT y SMT-Intersindical, desconfían de la multinacional y denuncian que busca un nuevo ajuste como hizo en 2017, ahora mucho más duro y sin garantizar carga de trabajo.
Ofrenda a la gran multinacional
Ford decide en Detroit. Las fábricas de Almussafes en Valencia y Saarlouis en Alemania compiten por rebajar al máximo los costes, recortando salarios y con aumento de las horas de trabajo. El ajuste draconiano para recibir la fabricación de coches eléctricos condenará a la otra factoría a un futuro incierto. Mientras Ford guarda silencio, los recortes laborales ofrecidos desde Valencia ya pasan por una rebaja salarial del 10%, reducir una semana de las vacaciones y ampliar 30 minutos cada turno de trabajo. Los sindicatos reconocen que es la “negociación más dura de la historia de la fábrica”.
En la última semana de enero, una delegación de UGT como parte del comité de empresa se ha desplazado a Colonia, base de operaciones de Ford en Europa. Ofrecen hasta 4 y 5 años más de contención salarial como moneda de cambio para la adjudicación. Además, aceptarían más medidas de “flexibilidad laboral” a partir de 2025 cuando ya se fabriquen los nuevos modelos. La ofrenda de sacrificios, a presente y a futuro, continúa para ganar la adjudicación a la planta de Alemania.
El plan Ford para Almussafes: reducir salarios, recortar vacaciones y una jornada con más horas de trabajo
¿Convencer a Detroit?
“Para que vengan nuevos proyectos tenemos que ser más competitivos”, las exigencias de la dirección de Ford se conocen desde octubre de 2021. Su mensaje llegó en plena negociación del nuevo convenio laboral de la factoría de Valencia. Aunque a día de hoy guarde silencio, la multinacional norteamericana fue entonces muy clara: prescindir de la mejora salarial acordada para 2022 con carácter retroactivo del IPC real -más un 0,5% adicional-. Un incremento de los sueldos del 7,2% que Ford quiere ahorrarse en la reorganización y adjudicación de sus planes de negocio en Europa.
Almussafes ha sido la factoría más rentable de Europa. Por cualificación y eficiencia de sus trabajadores, pero también por las ayudas públicas recibidas de la Generalitat valenciana. En 2021 podría recibir 11,1 millones. Todo ello mientras no deja claro su futuro en España, Ford anuncia 3 mega-factorías en EEUU y la inversión de 823 millones de euros en su factoría de Colonia (Alemania). Decisiones que abren el horizonte a “un Nissan en Almussafes”: ir recortando carga de trabajo en la planta valenciana hasta anunciar un posible cierre definitivo, como hizo la japonesa Nissan en Barcelona. En juego una plantilla de 7.000 trabajadores y buena parte de la industria auxiliar, el futuro de más de 30.000 familias.
En juego una plantilla de 7.000 trabajadores y buena parte de la industria auxiliar y el futuro de más de 30.000 familias.
¿Qué me pasa, doctor Ford?
Los altos directivos de Ford llevan años subrayando que se trata de la factoría más eficiente de Europa. Los datos lo avalan. La española es, con diferencia, la que más modelos fabrica: Kuga, Connect, Mondeo, S-Max y Galaxy. Además de garantizar por sí misma los motores y piezas mecanizadas. La situación de Ford es una evidencia más de las consecuencias de un modelo industrial dependiente de multinacionales extranjeras que toman sus decisiones fuera del país.
Es cada vez más necesario y urgente un plan de reindustrialización nacional que acabe con la dependencia del capital extranjero. Modernizar y diversificar nuestro tejido industrial al servicio de los intereses del país y mejorando las condiciones laborales sin depender de otros: apostando por las nuevas energías, con participación de las medianas y pequeñas empresas y convirtiendo la inyección de los fondos europeos, dinero que pagamos todos los españoles, en participación pública en las nuevas empresas. Invertir en reindustrializar y en capacidad de decisión sobre nuestro futuro.