El gobierno propone cambios en las cuotas de autónomos

Autónomos: una reforma abierta

Sea bienvenida toda medida que alivie la carga fiscal de los autónomos con menores ingresos. Pero es insuficiente. Aunque se les rebaje la cuota, su precariedad y bajo nivel de ingresos es el problema principal que sigue sin abordarse.

El Gobierno propone cambiar la cotización actual de los autónomos y hacerla variable según los ingresos reales percibidos. Se ha pasado a discusión un nuevo sistema de tramos que irían desde 183 euros al mes a  un pago máximo de 1.266 euros, con varios tramos intermedios. El cambio sería gradual durante ocho años hasta estar completada en 2031.

La reforma es necesaria y urgente porque la tarifa actual no atiende a los diferentes niveles de ingresos de los autónomos, ni a los diferentes ingresos de un mismo cotizante según la época del año. Y en muchos casos la cuota de seguridad social se lleva una porcentaje demasiado elevado de las ganancias del trabajador autónomo.

De los 294 euros actuales de cuota fija mínima se pasará a 110 euros mensuales menos, y con un sistema progresivo de 13 tramos en función de las ganancias de cada autónomo, que se implantaría progresivamente a lo largo de nueve años, de manera que en 2031 la cuota de autónomos podría variar entre un mínimo de 184 y un máximo de 1.267 euros.

Dos terceras partes de los autónomos se verían beneficiados. Para los que tienen rendimientos inferiores a 600 euros mensuales, el nuevo sistema supone un ahorro de 1.300 euros al año en cuotas a la Seguridad Social; mientras que para los que tienen entre 600 y 900 euros de ingresos netos y que suponen una parte muy importante de este colectivo, el ahorro sería de 420 euros anuales.

Toda medida que vaya a mejorar a los sectores de rentas más bajas bienvenida sea; pero la realidad es que si a este grueso de autónomos que ingresan como máximo hasta 1.200 euros, les descontamos los pagos de las cuotas propuestas y las retenciones del IRPF, al final tan sólo les quedarían limpios unos 800 euros al mes en el mejor de los casos, muy por debajo del Salario Mínimo.

Luego, aunque se les rebaja la cuota, su precariedad, su bajo nivel de ingresos, sigue evidenciándose como el principal problema a abordar.

Incluso si un autónomo está en el sector de los que llegan a obtener unos 1.800 euros, y se les aplica la cuota propuesta de 535 euros, le quedaría neto lo equiparable a la nómina de un asalariado medio, pero con la diferencia  de que los autónomos no tienen ni bajas remuneradas ni 14 pagas, y tampoco vacaciones pagadas, ni disponen de indemnizaciones en caso de cierre.

Apoyos y quejas

Las asociaciones UPTA (vinculada a UGT) y UATAE (vinculada a CCOO) son los principales respaldos a la ley a debate de entre las asociaciones de autónomos.

UPTA pidió formalmente que la propuesta «se acelere tres años porque para muchos autónomos puede llegar tarde esta reforma», y que la transición al nuevo sistema de cotización se complete en seis años, en vez de nueve. Y también proponen un sistema de cotización especial para los artistas y trabajadores culturales que por trabajar ocasionalmente obtengan rendimientos netos inferiores a 3.600 euros. Y concretan que puedan acceder a una cuota fija de 90 euros al mes. Con un segundo tramo de 135 euros al mes para los que ganen entre 3.601 y 5.400 euros al año.

Bienvenida sea la rebaja de cuotas; pero urge subir los ingresos de los autónomos

UATAE pide eliminar la espera de 9 años y aplicar ya la nueva cuota reducida para todo autónomo con ingresos por debajo del salario mínimo. También plantean aumentar la protección social de los trabajadores por cuenta propia y crear el equivalente a un subsidio para mayores de 52 años desempleados, como el que existe para los asalariados.

Se opone la asociación de autónomos ATA vinculada a la CEOE porque valora como elevadísima la subida para los que más ganan: un autónomo que gane 4.000 €/mes tendrá que pagar 474 € de cuota en 2027 y luego se le disparará la cuota hasta 1.123 €. Con estos baremos un profesional  tendría que facturar más de 40.000 € + IVA al año para ganar el sueldo medio de los asalariados, una cantidad que muy pocos alcanzan.

Y es que, aunque esta asociación se oriente a defender las rentas más altas, la verdad es que la reforma propuesta supone una importante subida también para estos autónomos con unos ingresos medios que no equivalen más que al sueldo de un trabajador especializado, un profesor universitario o un técnico.

Además el texto presentado realmente privilegia a los sectores de autónomos que obienen rentas más altas que la media, porque no propone subir proporcionalmente para rentas mayores. Y así los autónomos que superen los ingresos de 4.000 al mes verán congelada la cuota que no se les incrementaría de forma proporcional.

Como vemos, aún entre las asociaciones que apoyan las líneas generales de la reforma, la principal queja sobre la propuesta presentada, es que resulta insuficiente y tardía la rebaja para los que ganan poco: las reducciones son más pequeñas de lo esperado. Si ganas por ejemplo 700 euros seguirás teniendo que pagar 244,80 euros, una cantidad inviable para que merezca la pena ser autónomo.

Pero hay otros motivos para considerarla insuficiente: Equipara las cuotas a la seguridad social de dos realidades laborales muy diferentes: la del autónomo con el trabajador por cuenta ajena.

No se valora el riesgo que supone emprender y la incertidumbre de ingresos, más horas de trabajo y menos vacaciones, tal y  como se refleja en el Estudio Nacional del Autónomo (ENA).

Además no se propone ningún sistema de paro para autónomos: seguirá siendo una cotización extra, con derecho a unas prestaciones limitadas.

La rebaja de cuotas aunque tenga sus límites beneficia a miles de autónomos, y cuanto antes se apruebe mejor. Pero hace falta acometer en profundidad un estatuto del trabajador autónomo: Es necesaria una reforma.que permita subir sus ingresos hasta la media de un asalariado y que garantice una pensión equivalente.

La pensión media de jubilación de los trabajadores autónomos es el 59,4% de la que reciben los trabajadores del régimen general. Cotizar en función de los ingresos también implica recibir prestaciones en función de esas cotizaciones. Lo que significa que todos los autónomos que ahora se beneficiarían de una bajada de cuota luego lo perderán al ver disminuída su pensión. Que las personas que pasen a pagar menos, también acumularán menos cotizaciones de cara a futuras prestaciones o la jubilación.

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