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El Frob contempla dar más dinero a la banca pública

Casi dos años después de que el Estado se viera obligado a inyectar dinero público en Catalunya Banc y NovaGalicia Banco (NGB) y cuando los activos de estas entidades han sufrido un deterioro adicional al que provocó su rescate financiero, el Frob se dispone a contratar dos bancos de inversión para analizar su cartera y organizar de nuevo su venta.

Tras evaluar diferentes opciones con la consultora McKinsey, el organismo que depende del Banco de España y el Ministerio de Economía quiere acelerar ahora la venta de estas entidades que cada vez valen menos, aunque para ello tenga que concederles nuevas ayudas públicas mediante el llamado Esquema de Protección de Activos (EPA). Pese a que el Gobierno había asegurado que no inyectaría más recursos en ninguna de las dos antiguas cajas, el Frob está dispuesto ahora a negociar un EPA «limitado» con garantías para el banco que se quede con ellas si así logra que la operación sea «más interesante para los compradores», según reconocieron ayer fuentes del Frob. Este sistema ya se utilizó con la venta de la CAM y Unim, pero ahora parecía descartado por el traspaso del riesgo inmobiliario de la banca nacionalizada al banco malo llamado Sareb.

Sin embargo, la dificultad para colocar estas entidades –especialmente la catalana– y la recomendación de McKinsey de venderlas lo antes posible para evitar que sigan perdiendo valor ha obligado al Frob a replantearse las ayudas, aunque sigue descartando recurrir para este proceso a la línea de crédito que Bruselas habilitó para el rescate financiero el pasado año.

En septiembre de 2011, cuando el Frob aprobó la entrada en el capital de estas entidades, la tasa de morosidad de la banca española rozaba el 7%. Ahora se aproxima al 11%. Además, la Troika todavía no había aterrizado en el Banco de España con sus imposiciones para el canje de los polémicos productos híbridos (participaciones preferentes y deuda subordinada) y estas entidades no habían sufrido un deterioro de imagen tan fuerte como el actual.

«Con todo el barullo que hay con los híbridos, los bancos sanos se están quedando con los mejores clientes de estas entidades. En el último año han caído sus depósitos y su morosidad ha subido», reconocen desde el Frob. Pese a todo, el organismo sigue defendiendo que podrá cerrar la venta defendiendo los intereses del Estado. Su máxima para la operación parece ser la de evitar por todos los medios otro «proceso de venta fallido» y darles un futuro sin tener que llegar a trocear su negocio para acabar con su disolución ordenada.

La situación es especialmente complicada en el caso de Catalunya Banc. Fuentes del Frob reconocieron ayer que sólo hay un comprador interesado en hacerse con esta entidad, que hasta el pasado mayo estaba presidida por Adolf Todó, que abogó por aplazar las decisiones más duras para su saneamiento empeorando aún más la situación de la antigua caja.

Entre los bancos sanos, hay quien cifra las ayudas que podría necesitar la entidad catalana para encontrar comprador en la horquilla de entre 3.000 y 5.000 millones de euros.

Mientras, para quedarse con el negocio de la entidad gallega se han postulado ya varios compradores con los que el Frob mantendrá un «diálogo productivo» en el proceso de análisis que va a abrir ahora para poder cerrar su venta «mucho antes de final de año».

De momento, el primer paso será anunciar en los próximos días el nombre de los dos bancos de inversión que serán contratados por un total de 1,4 millones de euros para liderar este proceso.

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