El fracaso de los fanáticos de la austeridad en la UE

«¿Qué necesita un paí­s para tener éxito con el euro? La Comisión Europea y el Banco Central Europeo dirí­an que la receta es simple: reducir el déficit presupuestario, bajar los salarios, mantener competitivos los impuestos, aumentar las exportaciones y vivir con austeridad. Pero hay un problema: Irlanda viene aplicando esa receta con precisión y no le ha ido muy bien ya que tiene que enfrentarse al elevado coste de los rescates bancarios.»

Irlanda ha sido ejemlar en su iniciativa de austeridad. Los salarios del sector público cayeron un promedio de 13% y se subieron los impuestos donde hacía falta -pero no de una manera que afecte a la actividad comercial-. Los irlandeses se mostraron dispuestos a ajustarse los cinturones y adaptarse a los tiempos difíciles y no hubo ningún indicio de disturbios callejeros, huelgas y protestas que, por contra, sí tuvieron lugar en Grecia. Irlanda está haciendo exactamente lo que le dijeron que debía hacer. Por ello, debería haber alguna recompensa para todo ese esfuerzo, pero hay muy pocos indicios de tal reconocimiento. No hay duda de que la moneda única contribuyó a los problemas y el deterioro de Irlanda. (BLOOMBERG NEWS) DIARIO DEL PUEBLO.- El más reciente diálogo de alto nivel entre China y la Unión Europea (UE) no se efectuó en Beijing o Shanghai, sino en Guiyang, la capital de Guizhou, la provincia más pobre de China. En una inusual decisión, el Gobierno chino optó por no mostrar el brillo de sus ciudades más cosmopolitas, Beijing o Shanghai, exhibiendo en su lugar la realidad menos rutilante de sus áreas subdesarrolladas. Esta loable decisión evidencia una verdadera confianza en la nación. En el pasado, cuando los “huéspedes extranjeros” visitaban China, las instancias gubernamentales o las agencias empresariales les llevaban a ver solamente las reliquias “magníficas” de los imperios antiguos o nuevos, o las deslumbrantes maravillas urbanas. EEUU. Bloomberg News Irlanda: los fanáticos de la austeridad pierden su modelo celta Matthew Lynn ¿Qué necesita un país para tener éxito con el euro? La Comisión Europea y el Banco Central Europeo dirían que la receta es simple: reducir el déficit presupuestario, bajar los salarios, mantener competitivos los impuestos, aumentar las exportaciones y vivir con austeridad. Pero hay un problema: Irlanda viene aplicando esa receta con precisión y no le ha ido muy bien ya que tiene que enfrentarse al elevado coste de los rescates bancarios. De este modo, si existe un país que prueba el desastre en que se ha convertido la moneda única, no es Grecia, ni siquiera España o Portugal. Es Irlanda. Cuando los países violan las normas y después se meten en problemas, no es algo tan sorprendente. Pero si ateniéndose a la norma, las complicaciones también aparecen, es porque algo falla en el sistema. La semana pasada, hubo una fuerte señal de que Irlanda todavía está lejos de la recuperación del mercado después de casi dos años desde que la crisis de crédito hizo estallar la burbuja inmobiliaria y de activos que se había ido formando en el país durante la mayor parte de la década anterior. Así, la agencia de calificación Standard & Poor’s bajó la nota de la deuda irlandesa un nivel, hasta AA-, lo que pone de relieve el alto coste de rescatar un sistema bancario que se esfuerza por hacer frente al colapso del mercado de propiedades. S&P estima que el coste de recapitalizar los bancos será de unos 50.000 millones de euros, lo que representa casi un tercio de la economía. De este modo, Irlanda posee ahora su nota más baja desde 1995. Los bonos irlandeses se desplomaron con la noticia y el diferencial respecto a los bunds alemanes subió a un nivel récord. Agujero presupuestario Con estos datos, no es difícil entender por qué se tomó la decisión. Irlanda tuvo el año pasado un déficit presupuestario del 14,3% del Producto Interior Bruto, el mayor de cualquier país de la Eurozona. Aunque según los pronósticos de la Comisión Europea, esta brecha se reducirá a un 11% este año. Es una leve mejora, pero no basta para tranquilizar al mercado de bonos. Hay una montaña de deuda acumulándose y la economía se mantiene en un estado terrible. En los últimos dos años, se contrajo alrededor de un 10%, lo que ha dado lugar a una de las peores recesiones en el mundo desarrollado. Y tampoco hay muchos indicios de repunte. El banco central irlandés pronostica que la economía crecerá 0,8% este año, una cantidad revisada al alza con respecto a la contracción de 0,5% que estimó en abril. Tal vez suceda, y tal vez no. En cualquier caso, es una recuperación débil para el que solía ser uno de los países que más crecía en Europa, y que basaba la mayor parte de ese crecimiento en las exportaciones. Tiempos difíciles y austeridad Sin embargo, Irlanda ha sido ejemplar en su iniciativa de austeridad. Los salarios del sector público cayeron un promedio de 13% y se subieron los impuestos donde hacía falta -pero no de una manera que afecte a la actividad comercial-. Los irlandeses se mostraron dispuestos a ajustarse los cinturones y adaptarse a los tiempos difíciles y no hubo ningún indicio de disturbios callejeros, huelgas y protestas que, por contra, sí tuvieron lugar en Grecia. Irlanda está haciendo exactamente lo que le dijeron que debía hacer. Está siguiendo el camino diagramado para Grecia, Portugal y España, y lo hace con un autodominio y una disciplina admirables. Por ello, debería haber alguna recompensa para todo ese esfuerzo, pero hay muy pocos indicios de tal reconocimiento. No hay duda de que la moneda única contribuyó a los problemas y el deterioro de Irlanda. Contrariamente a Grecia o Portugal, el país no recurrió al euro para modernizar una economía atrasada antes de su introducción. El ‘Tigre Celta’, como se lo conocía, se las arreglaba muy bien solo. Y tampoco, como los italianos, intentaba canjear una moneda permanentemente débil por una más fuerte. La libra irlandesa funcionaba bien. Burbujas enormes tras la unión Por ello, es necesario destacar que Irlanda tenía una de las economías más exitosas del mundo cuando se incorporó a la Eurozona en 1999. Sin embargo, lo único que obtuvo de la unión monetaria son enormes burbujas financieras e inmobiliarias, cuyo colapso dejará una marca en el país durante una generación. La Comisión Europea y el BCE deberían estar observando atentamente la experiencia irlandesa. Deberían suspender el límite de los déficits financieros por cinco años hasta que haya algún indicio de crecimiento económico. También tendrían que eximirlo de contribuir al pago del estímulo griego; es una locura que los irlandeses pidan dinero prestado para dar a un país que está en el mismo barco. Y en última instancia debería utilizarse una salida diplomática del euro. Si la austeridad no funciona para Irlanda, es poco probable que ayude a Grecia, Portugal o España. Todo el experimento con la unión monetaria está condenado al fracaso si los líderes del euro no se deshacen de su receta simple. BLOOMBERG NEWS. 3-9-2010 China. Diario del Pueblo Con mayor confianza que nunca, China se muestra tal cual es El más reciente diálogo de alto nivel entre China y la Unión Europea (UE) no se efectuó en Beijing o Shanghai, sino en Guiyang, la capital de Guizhou, la provincia más pobre de China. En una inusual decisión, el Gobierno chino optó por no mostrar el brillo de sus ciudades más cosmopolitas, Beijing o Shanghai, exhibiendo en su lugar la realidad menos rutilante de sus áreas subdesarrolladas. Esta loable decisión evidencia una verdadera confianza en la nación. En el pasado, cuando los “huéspedes extranjeros” visitaban China, las instancias gubernamentales o las agencias empresariales les llevaban a ver solamente las reliquias “magníficas” de los imperios antiguos o nuevos, o las deslumbrantes maravillas urbanas. Cuando el cineasta Zhang Yimou ubicó sus historias en áreas rurales de tiempos idos, muchos lo criticaron, considerando que sólo procuraba complacer al público extranjero, a quienes mostraba el lado oscuro de China. Los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008 fueron considerados ampliamente como “debut” internacional de China. Valiéndose de las masivas exhibiciones de fuegos artificiales y el fastuoso espectáculo de cantos y bailes, la nación ilustró sus logros recientes, a la vez que celebraba orgullosa el despliegue de su poderío. El desfile militar del Día Nacional el año pasado y la actual Expo Universal de Shanghai 2010 no han hecho más que dar continuidad a esta historia. Personas de todas las latitudes reconocen a China como potencia global, con el respaldo de un Producto Interno Bruto (PIB) que ya se considera segundo a escala planetaria. Con todo, esos ejemplos son solamente una parte del panorama. Cuando los funcionarios chinos invitaron a la “Ministra de Asuntos Exteriores” de la UE, Catherine Ashton, a viajar a Guiyang y visitar una aldea próxima, con un per cápita anual inferior a los 2.000 yuanes ($294), el Gobierno ayudó al mundo exterior a acercarse más a la verdad. Esto no significa, empero, que China procure presentarse como un país pobre que necesita favores especiales del mundo desarrollado. Al igual que algunas personas excesivamente engreídas deben evitar jactarse ciegamente de los grandes logros del país, China tampoco debe enfatizar su lado desfavorecido con propósitos ulteriores. Hay quienes habitan lujosos chalets en Beijing, Shanghai y Guangzhou, pero otros todavía luchan por lograr una vida decente en las provincias de Guizhou, Gansu y Yunnan. Una nación que confíe en sí misma debe mostrar con honestidad al mundo su variedad y complejidad. China debe acoger más eventos internacionales en sus ciudades de segunda y hasta tercera categoría, o incluso en el campo, de modo que millones de funcionarios y empresarios extranjeros puedan tener la posibilidad de conocer el país más cabalmente. Al mismo tiempo, la nación debe mostrar más confianza al expresar varias opiniones, y tener un mayor grado de confianza al encarar diversas reacciones de todas partes del mundo. DIARIO DEL PUEBLO. 3-9.2010

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