El automóvil anuncia decenas de miles de despidos

«La peor parte del león se la están llevando las empresas de equipos y componentes para automoción, tradicionalmente la más débil de la cadena productiva, que a finales del pasado ejercicio empleaban a 169.936 personas, un 18,4 por ciento menos que el ejercicio precedente.»

La industria auxiliar ha desedido desde el mes de octubre de 2008 a un total de 63.366 trabajadores. Según la citada asociación, 27.232 empleos se encuentran sujetos en estos momentos a expedientes de regulación, cifra a la que habría que sumar entre 10.000 y 15.000 puestos de trabajo procedentes de los concesionarios de turismos, vehículos industriales y talleres independientes. El dato de queel 10 por ciento de los distribuidores no vendieran ni un solo vehículo en agosto pasado revela la magnitud del problema. EL PAÍS.- Las cifras de paro registrado del mes de agosto han vuelto a poner a la economía española frente al espejo de su gran problema: el desempleo. Nada hay pues sobre la mesa que haga presagiar una mejora de la situación de aquí a final de año. La economía va a permanecer prácticamente estancada por los ajustes de gasto público y el menor tirón internacional. Ha bastado la llegada de septiembre para dejar al descubierto la fragilidad de la recuperación en España. EL MUNDO.- Zapatero inicia el curso político en situación más débil que nunca desde que es presidente. La continuidad de su Gobierno depende del PNV, a cuyas exigencias debe plegarse si quiere aprobar los Presupuestos, al mismo tiempo que aumenta la contestación interna de su liderazgo debido a que el PSOE tiene miedo a encadenar una serie de derrotas electorales, primero en Cataluña, después en las autonómicas y municipales, y finalmente en las generales. La realidad de Zapatero es tan apurada, que la necesidad de detener la hemorragia de votos le forzará a hacer una crisis de Gobierno. Industria automovilística. El Economista El automóvil anuncia otra oleada de decenas de miles de despidos A. Polo Si el Gobierno socialista no lo remedia, la crisis que arrastra la industria de la automoción en España dejará en la cuneta laboral a decenas de miles de trabajadores, según las estimaciones más optimistas realizadas por las distintas asociaciones del sector. La peor parte del león se la están llevando las empresas de equipos y componentes para automoción, tradicionalmente la más débil de la cadena productiva, que a finales del pasado ejercicio empleaban a 169.936 personas, un 18,4 por ciento menos que el ejercicio precedente. De acuerdo con las informaciones suministradas por las propias empresas de este segmento a Sernauto, la industria auxiliar ha despedido desde el mes de octubre de 2008 a un total de 63.366 trabajadores. Según la citada asociación, 27.232 empleos se encuentran sujetos en estos momentos a expedientes de regulación, cifra a la que habría que sumar entre 10.000 y 15.000 puestos de trabajo procedentes de los concesionarios de turismos, vehículos industriales y talleres independientes. El dato de que el 10 por ciento de los distribuidores no vendieran ni un solo vehículo en agosto pasado revela la magnitud del problema. Al margen de la destrucción de empleo y tejido productivo, el retroceso de las matriculaciones está alterando notablemente la base del negocio de los concesionarios. Con unos márgenes extremadamente ajustados y un acceso complejo a las fuentes de financiación, la red se encuentra en un constante proceso de redimensionamiento para hacer frente a la situación. Panorama desolador Fuentes de Sernauto reconocen que tras un mes de agosto relativamente tranquilo, el último cuatrimestre se presenta muy complicado porque el ritmo de ajustes laborales se mantendrá en niveles elevados. Y lo peor está por llegar, porque las caídas de las ventas de turismos proseguirán durante los últimos cuatro meses que restan para concluir el año con tasas próximas al 30 por ciento, justo cuando en el mismo periodo del año pasado las matriculaciones experimentaron crecimientos de hasta el 37,3, tal y como sucedió en el mes de noviembre. Las consecuencias de la crisis también están afectando a los fabricantes de turismos, aunque en menor medida porque el 86 por ciento de su producción se destina a países de la Unión Europea (UE). A este factor estructural hay que añadir el mejor comportamiento de las matriculaciones en el Viejo Continente, que en junio pasado sólo cayeron un 6,9 por ciento, apoyadas en algunos países por las ayudas oficiales. A la espera de recibir la información que en estos momentos está recabando entre sus asociados para cuantificar el impacto que tendrá el desplome de las ventas y su efecto en el empleo, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) estima que el año se cerrará con 900.000 vehículos matriculados, un 5 por ciento menos que el ejercicio precedente. Con ayudas oficiales, esta cifra podría elevarse por encima del millón de unidades y retirar de la circulación a 70.000 viejos automóviles, de acuerdo con los cálculos de Aniacam. ¿Cómo se puede revertir esta grave situación? Existen salidas, pero la solución debería de venir de la mano del Gobierno, que tras la conclusión de las ayudas contenidas en el Plan 2000E ha cerrado las puertas a su posible ampliación en el tiempo, en contra de las reclamaciones del sector. El gran problema al que se enfrenta la industria es la retracción de los consumidores privados. Los datos correspondientes a julio reflejaban un descenso del 45,4 por ciento en este canal, después de catorce meses consecutivos de crecimiento. En agosto el retroceso alcanzó el 36,9 por ciento y las previsiones de Aniacam apuntan a que la demanda seguirá descendiendo en los próximos meses en porcentajes cercanos al 30 por ciento, anulando al final del año los incrementos registrados hasta ahora. Carta a Sebastián Anfac envió una carta el pasado 29 de julio al ministro de Industria, Miguel Sebastián, solicitando una entrevista para analizar la situación y buscar posibles soluciones a una industria en declive que emplea a más de 500.000 personas. Hasta el momento el ministro madrileño no ha concretado ninguna fecha para celebrar el encuentro, al que en principio también acudirán el resto de asociaciones que defienden los intereses de la industria de las dos ruedas: Ganvam, Faconauto y Aniacam. EL ECONOMISTA. 3-9-2010 Editorial. El País La cruda realidad Las cifras de paro registrado del mes de agosto han vuelto a poner a la economía española frente al espejo de su gran problema: el desempleo. Tras cuatro meses consecutivos de descenso, en agosto se sumaron a las listas de los servicios públicos de empleo otras 61.083 personas en busca de trabajo. Es cierto que agosto es habitualmente un mal mes para el empleo, pues empiezan a vencer los contratos asociados a la actividad veraniega, pero eso mismo demuestra que los últimos descensos del paro registrado eran más un espejismo temporal que un cambio de tendencia del mercado laboral. La caída de la afiliación de agosto (131.858 personas) es la menor en un mes de agosto desde 2005, pero conviene no olvidar que se produce sobre una base de empleo ya muy mermada. Además, la cifra del aumento del paro es la tercera peor en un mes de agosto, solo por detrás de las registradas en los desastrosos últimos dos años. Hay otros datos preocupantes. Del millón largo de contratos firmados en agosto, el 93,4% fueron temporales, una proporción que no se alcanzaba desde hace 12 años. Agosto es un mes propicio para la contratación temporal, modalidad que además se usa especialmente en tiempos de incertidumbre. Pero la conclusión es que de la reforma laboral -ya en vigor, aunque pendiente de aprobación en su versión definitiva- no hay ni rastro de efecto. Los contratos de fomento de la contratación indefinida, una de las apuestas estrella de la reforma laboral, caen un 40% con respecto al mismo mes de 2009. Un informe divulgado ayer por la Organización Internacional del Trabajo y el Fondo Monetario Internacional muestra a España como el país donde más se ha incrementado la tasa de paro durante la crisis, pese a haber sufrido una contracción económica similar o incluso inferior a la de otras economías avanzadas. Y, lo que es peor, las previsiones indican que este incremento del desempleo, proveniente en su mayor parte del pinchazo de la burbuja inmobiliaria y de la construcción, tardará mucho en ser reabsorbido. Nada hay pues sobre la mesa que haga presagiar una mejora de la situación de aquí a final de año. La economía va a permanecer prácticamente estancada por los ajustes de gasto público y el menor tirón internacional. Ha bastado la llegada de septiembre para dejar al descubierto la fragilidad de la recuperación en España. EL PAÍS. 3-9-2010 Editorial. El Mundo Entre a crítica interna y la ocasión política ZAPATERO inicia el curso político en situación más débil que nunca desde que es presidente. La continuidad de su Gobierno depende del PNV, a cuyas exigencias debe plegarse si quiere aprobar los Presupuestos, al mismo tiempo que aumenta la contestación interna de su liderazgo debido a que el PSOE tiene miedo a encadenar una serie de derrotas electorales, primero en Cataluña, después en las autonómicas y municipales, y finalmente en las generales. La realidad de Zapatero es tan apurada, que la necesidad de detener la hemorragia de votos le forzará a hacer una crisis de Gobierno. El pistoletazo de salida para este cambio lo dará hoy mismo la agrupación socialista de Hospitalet, al proponer a Celestino Corbacho para las listas del Parlamento catalán. El ministro de Trabajo será el número tres de Montilla, por lo que tendrá que dejar el Gobierno. Puesto que la continuidad de Trinidad Jiménez depende del resultado de las primarias que se celebrarán el 3 de octubre, Zapatero esperará hasta esa fecha para previsiblemente hacer una crisis más amplia, lo que por otro lado era una necesidad incuestionable desde hace meses, debido a la extrema debilidad que su equipo de Gobierno ha evidenciado en el último año. Un cambio de ministros es el mejor instrumento que tiene en su mano un presidente para tomar impulso político, aunque en este caso Zapatero lo hará forzado por las circunstancias, en medio de las tormentas internas que se han desatado en varias federaciones. Por una parte, en Madrid, donde el temor a una derrota más que segura ha sido el detonante de las primarias, derivadas de la rebelión de Tomás Gómez, al no estar dispuesto a obedecer la orden de renunciar a la candidatura a la Comunidad en beneficio de Trinidad Jiménez. Por otra, en Valencia, donde Antonio Asunción, uno de los escasos políticos que presentó su dimisión voluntariamente para asumir la responsabilidad de la huida de Luis Roldán, entró ayer en liza anunciando que se presentará a las primarias para disputar al líder regional Alarte la candidatura del PSOE frente a Camps. Pero fue más allá al pedir primarias también para La Moncloa «si, transcurrido el tiempo, Zapatero no fuera el candidato ideal». Aunque Asunción lleve años alejado de la actividad diaria del partido, es evidente que pone el dedo en la llaga, tanto al impulsar una alternativa por la debilidad del PSOE en Valencia como al abrir el debate -hasta ahora sotto voce- acerca de si Zapatero es o no el caballo adecuado para las generales teniendo en cuenta el desgaste que reflejan las encuestas. Tampoco en el PSE parecen estar muy contentos con Zapatero, por la negociación con el PNV para los Presupuestos. Si hace unos días era Patxi López quien pedía al presidente que demostrara «más fortaleza», ahora los diputados y junteros socialistas vascos han convocado un acto de «respaldo absoluto al lehendakari» con la idea central de «poner en valor que en el Congreso, el grupo más importante del País Vasco son los nueve diputados del PSE». Parece evidente que el mensaje va dirigido a Zapatero, tal vez porque los socialistas vascos no se acaban de fiar del presidente y lo creen capaz de plegarse al PNV y dejar vendido a López. Más allá de las cuitas internas, hay que buscar el denominador común de las crisis socialistas de Madrid, Cataluña, Valencia y el País Vasco en una poderosa razón de fondo. Las cuatro son comunidades en las que el PSOE ha sufrido o teme sufrir las consecuencias de la dependencia de Zapatero de los partidos nacionalistas. Por el miedo a la debacle, Corbacho ha de ir en auxilio de Montilla. Aunque no deja de tener su gracia que el PSC, después de la deriva nacionalista de esta legislatura, pretenda jugar ahora en la campaña la carta españolista. EL MUNDO. 3-9-2010

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