«La participación de las rentas del trabajo como porcentaje de la renta nacional en el promedio de los países de la UE-15 ha ido descendiendo desde principios del establecimiento de la Unión hasta hoy, bajando del 69% al 56%. Este descenso ha sido mucho más acentuado en la zona euro, y todavía mayor en España.»
Todas estas olíticas han respondido al enorme poder de clase, es decir, del capital (mundo empresarial y financiero y rentas superiores), que está aprovechando ahora la crisis creada por ellos para conseguir lo que ha estado deseando todos los años: debilitar todavía más al mundo del trabajo al cual pertenecen las clases populares. De ahí que sea fundamental que exista una protesta masiva el día 29 de septiembre, a nivel europeo y a nivel español, para iniciar un proceso de reversión de tales políticas (PÚBLICO) EXPANSIÓN.- Aun a regañadientes, los dirigentes territoriales parece que van entendiendo la apremiante necesidad de estabilizar las cuentas públicas. Pero para lograrlo no se han devanado mucho los sesos; o mejor dicho, sí lo han hecho pero sólo para ver de qué manera pueden exprimir fiscalmente al contribuyente. En contadas excepciones se ha optado por la austeridad y por reducir las hipertrofiadas e insostenibles estructuras de gasto. La mayoría de los Ejecutivos autonómicos parecen haberse aplicado la misma máxima: si puedes subir los impuestos para qué vas a recortar los gastos. EL PAÍS.- José Luis Rodríguez Zapatero arranca el curso político más débil que nunca. El 60,4% de los ciudadanos -el 46,1% entre los votantes del PSOE- cree que no es el mejor líder que podría tener el partido y un 65,6% opina que no debería presentarse a las próximas elecciones generales, en 2012. Son datos del Pulsómetro de la cadena SER, un sondeo realizado por el Instituto Opina el lunes y martes pasados con una muestra de 1.000 entrevistas proporcionales. Los ciudadanos suspenden al presidente del Gobierno con un 3,6, una décima por debajo de la nota de Mariano Rajoy, que tampoco es el mejor líder del PP para el 73,4% (el 69,1% entre sus votantes). Opinión. Público Motivos para la huelga Vicenç Navarro Es importante que se entienda y se conozca qué ha estado ocurriendo en la Unión Europea durante estos últimos años (y no me refiero sólo a lo que ha pasado desde el inicio de la crisis en 2007). La participación de las rentas del trabajo como porcentaje de la renta nacional en el promedio de los países de la UE-15 ha ido descendiendo desde principios del establecimiento de la Unión hasta hoy, bajando del 69% al 56%. Este descenso ha sido mucho más acentuado en la zona euro, y todavía mayor en España. Ello ha ido acompañado de un aumento del desempleo en el promedio de la UE-15 (interrumpido provisionalmente en España por la burbuja inmobiliaria hasta que estalló) y de un deterioro de las condiciones de trabajo. El porcentaje de trabajadores que declara trabajar en condiciones estresantes en el promedio de la UE-15 ha pasado del 32% de la población empleada a un 54% en 2008. En España ha sido incluso mayor. Una consecuencia de ello es que las enfermedades laborales por estrés han aumentado. Por si esto no fuera suficiente, la protección social se ha ido deteriorando. La tasa de crecimiento del gasto público social (que cubre los gastos públicos en las transferencias y servicios del Estado del bienestar) ha ido descendiendo en el promedio de la UE-15 desde principios de la década de los noventa (habiéndose interrumpido este descenso entre 2004 y 2008 en España durante la alianza –informal– del PSOE con IU-ICV, ERC y BNG). Ha vuelto a descender a partir de entonces, y España ha permanecido en la cola de la Europa social, siendo el país de la UE-15 con el gasto público social por habitante más bajo. Además de este descenso hemos visto una disminución de los derechos laborales en la mayoría de los países de la UE-15. Mientras la clase trabajadora y grandes sectores de las clases medias veían disminuir su capacidad adquisitiva (la mayor causa del enorme endeudamiento de las familias), hemos visto un enorme incremento de los beneficios empresariales. Estos aumentaron un 38% en la media de la UE-15 y un 42,3% en la zona euro durante el periodo 1999-2008, mientras que los costes laborales aumentaron sólo un 17%. En España, este contraste entre la austeridad impuesta a las clases populares y la bonanza y exuberancia de los beneficios empresariales fue incluso más acentuado. Durante el mismo periodo, las mayores empresas españolas vieron aumentar sus beneficios netos un 73% (casi el doble de la media de la UE-15), mientras que los costes laborales aumentaron durante el mismo periodo un 3,7% (casi cinco veces menos que en la UE-15). Dentro de estas empresas, las que alcanzaron elevadísimos niveles de beneficios fueron las financieras, que basaron su riqueza en el enorme endeudamiento de las familias europeas y españolas y en actividades altamente especulativas, incluyendo las inversiones inmobiliarias, que se convirtieron en el motor del crecimiento económico en varios países, incluyendo España. La banca española, bajo la pésima supervisión del Banco de España, tiene una enorme responsabilidad en el desarrollo del complejo bancario-inmobiliario-constructor y su burbuja, que al explotar ha creado el enorme problema económico, además de dificultar enormemente la accesibilidad al crédito por parte de la ciudadanía y de la mediana y pequeña empresa. Es una enorme incoherencia (para ponerlo de una manera amable) que el gobernador del Banco de España, Francisco Fernández Ordóñez, que junto con anteriores gobernadores es el responsable de una de las mayores causas de la crisis en España, esté ahora liderando el movimiento neoliberal, y responsabilice a los sindicatos por el elevado desempleo causado, según él, por una supuesta rigidez de los mercados laborales. A nivel europeo, los hechos presentados en los párrafos anteriores se deben, no a los mercados financieros, sino al desarrollo de las políticas neoliberales, promovidas por las mayores instituciones de la UE, y muy en especial por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Consejo Europeo, controlado este último por las derechas (cristiano-demócratas y liberales). Estas instituciones han estado imbuidas del pensamiento neoliberal, al cual se han adaptado gran parte de los partidos socialdemócratas gobernantes que han abandonado elementos claves de la tradición socialdemócrata para convertirse en partidos socioliberales. Estas políticas han consistido en la desregulación de los mercados laborales, la reducción de la protección social, la reducción de los impuestos, el aumento de su regresividad (responsable, en parte, de que las desigualdades sociales en la UE-15 hayan alcanzado el mayor nivel conocido en los últimos 20 años), las privatizaciones de los servicios del Estado del bienestar, y la reducción de los beneficios laborales y sociales. La reducción de impuestos, por cierto, determinó el crecimiento de la deuda pública en todos estos países. Todas estas políticas han respondido al enorme poder de clase, es decir, del capital (mundo empresarial y financiero y rentas superiores), que está aprovechando ahora la crisis creada por ellos para conseguir lo que ha estado deseando todos los años: debilitar todavía más al mundo del trabajo al cual pertenecen las clases populares. De ahí que sea fundamental que exista una protesta masiva el día 29 de septiembre, a nivel europeo y a nivel español, para iniciar un proceso de reversión de tales políticas, no tanto por un cambio político en el que ganen las derechas (PP en España y CiU en Catalunya) que empeoraría todavía más la situación, sino por un cambio muy sustancial en las izquierdas, y muy en especial de las gobernantes, que no ocurrirá a no ser que haya una protesta generalizada en contra de aquellas políticas. Así ocurrió, por cierto, en las últimas huelgas generales, y así debiera ocurrir ahora. PÚBLICO. 2-9-2010 Editorial. Expansión Todo vale para recaudar más: ahora las bolsas Uno de los principales recelos expresados por los mercados y las autoridades europeas al plan de austeridad de Zapatero ha sido el papel que van a jugar las autonomías, responsables en buena medida del tremendo deterioro de las arcas públicas, ante las evidentes dificultades legales para que el Gobierno pueda meter en vereda a los Ejecutivos autonómicos. Aun a regañadientes, sobre todo en vísperas de las elecciones del próximo año, los dirigentes territoriales parece que van entendiendo la apremiante necesidad de estabilizar las cuentas públicas. Pero para lograrlo no se han devanado mucho los sesos; o mejor dicho, sí lo han hecho pero sólo para ver de qué manera pueden exprimir fiscalmente al contribuyente. En contadas excepciones se ha optado por la austeridad y por reducir las hipertrofiadas e insostenibles estructuras de gasto. La mayoría de los Ejecutivos autonómicos parecen haberse aplicado la misma máxima: si puedes subir los impuestos para qué vas a recortar los gastos. Todas las autonomías socialistas han subido en bloque el IRPF para las rentas más altas y, en general, la mayoría ha encontrado un filón recaudatorio imponiendo algún tipo de tasa o tributo con el pretexto de la protección medioambiental. Y tampoco se resisten a seguir explotando la fiscalidad sobre el famélico sector inmobiliario, incrementando el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales o estableciendo baremos mínimos de valor en la compraventa al que aplicarle la fiscalidad, con independencia de que el precio de la operación haya sido mucho menor como consecuencia de la bajada de precios. El último capítulo de esta ofensiva fiscal se ha escrito en Andalucía, donde el Gobierno regional se ha inventado un impuesto sobre las clásicas bolsas de plástico empleadas en la distribución comercial, de cinco céntimos por unidad en 2011 y de diez céntimos en 2012. Habrá que ver la legitimidad de esta subida, pues se va a aplicar un impuesto que supera con creces el coste real de bien gravado, en este caso una bolsa, que vale entre 2 y 3 céntimos. Además, si el pretexto es medioambiental, la ley de envases ya obliga a las empresas a destinar una parte del coste de la bolsa para financiar la gestión de los residuos, por lo que podría entenderse que estamos ante una doble imposición, en cuyo caso sería inconstitucional. Todo vale; hoy son las bolsas y mañana puede ser cualquier otra cosa. Puede que subir impuestos sea la receta fácil en el corto plazo, pero es la más contraproducente para consolidar la recuperación. Difícilmente se reactivará el consumo si no se deja a las familias y a las empresas levantar cabeza. EXPANSIÓN. 2-9-2010 Encuesta. El País El 65,6% opina que Zapatero no debe presentarse, según un sondeo para la SER José Luis Rodríguez Zapatero arranca el curso político más débil que nunca. El 60,4% de los ciudadanos -el 46,1% entre los votantes del PSOE- cree que no es el mejor líder que podría tener el partido y un 65,6% opina que no debería presentarse a las próximas elecciones generales, en 2012. Son datos del Pulsómetro de la cadena SER, un sondeo realizado por el Instituto Opina el lunes y martes pasados con una muestra de 1.000 entrevistas proporcionales. Los ciudadanos suspenden al presidente del Gobierno con un 3,6, una décima por debajo de la nota de Mariano Rajoy, que tampoco es el mejor líder del PP para el 73,4% (el 69,1% entre sus votantes). Si las elecciones generales se celebraran ahora, el PP lograría el 44,5% de los votos frente al 36,5% del PSOE, una ventaja de ocho puntos, la mitad de la que obtuvieron los socialistas sobre los populares para ganar las elecciones en 2008. IU casi duplicaría los votos de 2008 (del 3,7% pasa a un 6%); CiU y PNV se mantendrían prácticamente igual y el partido de Rosa Díez, UPyD, pasaría del 1,19% de los sufragios de las pasadas elecciones a un 2,5%. Sin embargo, a la pregunta de si considera necesario un cambio que devuelva el poder al PP, el resultado es muy ajustado: el 44,7% respondió que sí y el 44,9% que no. Pese a todo, el 63,7% cree que si las elecciones se celebrasen hoy, las ganaría el PP, aunque solo un 39,5% lo preferiría frente al 36,8% al que le gustaría que ganase el PSOE. Seis de cada diez creen que Rajoy será el próximo presidente del Gobierno. Leve optimismo Respecto a la situación económica, solo el 4,5% de los encuestados cree que ha mejorado últimamente, aunque la mayoría, un 37,4% cree que lo hará en los próximos meses. Los ciudadanos suspenden al Gobierno por su gestión de la crisis (un 3,2). También al PP (3,11) y casi siete de cada diez desaprueban tanto la gestión de Zapatero como la de Rajoy. En cuanto a la política española, la mayoría cree que permanecerá igual y solo un 26,6% piensa que mejorará. Este es el problema que más preocupa a los encuestados después del paro y la situación económica, que ha desplazado a la inmigración del tercer al cuarto puesto de las preocupaciones entre los encuestados. Solo un 10% mencionó el terrorismo (en junio de 2008 lo hizo un 21,5%). EL PAÍS. 2-9-2010