Cuba

El fracaso de 50 años de bloqueo

El giro en las relaciones entre Washington y La Habana, que reanudaron en 2015 las relaciones diplomáticas, significa el rotundo fracaso de la polí­tica de 56 años de cerco norteamericano a Cuba. Más allá de la paralización -o incluso el retroceso- que pueda dar Trump en esta dirección, es un hecho inexorable.

«Todos los esfuerzos para aislar a Cuba, a pesar de las buenas intenciones, han tenido el efecto contrario», reconoció Obama ante la prensa. El bloqueo dura desde 1960, cuando recién victoriosa la revolución, como respuesta a las expropiaciones de propiedades de compañías estadounidenses Eisenhower decidió levantar un embargo total sobre todo el comercio entre EEUU y la isla. El bloqueo se ha mantenido por todos los presidentes desde entonces, recrudeciéndose en presidencias como la de Reagan, Clinton y sobre todo, la de George W.Bush. La ley Helms-Burton perseguía legalmente a cualquier empresa del mundo que tuviera tratos con Cuba y la vetaba para comerciar en EEUU. Pero -aunque ha producido incontables padecimientos, carestía y escasez al pueblo cubano- ha demostrado ser un instrumento obsoleto e inservible.

Dos factores han intervenido en la derrota del bloqueo. La victoria corresponde a Cuba porque su pueblo ha resistido durante medio siglo todos los bloqueos, agresiones, intervenciones e intentos de desestabilización de su país por parte del gigante del norte.

El triunfo de la revolución en Cuba motivó el surgimiento en la década de los 60 de movimientos guerrilleros a lo largo y ancho de todo el continente, convencidos de la posibilidad de repetir en sus propios países la hazaña de los barbudos. Y aunque no lo consiguieron en aquel momento, la semilla de conciencia y organización, de revolución e independencia arraigó por todo el continente.

De aquellas brisas vienen estos huracanes. La victoria en 2001 de Hugo Chávez en Venezuela y la posterior avalancha de triunfos de gobiernos de signo progresista y antihegemonista por todo el continente. De estar condenado por el hegemonismo a ser poco menos que un apestado en la arena internacional, Cuba pasó a estar rodeada de amigos y aliados, las naciones hermanas de América Latina.

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