SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El factor K nos visita

La política catalana molesta, pauta y alimenta. Es el factor C. Es el factor K (K de Katalonien, como dicen en Berlín). Sin ese condicionante, España sería un país más aburrido.

En 1870, el general Prim tuvo la osadía de convocar un casting europeo para escoger una nueva dinastía y someterla a las Cortes. Lo mataron. Después vino la “República de los catalanes” –la Primera–, que intentó pautar una utopía: la España federal. En 1914, hace un siglo, Catalunya molestó y obtuvo, con fórceps, la Mancomunitat, primera experiencia de gobierno regional. En 1931, la Barcelona obrera y menestral fue imprescindible para el segundo empujón republicano. “Catalunya trajo la República y Catalunya la ayudó a caer, con el error de 1934”, escribió una vez Gaziel. Catalunya perdió, se levantó y pactó. El experimento transitivo de 1977 ganó fuerza y legitimidad –en toda España– con el retorno de Tarradellas. El 23-F tuvo como consecuencia, de largo alcance, el rearme de los recelos, que González y Aznar gobernaron de distinta manera. Zapatero se equivocó porque no había leído historia y no conocía bien a los hermanos Maragall. Pujol duró, duró y duró, y el ciclo de cambio –largo, confuso y agitado–, nos lleva al 8 de abril del 2014, con ayuda de la crisis económica. Catalunya molesta. Catalunya pauta. Y Catalunya alimenta: Rajoy y Rubalcaba tendrán hoy la posibilidad de presentarse ante la sociedad española como personajes maduros, estables y difíciles de sustituir. Vive Dios que no la van a desaprovechar.

Deja una respuesta