«Sin embargo, los problemas que se pretende resolver con este chorro de dinero y burocracia -como el fracaso de los organismos de inteligencia existentes para compartir la información o «conectar los puntos» de amenazas del terrorismo- no se han mitigado. En su lugar, como revela el Post esta semana en una serie de documentados artículos, la gran expansión de agencias, programas y personal -incluyendo decenas de miles de contratistas privados-, ha desbordado a muchos de los responsables políticos y comandantes militares a los que estaban destinados a servir.»
La simlificación y racionalización del mundo del "top secret" requerirá más que un enfoque de mantenimiento del status quo. El Sr. Clapper dijo que revisaría las 51 entidades federales y comandos militares identificados por el Post que ahora hacen el seguimiento del flujo de dinero a las redes terroristas. También señaló que el Congreso, que ha de aprobar los más de 75 mil millones de dólares que hoy se gastan en programas de inteligencia, en última instancia tiene la facultad de imponer límites. Si el nuevo DNI no funciona para identificar y eliminar la maleza en la comunidad de inteligencia, los legisladores tendrán que hacer precisamente eso (THE WASHINGTON POST) THE WALL STREET JOURNAL.- El reciente romance de los inversionistas con el euro podría ser poco más que una breve aventura en el actual verano del Hemisferio Norte. Antes de tomarse un respiro ayer por la tarde, la divisa común europea había avanzado más de 9% contra el dólar estadounidense desde el 7 de junio, alcanzando 1,30 dólares después de haber tocado fondo en 1,19, su punto más bajo en cuatro años. Aun así, hay muchos que dicen que el avance del euro es más un reflejo de las preocupaciones sobre la economía de Estados Unidos que del optimismo sobre las europeas. EEUU. The Washington Post El excesivo crecimiento de los programas de inteligencia desde el 11-S DESDE el 11de septiembre de 2001, Estados Unidos ha aumentado su gasto de inteligencia en un 250% y ha creado o renovado 263 organismos. Sin embargo, los problemas que se pretende resolver con este chorro de dinero y burocracia –como el fracaso de los organismos de inteligencia existentes para compartir la información o "conectar los puntos" de amenazas del terrorismo– no se han mitigado. En su lugar, como revela el Post esta semana en una serie de documentados artículos, la gran expansión de agencias, programas y personal –incluyendo decenas de miles de contratistas privados–, ha desbordado a muchos de los responsables políticos y comandantes militares a los que estaban destinados a servir. Hay que decir que el secretario de Defensa Robert M. Gates y el director de la CIA Leon Panetta han reconocido en entrevistas con el Post que el excesivo gasto desde los atentados del 11-S es insostenible y que los programas necesitan ser revisados. James R. Clapper Jr., nominado por el presidente Obama como director de inteligencia nacional (DNI), también pareció reconocer el problema. Los escritores Dana Priest y William M. Arkin, publican una cita suya que dice que "sólo hay una entidad en todo el universo que tenga visibilidad sobre todo [los programas top secret] – que es Dios." Sin embargo, en su audiencia de confirmación ante el Comité de Inteligencia del Senado el martes, el Sr. Clapper, un teniente general jubilado de la Fuerza Aérea que ha dirigido dos agencias de inteligencia del Pentágono, sonaba extrañamente complaciente sobre el complejo que está llamado a dirigir. Rechazó los detallados informes del Post como "sensacionalistas", defendió la expansión y dijo que "una duplicación de hombres equivale a otro análisis más competente." Afirmó que la descripción del artículo sobre la expansión del despilfarro a los contratistas privados "es de alguna manera un testimonio de la inventiva, la innovación y la capacidad de la base de los contratistas". Después de haber reconocido que como un sátrapa de inteligencia del Departamento de Defensa se unió a las batallas que han atado las manos a los cuatro jefes del DNI desde el año 2005, el Sr. Clapper afirmó alegremente que no tendría ningún problema en supervisar las agencias de inteligencia de defensa, ya que "he estado allí, he hecho eso y conservo recuerdos". Sin embargo, la simplificación y racionalización del mundo del "top secret", descrito por la Sra. Priest y el Sr. Arkin requerirá más que un enfoque de mantenimiento del status quo. El Sr. Clapper dijo que revisaría las 51 entidades federales y comandos militares identificados por el Post que ahora hacen el seguimiento del flujo de dinero a las redes terroristas, y pareció respaldar una propuesta de la senadora Olympia J. Snowe (R-Maine) para nombrar un inspector general que podría abarcar la comunidad de inteligencia y ayudar a identificar la duplicación y el despilfarro. También señaló que el Congreso, que ha de aprobar los más de 75 mil millones dólares que hoy se gastan en programas de inteligencia, en última instancia tiene la facultad de imponer límites. Si el nuevo DNI no funciona para identificar y eliminar la maleza en la comunidad de inteligencia, los legisladores tendrán que hacer precisamente eso. THE WASHINGTON POST. 22-7-2010 EEUU. The Wall Street Journal El repunte del euro, un amor de verano Tom Lauricella El reciente romance de los inversionistas con el euro podría ser poco más que una breve aventura en el actual verano del Hemisferio Norte. Antes de tomarse un respiro ayer por la tarde, la divisa común europea había avanzado más de 9% contra el dólar estadounidense desde el 7 de junio, alcanzando 1,30 dólares después de haber tocado fondo en 1,19, su punto más bajo en cuatro años. El euro se ha beneficiado del creciente optimismo sobre Europa: los temores sobre los problemas de deuda soberana de la región se han calmado y los inversionistas consideran que las pruebas de resistencia a los bancos europeos sobre su fortaleza financiera aliviarán la inquietud sobre un colapso del sistema financiero de la región. Aun así, hay muchos que dicen que el avance del euro es más un reflejo de las preocupaciones sobre la economía de Estados Unidos que del optimismo sobre las europeas. "Mucha gente parece muy escéptica" sobre la revalorización del euro, dice Camilla Sutton, estratega de divisas de Scotia Capital, en Toronto. Sutton también se encuentra entre los escépticos. La analista cree que habrá otra ronda de debilidad del euro en el próximo trimestre y que la divisa terminará el año alrededor de US$1,19. Y las tan comentadas pruebas de resistencia de los bancos, cuyos resultados se conocerán el viernes, podrían estar ya incorporadas en los precios. El euro retrocedió ayer en Nueva York a US$1,2760 frente a US$1,2893 el martes, después de que el dólar avanzara tras el testimonio del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ante el Senado estadounidense, mientras que el dólar cayó a 87,03 yenes, desde 87,43 yenes. Por su parte, el euro se negoció ayer a 111,11 yenes, frente a 112,73 yenes. La libra esterlina cayó de US$1,5282 a US$1,5170. En el repunte del euro "ha habido un gran componente del dólar", dice Jens Nordvig, estratega de divisas de Nomura Securities. "El mercado cambió drásticamente su evaluación del dólar", agrega. El catalizador del cambio fue una serie de datos económicos en EE.UU. más débiles de lo esperado, justo en el momento en que empezaba a apaciguarse la búsqueda de seguridad hacia el dólar que había acompañado la crisis de deuda europea. Algunos operadores afirman que también han visto un resurgimiento de compras de inversiones denominadas en euros por parte de inversionistas de más largo plazo, especulando con que inversionistas y el gobierno de China podrían encontrarse entre estos compradores. En base al consenso de las previsiones de 102 firmas sondeadas por Consensus Economics el 12 de junio, el euro terminará el tercer trimestre en 1,21 dólares y el año en 1,20. En mayo, se esperaba que el euro finalizara este trimestre justo por debajo de 1,30 y cerrara 2010 en 1,294. Opiniones sorprendidas Las opiniones de los inversionistas también han sido en general bastante parciales. A finales de junio, cuando el euro se negociaba a cerca de US$1,24, una encuesta de Barclays Capital reveló que sólo 4% esperaba que la divisa común europea repuntara, mientras que 80% esperaba que el euro se mantuviera o cayera. Los cambios de dirección del euro han tomado a muchos inversionistas desprevenidos. Los analistas de divisas acababan de ajustar sus previsiones para incorporar la caída —una caída de 21%, hasta su punto más bajo a principios de junio, desde su máximo de noviembre— cuando comenzó el repunte. Detrás de las opiniones negativas hacia el euro se encuentra la creencia de que el crecimiento económico europeo se verá afectado en los próximos trimestres por el efecto de los ajustes a las políticas fiscales de los principales países del área tras la crisis de deuda griega, donde los inversionistas pidieron cuentas al gobierno por su insostenible endeudamiento. THE WALL STREET JOURNAL. 22-7-2010