La situación en Oriente Medio

El encaje de Mitchell

Tras reunirse ayer con la plana mayor del Estado de Israel, hoy el enviado especial de Obama, George Mitchell se ha reunido con el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas. El emisario norteamericano ha prometido al presidente palestino que la Casa Blanca mediará para consolidar un alto el fuego en Gaza.y para hacer avanzar el proceso de paz con Israel.

Antes de su entrevista con Abbas, Mitchell recalcó que su aís continuará alentando el establecimiento de un Estado palestino junto a Israel. Y abogó por la reapertura de los pasos fronterizos de la Franja de Gaza, como medida que ayudará a impedir el tráfico de armas hacia el movimiento islamista Hamás, que gobierna ese territorio."Para lograr el éxito a la hora de impedir el trafico ilícito de armas en Gaza, debe haber un mecanismo que permita el flujo legal de productos y esa tarea deberá contar con la participación de la Autoridad Palestina", explicó Mitchell.En cuanto a los acercamientos Fatah-Hamás, que hace unos días reanudaron en El Cairo las conversaciones para acercar posturas, Abbás transmitió a Mitchell que "está deseoso de alcanzar la reconciliación inter-palestina y lograr la formación de un gobierno de unidad nacional en Cisjordania y Gaza". Sin embargo, por parte de Hamás el recelo es mucho mayor, aunque se muestran predispuestos a continuar los contactos. Su líder Ismail Haniye, apareció ayer en una grabación difundida por la cadena de televisión leal a su movimiento, Al Aksa TV, para rechazar cualquier intento de relacionar la reconstrucción en la Franja con la formación de un nuevo gobierno de unidad nacional palestina.Los planes norteamericanos –interesados ahora en pacificar Oriente Medio y en reestablecer relaciones con Irán y sus satélites como condición previa a la salida de Irak y el reforzamiento de Afganistán- tiene delante suyo un difícil puzzle que resolver. Si bien buscan el gobierno de Unidad Nacional Fatah-Hamás con la preponderancia de los nacionalistas para tener una forma de incidir en Gaza y en Hamás, eso significará tener que hacerles concesiones, lo cual puede crear a su vez una fuerte controversia en Tel Aviv. La presión del gobierno israelí podría ser mucho mayor si gana las elecciones el Likud de Netanyahu y sus planteamientos extremos. Y a esta cuadratura del círculo no ayuda el incremento de la tensión de ayer, en la que la aviación israelí volvió a bombardear el centro urbano de Jan Yunis, hiriendo a un miliciano y a siete menores. Mitchell tendrá que echar mano de toda su habilidad negociadora. Aunque seguramente tiene ya –como las tuvo en el Ulster- las mangas llenas de ases. Quizá saque uno en el momento preciso, aunque queda por saber si lo sacará para Gaza o para Tel Aviv. No es propio del hegemonismo jugar limpio. O quizá el as se lo saquen a él aquellos que desde las entrañas del Estado de Israel o desde las entrañas de la superpotencia buscan que la nueva línea Obama nazca… muerta.

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