Arquitectura

Mendelsohn, la arquitec(cria)tura (I)

Un parto. Erich Mendelsohn pensaba que la arquitectura se engendraba en sus esbozos y pasaba a tener vida propia. Cada uno de sus dibujos expresionistas era el parto de una nueva criatura. El próximo dí­a 5 de Febrero tendrá lugar «Alrededor de 1930, La Visión de Mendelsohn, Obras y Proyectos», tí­tulo de la próxima conferencia en el ciclo Correspondencias europeas. Maestros de la arquitectura Moderna que la Residencia de Estudiantes de Madrid va a realizar hasta el 16 de Abril.

¡Una maquina de habitar! Pregonaba Le Corbusier a toda Euroa. La nueva concepción de la vivienda era ser una máquina. En radical oposición de esa visión funcionalista y utilitaria, Mendelsohn, otro de los grandes maestros del siglo XX, definía su creación como criaturas. Desde las trincheras del Frente ruso escribe a un amigo, en 1917: “… Mis dibujos no son más que apuntes, contornos de súbitas visiones. […] Es muy importante fijar estas visiones y detenerlas en el papel tal como han aparecido, porque cada nueva criatura lleva en sí el germen de su desarrollo potencial y se transforma en un ser humano por natural proceso de evolución.” Dos concepciones opuestas: Objetividad despersonalizada ante voluntad artística y expresiva.En esta época, otros arquitectos fantaseaban con figuras imposibles, arquitecturas imaginarias. Planteamientos utópicos que nunc a podrían construirse. En cambio Mendelsohn se propone materializar sus dibujos y para ello cada línea define una parte de su voluptuoso edificio. No es tinta lo que llena su libreta, sino formas arquitectónicas que están esperando ser construidas.Hasta que no puedan tomar cuerpo, el fin de sus dibujos es conjugar los factores funcionales y simbólicos mediante elementos arquitectónicos. Es decir, por un lado investiga acerca de los usos y utilidades que se van a desarrollar. Por otro, busca la expresión y representación del significado de sus formas. La unión de las dos partes genera una unidad final que esculpe con su estilográfica. Sus trazos agresivos cristalizan su arquitectura. Fuerzas en movimiento que interaccionan, se golpean y terminan imponiéndose sobre otras. Su imagen final nos revela la dinámica de la lucha. Nos muestra la masividad de sus volúmenes, que parecen emerger del suelo, como si se estuviera erigiendo una montaña al chocar dos placas tectónicas.Dibujos realizados durante la primera Guerra Mundial y la posguerra que encajan perfectamente en el movimiento expresionista. Materializan la agresividad y el intenso dolor del momento histórico vivido. Son un grito como el de Munch, un grito que nos transmite la violencia del parto que se está produciendo en pleno campo de batalla.

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