El divorcio de Berlusconi

El culebrón de `Sua Emittenza´

Es el tema de conversación favorito en la calle y en los medios, a todas horas: el divorcio de Verónica Lario del presidente italiano Silvio Berlusconi, tiene una repercusión mediática a la altura del la vez todopoderoso señor de los medios italianos. Il Cavagliere, lejos de huir de la polémica o de proteger ferozmente su vida privada -como hace el también muy mediático Sarkozy- acude en persona a programas del corazón dedicados monográficamente a su crisis matrimonial. ¿Estamos ante el comportamiento de un simple polí­tico bocazas, vocinglero, mujeriego y populista o hay algo más?

Ya van varias semanas de culebrón. Aunque Silvio Berlusconi no acostumbra a desaarecer de los titulares de los periódicos o de los informativos -siempre con alguna declaración altisonante, polémica o socarrona- en esta legislatura `Il Cavagliere´, rebautizado ahora también como `Sua Emittenza´ (un juego de palabras entre `emisión´ y `eminencia´) está que se sale. Primero fueron la corte de vedettes, starlets, “e segnorinas piu bellas” que quiso incluir en las candidaturas europeas de su partido. Luego los rumores de idilio con una joven de 18 años, a cuyo cumpleaños acudió, y del que hay todo un book fotográfico –montaje o no-. Hoy mismo se sabe que el pichabrava de Silvio no pudo contenerse ni en medio de la desolación de L´Aquila. Ante los bomberos con los que se aestaba fotografiando, apareció la asesora provincial del ministerio de Igualdad de Oportunidades, Lia Beltrami, que no estaba de mal ver. Berlusconi no se cortó ni un pelo, y delante de todos preguntó en voz alta: "¿Puedo tocar un poco a la señora?". Su señora, hasta las narices, ha pedido el divorcio de forma irrevocable; de nada han servido los intentos -rodilla hincada- de reconciliación de Silvio. Para informarse mejor de todo esto, les recomiendo las toneladas de tinta que están vertiendo los rotativos italianos, europeos y mundiales, que se lucran de la salseta transalpina. Para enterarse de las declaraciones escandalosamente reaccionarias, de las medidas indignantemente xenófobas, del paulatino y silenciado recorte de libertades en Italia, del avance de los tintes autoritarios del Gobierno de extrema derecha de Berlusconi o de los feroces ataques a las condiciones de vida de los trabajadores italianos… no vayan a esos medios, porque en estos días que corren tales noticias han sido prácticamente eclipsadas por tanto alboroto. O también, han pasado casi desapercibidas las declaraciones de uno de los senadores de la guardia pretoriana de Berlusconi, Marcello Del Utri, que ha podido soltar tranquilamente que "Mussolini perdió la guerra porque era demasiado bueno” y que “su fascismo era de naturaleza socialista". Del Utri es de sobra conocido en Italia por haber sido condenado a nueve años de cárcel en 2004 por asociación mafiosa, y antes de eso por fraude fiscal y facturas falsas. Sus actividades, según la sentencia de entonces “han constituido una concreta, voluntaria, consciente, específica y preciosa ayuda al mantenimiento, consolidación y reforzamiento de Cosa Nostra”. Pero no ha pisado la cárcel ¿o qué pensaban? Así es la política italiana. Pero no crean que la izquierda oficial -que concedió el triunfo electoral a Berlusconi al no tener nada mejor que ofrecer a la gente que una nueva-vieja ensalada surtida de ideas reformistas, socialdemócratas y del capitalismo burocrático- está alarmando a la gente ante esta gigantesca y espectacular maniobra de distracción nacional aprovechada por `Sua Emittenza´ para aumentar su popularidad y su imagen enviudiable, divertida, de millonario casanova. Qué va. Los medios detractores de Berlusconi han nombrado a Verónica Lario “jefa de la oposición”. ¡Mamma mia!

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