Literatura

El Cortázar que faltaba

Hace unos años, en el Buenos Aires del «corralito», apareció una pintada en la pared que decí­a: «Julio, volved, qué te cuesta». Como haciendo caso a esa llamada, Julio Cortázar, de cuya muerte, en 1984, se cumplen ahora veinticinco años, regresa una vez más, y lo hace merced a un libro que va a hacer las delicias de los infinitos «cortazarianos» que hay en todo el mundo. Estos «Papeles inesperados» que acaba de publicar la editorial Alfaguara reúnen casi 500 páginas de inéditos, que incluyen poemas, cartas, relatos, ensayos y esos textos inclasificables que eran la verdadera «marca de la casa» de Julio Cortázar. Un libro para saborear a Cortázar de nuevo en estado puro.

El libro contiene una serie de textos que Julio Cortázar conservaba en una cómoda de madera de cinco cajones en el desacho de su casa de París. Durante años, su viuda y albacea testamentaria, Aurora Bernárdez, y el editor y filólogo barcelonés Carles Álvarez, han trabajado con esos “papeles sueltos” e “inéditos”, para depurar los hallazgos, destilar lo verdaderamente útil y cuidar una edición que esté a la altura de lo que se espera de Cortázar. Agrupados en tres grandes secciones (poemas, prosas y autoentrevistas) y siguiendo una cronología interna lo más aproximada posible, los “Papeles inesperados” incluyen una enorme variedad de novedades editoriales: once relatos no publicados hasta hoy, tres historias de cronopios desaparecidas, un capítulo inédito de “El Libro de Manuel”, once episodios protagonizados por Lucas, 35 artículos de literatura y política, once textos sobre diferentes amigos, otros once sobre temas culturales diversos, 13 poemas, cuatro autoentrevistas y otras nueve narraciones, inclasificables hasta para el propio Cortázar. Toda una nueva “cara” de ese poliedro narrativo que fue Cortázar, que siempre está en movimiento y que nunca acaba de mostrar un rostro definitivo ni acabado. Ni siquiera con este libro. Porque tal y como siempre deseó, a Cortázar lo “harán” siempre sus lectores. Lectores que ahora tiene en sus manos esta enorme delicia: 500 páginas nuevas. El diario argentino “La Nación”, en su edición digital, publica una interesante entrevista con el editor Carles Álvarez, de la que nos quedamos con estas respuestas: -¿Cuál es la imagen de Julio Cortázar que nos revela este libro? -Un Cortázar total. Están todos los que conocemos cronológicamente. Incluso, el primerísimo y más joven, que es el que escribió el relato que abre el libro. Suponemos con Aurora que tenía 20 años cuando lo hizo. El libro es como un álbum de fotos: están los primeros retratos en sepia, luego llegan las fotos en blanco y negro, de éstas pasamos a retratos en color y, finalmente, casi a las digitales. Todo eso es Cortázar. -¿Qué tomaron en cuenta con Aurora Bernárdez, para componer el libro, respetando la última voluntad del escritor? -Los textos que Cortázar no quiso publicar los quemó a todos. Por ejemplo, su primera novela infantil "Las nubes y el arquero", y otra novela juvenil que era un soliloquio de 500 páginas. Otros papeles se destruyeron con los años. Por voluntad de Cortázar, Aurora puede disponer y publicar todo lo que él dejó al morir. Ella no es una lectora cualquier, además de ser la gran compañera de Cortázar. -¿Había entre esos papeles algún material de Carol Dunlop? -En este legado no había papeles de Carol Dunlop. Aurora Bernárdez le entregó al hijo que vive en Canadá, todo lo que pertenecía a Carol, incluidas sus cámaras fotográficas. -¿Queda material inédito para otro libro? -No queda material para otro libro. Quedan algunos textos que no eran necesarios, porque se trataba de versiones alternativas de escritos que ya teníamos. Por lo demás, quedan sus cuadernos de notas, que la propia Aurora depositó en la Universidad de Princeton, porque de publicarse debería haberse hecho una edición crítica. -¿"Papeles inesperados" es para los fans de Cortázar o puede atraer nuevos lectores? -En este libro no hay que explicar nada. El editor no juega un papel activo, salvo indicar si se publica o no. Mi papel concreto fue inventariar el fondo documental que Aurora conservaba. En ese material había textos publicados en volúmenes póstumos. Luego, también había cartas y otros documentos las personales. Clasifiqué todo el fondo con la indicación de si eran inéditos o si lo eran por lo menos en un mismo volumen. -¿Qué es lo genuinamente inesperado de esta obra? -Hay que distinguir al coleccionista y al lector usual que, como diría Borges, es aquel que no fatiga bibliotecas. El lector que ha fatigado muchas bibliotecas, conoce como máximo la mitad de lo publicado. Y para el lector que conoce a Cortázar por los libros en librerías, prácticamente todo será una sorpresa inesperada. Cortázar como escritor aún hoy es un misterio. Cuando uno lee "Bestiario" o "Las armas secretas" tiene la impresión de que es esa clase de autor que escribe en la misma mesa que uno está sentado. No son demasiados, en la historia de la literatura contemporánea, los escritores como Cortázar. -¿Ha palpitado ya la reacción de en la calle? -Todavía no. Sólo sé que cuando me paseo con el libro bajo el brazo, la gente en los cafés me mira y se sonríe. -¿Será éste el último mensaje de Cortázar? -No será el último, porque su mensaje siempre es renovado. Ojalá que no sean sus últimas palabras. Pero ya no esperaría muchas sorpresas. De todos modos, si éstas fueran las últimas, yo diría como Goethe: "¡Luz, más luz!".

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