Marina Marroqui. Educadora social, activista contra la violencia de Género

El corazón se encoge

Tratamos de comprender lo que encoge el corazón, lo incomprensible, los últimos asesinatos por violencia machista, con una especialista y una amiga.

Cinco asesinatos machistas en pocos días. ¿Es este nuevo brote de violencia machista consecuencia de la desescalada?

Las cifras hay que leerlas con un doble sentido. Hay 18.000 denuncias menos que el año pasado. En 2019 hubo 168.000 denuncias y en 2020 hubo 150.000. Sin embargo, hay un 240% más de peticiones de ayuda a través del 016. Es un cúmulo de circunstancias.

Hay tres causas que hacen que la violencia de género se dispare. La primera es que los menores están dentro. Siempre los mayores episodios de asesinatos y los mayores picos de denuncia se suelen dar en verano y en Navidad. Porque la víctima está anulada emocionalmente. Ha aprendido a sobrevivir dentro de la relación y ya no se enfrenta cuando le insulta, no inicia las peleas o no las mantiene, cogiendo un rol pasivo para evitar esas broncas. Sin embargo, lo que nunca va a aceptar la víctima es que esos desprecios o humillaciones vayan dirigidos a sus hijos.  ¿Qué ha pasado? Que ahora los niños han pasado muchísimos meses dentro de casa.

El otro motivo, que el agresor no puede justificarse. No puede salir y decir que ha pensado, no puede comprar un ramo de flores, no pueden ir al cine. Entonces cambia mucho, porque si antes  la acumulación de tensión se rebajaba hasta volver a un estallido de violencia momentáneo, ahora no se produce. Ahora todo es acumulación de tensión y estallido de violencia, acumulación de tensión y estallido de violencia… el agresor tiene un sentimiento de impunidad, gana en control y poder. La víctima no se puede ir, no puede encontrarse con su familia o entorno físicamente, por lo que la violencia se puede disparar porque nadie va a ver los signos de violencia que pueden alertar.

Muchas mujeres van a identificar la violencia de género en etapas más tempranas. ¿Cuál es el peligro? La Policía Nacional estaba relajada porque había muy pocas denuncias. Eso es porque las mujeres no han salido a denunciar. En el momento que esto baje, que ellas sientan que pueden salir, es cuando van a interponer esas denuncias. 

Necesitamos equiparar a estas víctimas con las del terrorismo

También hay un factor Rocío Carrasco. Dentro de ese empujón, y ya no hablo solo de instituciones, sino en la mayoría de asociaciones de ayuda a la víctima, de muchísimas comunidades autónomas en las que tengo colaboración, ha subido un 40% las peticiones de ayuda. Estos referentes tan brutales que identifica la violencia de género, y no en un foro o una conferencia, sino en “Sálvame”, en la que de manera masiva, son mujeres en edades que no trabajan, que están siempre dentro de casa y que de otra manera nunca hubieran tenido acceso a lo que significa la violencia de género.

No existe maltratador que asesina y otro que no. El maltratador asesina siempre que hay un estallido de violencia y acceso y oportunidad a la víctima. Si salen cien, muere una y si salen diez mil, mueren cien, dicho burdamente. Cuando las restricciones paran… es cuando los agresores han visto que ellas se iban a ir y, por lo tanto, han asesinado. El pico de asesinatos aún no ha bajado, creo que estamos en la cresta de la ola. 

Has nombrado a los menores. Todos estamos en vilo por Ana y Olivia, las niñas sustraídas por su padre y que se desconoce su paradero. Ahora como que se tiene mayor conciencia de lo que es la violencia vicaria, pero ¿podrías definirla y desarrollarla?

Los hijos son víctimas directas de la violencia de género. Lo dice un convenio de Estambul que España ha firmado y tiene que ratificar. Sin embargo, en la práctica eso se complica mucho. Ahora es noticia la violencia vicaria, no solo por Ana y Olivia, sino por la cantidad de niños asesinados que se encuentran. Y yo creo que hay algo peor, la cantidad de mujeres que han sido castigadas por la justicia por querer proteger a sus hijos de los agresores. 

La violencia vicaria se tiene que poner en la mesa porque la justicia la está avalando. Juana Rivas va a entrar en prisión esta semana. Y eso es un aviso a navegantes. La justicia la ha tomado con ella para que sea una lección al resto de mujeres. Porque si tienes la fuerza para salir de la violencia de género y al mismo tiempo proteger a tus hijos, ese es el precio a pagar. Y son listas y listas de mujeres que han sido condenadas por la justicia por proteger a sus hijos. 

Hablamos de darle a las víctimas de violencia de género el mismo rasgo que a las víctimas de terrorismo. Explicabas la situación de desprotección legal de los huérfanos.

Sí, porque ni a nivel económico. Es brutal que en el caso de orfandad “estándar”, te toca por orfandad 680 euros. En víctimas de terrorismo, es verdad que se hizo algo desproporcionado por la protección que tenían las víctimas del terrorismo en aquella época, y está en torno a 1.500 euros la orfandad de víctimas de terrorismo. Y la media de orfandad de los hijos e hijas víctimas de la violencia machista está en torno a los 145 euros. Ni siquiera se le da lo “estándar”. Es algo aberrante. Le estás abocando a tener que depender económicamente del asesino de su madre. 

Es verdad que ahí la Fundación de Becas Soledad Cazorla hace untrabajo brutal. Es urgente equiparar la violencia de género con las del terrorismo. 

El feminismo ha luchado por la libertad y por el deseo sexual también de las mujeres. ¿Pero ese deseo sexual de las mujeres también se construye en base a la violencia?

Sí, ahí el machismo nos metió el gran gol por la escuadra del siglo XXI. Nosotras hemos combatido por la liberación sexual, por poder mostrar nuestro cuerpo como queramos, y sin embargo el machismo ha logrado darle la vuelta. Debido a que el machismo nos educa, nos construye la autoestima, de manera que nuestra autoestima dependa de cuantos likes tienes por enseñar las tetas en Instagram, de cuánto hagas o de con cuántos estés. Aunque tú no quieras, aunque no te guste y no te apetezca.

Algo que ya está alertando el Hospital de la Fe de Valencia y otros son la multitud de ingresos de jóvenes con desgarros anales o infecciones graves por aceptar eso como primeras prácticas sexuales. Porque ellas lo han visto, y ellas se obligan a sí mismas a hacerlo. 

Has recibido el Premio Menina por tu labor como educadora. ¿Desde tu experiencia y conocimiento, qué deficiencias hay ahora mismo en el sistema educativo en cuanto a educación sexual?

No hay una asignatura. Podemos empezar desde el principio. Los profesionales de la educación siguen saliendo de las facultades de Educación sin ninguna asignatura de igualdad, sin ninguna asignatura de prevención de bulling, del abuso sexual, de violencia sexual o de género, cuando se lo van a encontrar en sus aulas. 

El gran factor de detección precoz es la familia. La familia y las amigas saben desde el primer segundo que está en una relación tóxica o de violencia de género. Sin embargo, la familia no tiene ningún sitio donde acudir. Necesitamos tres patas para sacar a la víctima: Familia, Escuela y Amigas. Y el único punto de unión son los centros educativos. 

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