SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

El ciclo de la Transición ha acabado

Un dí­a después de anunciarse la abdicación del Rey, la asociación de ex diputados y ex senadores de todos los partidos se reunió en el Congreso. El diagnóstico fue unánime. La Transición ha terminado. Los tres pilares básicos que han sostenido el sistema polí­tico nacido de la Constitución de 1978 han sido la Monarquí­a y los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP. En sólo dos semanas, las que han transcurrido desde las elecciones europeas, se han encadenado acontecimientos que suponen el fin, o al menos un punto y aparte, del sistema del 78. Así­ lo creen relevantes dirigentes del PP y del PSOE consultados por este diario.

El primer pilar del edificio constitucional -el Rey- ha abdicado; el segundo -el PSOE-, se ha derrumbado con estrépito en las urnas, y el tercero -el PP-, aún resiste, aunque se tambalea por la pérdida de millones de votantes. Éste podría ser el resumen de los intensos debates que se cruzan en estos días en los ámbitos institucionales, políticos, parlamentarios y en el Consejo de la Competitividad, donde se sientan los principales empresarios y banqueros, que se ha convertido ya en un actor más de la vida política española.

Hay inquietud, preocupación y zozobra entre los principales actores políticos del país. Nadie esperaba los resultados de las europeas y tampoco la abdicación del Rey. «Ahora todo el mundo dice que lo sabía, pero no es verdad, nos ha sorprendido a todos», aseguran fuentes cercanas a un alto responsable institucional. «Estábamos acostumbrados a la tranquilidad de que los dos grandes partidos del sistema tuvieran el 80% de los votos en todas las instituciones y eso es lo que se ha acabado», resume un dirigentepopular.

«Hemos perdido la capacidad de aglutinar al centro izquierda español, el PSOE ha liderado un espacio político que ahora se ha fragmentado. En las europeas perdimos votos por todas partes», señala un alto cargo socialista.

«Se ha producido una acumulación de hechos extraordinarios que no habíamos previsto. Nunca hemos tenido fuera del sistema a un partido con el peso y la fuerza de Podemos», reflexiona un político cercano a Mariano Rajoy.

«El resultado de las europeas demuestra que los españoles ya no optan mayoritariamente por el voto de la moderación, como han hecho en los últimos 35 años. Mucha gente ha puesto el corazón en la papeleta. Los votantes de izquierda han abandonado al PSOE porque quieren romper el tablero y los del PP se han quedado en casa porque los porcentajes del PIB no les bastan para darle la confianza al partido que gobierna», asegura un alto dirigentepopular.

Hay confianza en que una sucesión ordenada estabilice el escenario político

La zozobra del PSOE es evidente, metido como está en el proceso de elección de una nueva dirección, pero también en el PP existe desazón. Fuentes próximas a Mariano Rajoy señalan que se equivoca quien piense que el presidente del Gobierno no está preocupado por el escenario político surgido de las elecciones europeas y de la abdicación del Rey.

«Él sabe que hay que hacer cosas y que no sólo no ha pasado nada, sino que ha pasado muchísimo, vivimos la situación más compleja desde 1978». Los colaboradores de Rajoy barren para casa al asegurar que es muy positivo que esta situación de cambio total la afronte un presidente del Gobierno tan calmado como él. Si bien no todo el PP coincide en esta visión. La otra tesis es que Rajoy no puede ser el único que permanezca quieto mientras todo lo que hay a su alrededor se mueve.

El debate que en este momento genera mayor incertidumbre en la clase política española -sumamente dolida porque el concepto decastase haya impuesto en determinados ambientes- es si la tendencia que han apuntado las elecciones europeas sobre el desgaste del bipartidismo es flor de un día o ha venido para quedarse.

Los principales actores políticos prefieren pensar que se trata de una situación coyuntural y no estructural. «El escenario político se va a estabilizar, el PP sigue manteniendo una fortaleza que es crucial cuando el resto parece desmoronarse, no vamos a asistir a una crisis institucional de más calado, el relevo en la Corona se hará con rapidez y normalidad», aseguran fuentespopulares.

Próximos a Rajoy mantienen que el presidente está preocupado

El PP concede mayor importancia cada día que pasa al que puede llamarse con todo fundamento factorRubalcaba. Todos los interlocutores consultados aseguran que la retirada del secretario general socialista fue un elemento desencadenante de la abdicación del Rey, ya que con Alfredo Pérez Rubalcaba fuera del PSOE nadie podía garantizar que los socialistas pactaran con el Gobierno el proceso de sucesión del Monarca. Creen que este hecho ha pesado más en la decisión de Don Juan Carlos que la cuestión catalana.

También los más veteranos dirigentes socialistas consideran que Podemos es un fenómeno coyuntural. Uno de ellos lo resume gráficamente. «La gente no va a depositar sus ahorros en una cuenta corriente que dependa de Pablo Iglesias. Es un partido que ha emergido como opción de castigo a lo que hay, pero repetir este éxito en las generales le será muy difícil».

Sin embargo, tanto unos como otros reconocen estar asustados ante el descrédito generalizado de los partidos y de la política tradicional. Y reconocen que carecen de soluciones claras y concretas para combatir la sensación generalizada de que protegen la corrupción y a los corruptos.

«Renovar el contrato social»

‘El país que seremos. Un nuevo pacto para la España posible’ es el título del último libro de Ramón Jáuregui, recientemente elegido eurodiputado como ‘número dos’ de la lista del PSOE. Ha salido a la venta después de las elecciones europeas y en sus páginas el dirigente socialista adelanta algunos de los acontecimientos que se han producido y también algunos de los conceptos políticos que se han acuñado tras la abdicación del Rey. Como el de ‘tiempo nuevo’ que encabeza uno de sus capítulos. En el libro, Jáuregui se decantaba ya por la abdicación de Don Juan Carlos, asegurando que era el propio Rey quien debía «decidir cuándo y cómo pone fin a su reinado» y, desde una defensa de la institución, añadía que «la sucesión inevitablemente tiene que llegar». En su propuesta, la abdicación es un elemento del «proceso reconstituyente» que a su juicio se tiene que producir en España con el fin de «renovar nuestro contrato social y democrático». El diagnóstico de Jáuregui sobre la situación actual del país es muy severo y profundamente autocrítico con la actuación de los partidos y las instituciones en los últimos años. No será posible dar un vuelco a la moral del país -dice- «mientras los ciudadanos no perciban en sus élites, principalmente en sus instituciones, coherencia entre el discurso, las políticas y los actos».

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