Avances contra el cáncer

El cáncer y su relación con la edad

Un equipo de investigadores españoles ha contribuido en un estudio sobre plantas que podrí­a explicar por qué la probabilidad de sufrir cáncer aumenta con la edad. Según uno de ellos, Mario Fernández Fraga, del CSIC, «los tumores se originan principalmente por errores no sólo genéticos, sino también epigenéticos. El riesgo de desarrollar esta enfermedad incrementa con la edad, ya que hay más tiempo para acumular este tipo de errores moleculares o menos capacidad para repararlos».

Las alteraciones llamadas eigenéticas (o epimutaciones) no alteran las secuencia del ADN del núcleo celular pero incide en los mecanismos por los que este se expresa, o sea, es traducido a proteínas con funciones específicas. Estas alteraciones explican las diferencias entre gemelos idénticos (tienen idéntico ADN), y, según algunos autores, están relacionadas con enfermeddades como la esquizofrenia. Un investigador austríaco ilustraba la diferencia con la genética de la siguiente manera: “la diferencia entre genética y epigenética probablemente puede compararse con la diferencia que existe entre escribir y leer un libro. Una vez que el libro ha sido escrito, el texto (los genes o la información almacenada en el ADN) será el mismo en todas las copias que se distribuyan entre los lectores. Sin embargo, cada lector podría interpretar la historia del libro de una forma ligeramente diferente, con sus diferentes emociones y proyecciones que pueden ir cambiando a medida que se desarrollan los capítulos. De una forma muy similar, la epigenética permitiría diferentes interpretaciones de un molde fijo (el libro o código genético) y resultaría en diferentes lecturas, dependiendo de las condiciones variables en las que se interprete el molde.” Aunque la proyección social de la epigenética es muy inferior que la de la genética en el estudio del cáncer, su importancia no es ni mucho menos menor. Mientras sucesivos descubrimientos ponen de manifiesto que la genética del cáncer es muy compleja, el conocimiento de cómo influyen los factores externos es fundamental para desenmarañar el puzzle. Y en este campo es en el que contribuye el modelo que un equipo de científicos españoles del CSIC, coordinados con otros investigadores extranjeros, ha presentado. Lo que ha demostrado este estudio, de ámbito internacional y en el que han participado los científicos Mario Fernández Fraga, del Centro Nacional Biotecnología (CSIC), en Madrid, y Maria Berdasco y Manel Esteller, del Instituto Catalán de Oncología (ICO), Barcelona, es que las células tienen mecanismos para evitar que estas modificaciones puedan ser heredadas de padres a hijos. . Por ejemplo, un factor externo, la dieta, no provoca ningún cambio en el genoma de las células pero puede influir en que un tipo de gen supresor del cáncer no se exprese y entonces promover la formación de un tumor. En este sentido la comprensión de los mecanismos epigenéticos es fundamental en el conocimiento del cáncer. Tal como afirma Manuel Esteller, del ICO, "nos podemos imaginar que nuestro genoma es el abecedario de nuestras células, pero quien le da sentido proporcionando su ortografía es el epigenoma gracias a diversas modificaciones químicas", Este lenguaje epigenético es común en las plantas y los humanos por lo que las primeras se pueden usar como laboratorio de pruebas irrealizables en humanos para conocer mejor estas vías. En el modelo desarrollado por el grupo de Esteller y Berdasco las alteraciones epigenéticas originadas en una generación se reparan y se restauran los patrones correctos en el nuevo organismo hijo. Esto permitiría, si se comprobara un mecanismo similar en el hombre, comprender por qué enfermedades como el cáncer aumentan con la edad.

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