La celebración no se hizo esperar. A las vías del tren salieron miles de personas. Contra el fatal desenlace de las Termópilas pero con ese mismo halo de épica, los 300 (días de lucha ininterrumpida) han conquistado una batalla que se remonta casi 3 décadas y que ha provocado la solidaridad y el reconocimiento desde cada rincón de España.
Victorias como esta animan la organización del pueblo por sus intereses. Tras 309 noches protestando en las vías del tren en Murcia, los vecinos de la ciudad han conquistado la exigencia de que el AVE llegue soterrado.
Las declaraciones del nuevo delegado del Gobierno, Diego Conesa, y del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, lo dejan claro: el AVE se retrasará a 2020 porque antes se hará el soterramiento. Jaque mate. Fiesta para los vecinos y consternación en el PP regional.
Una lucha vecinal que se inició hace casi 30 años con la demanda del soterramiento de las vías del tren que atraviesan Murcia y dividen el barrio de Santiago el Mayor. El Gobierno regional del PP se mostraba cerrado a cualquier cambio del proyecto e iba a traer el AVE en superficie.
La curtida Plataforma Pro-soterramiento se enfrentó a las mordazas, multas y a la represión policial que habían destinado a frenar el levantamiento vecinal, promovidas por el anterior delegado de Gobierno (Paco “el uvas” Bernabé). La incansable lucha de los vecinos y su justa reivindicación llenó las calles (50.000 manifestantes en la capital) y conmovió a buena parte de la sociedad española. El apoyo en redes sociales se extendió como la pólvora y los medios de comunicación se vieron obligados a visibilizar una batalla que muchos quisieron soterrar.
El Gobierno central ha cambiado, porque una mayoría social lo impuso, y es expresión de lo votado hace dos años. El PSOE ha hecho las cuentas: entre lo que cuesta cambiar el proyecto de la llegada del AVE, ante el que anteriormente se mostraba ambiguo, y entre lo que le supondría enfrentarse a una movilización popular que ha demostrado tener un amplio apoyo de la sociedad murciana y mecha para 300 noches más. En una resolución aprobada hace semanas por la Asamblea Regional de Murcia, del PSOE-RM junto a Podemos y el apoyo de Ciudadanos, se instaba al nuevo ministro de Fomento para que el AVE de ninguna manera llegase en superficie a la ciudad.
Una rueda de prensa del nuevo delegado del Gobierno Diego Conesa, exalcalde de Alhama de Murcia, formalizó el anuncio que tantas noches se había peleado: el AVE llegará soterrado en 2020. La Plataforma en su cuenta de twitter escribía la ansiada palabra: “VICTORIA”.
Celebración y champán en las vías
Unos 5.000 vecinos llenaron la Plaza del Soterramiento, como ellos llaman al paso a nivel donde se han estado concentrando 309 noches sin faltar una. Pero esta vez a celebrarlo. Esta vez sin policía ni mordazas. No faltó nadie, ni la abuela Ana (la “abuela del Soterramiento”) con su banqueta, ni los “Vikingos”, ni los cientos de valientes que han sostenido una lucha por su barrio. Risas, abrazos, música, lágrimas… hasta sidra y jamón serrano.
Y la alegría cundió también en las redes, de punta a punta de España. Una ardua lucha como la de la Plataforma del Soterramiento no deja a nadie frío. Frente al muro que nos separa de los nuestros ¿quién se puede quedar indiferente?
El recelo frente a tantos años de promesas incumplidas parece casi natural, pero la lucha abnegada de estos murcianos de dinamita frutalmente propagada ha tomado fuerza de otras gentes de España a cientos de kilómetros. Un torrente de alegría compartida y de contagiosas ganas de luchar llega por las vías desde toda la piel de toro. La lucha del soterramiento de Granada dice que ellos serán los siguientes en festejar la victoria.
Solidaridad que nos hace conscientes de que es fundamental dar cada batalla por nuestros derechos y nuestros intereses. Cuanto más unitaria más fuerte. Organizada, mejor.
EL OTRO dice:
La otra tarde escuchaba una noticia referente a la típica demagogia de la izquierda socialdemócrata en el poder: decían sus voceros de la televisión de Estado, que «Revilla reivindica el AVE para Cantabria». Un chanchullo más, en mitad de tantas otras prioridades soslayadas, resulta que es presentado como si de una reivindicación popular se tratara. Y la izquierda, obviamente, acudirá a la escucha de tamaña «necesidad social»; igual que cuando los matarifes sindicales aplaudían la participación española en la destrucción de Libia, y el mismo PSOE se ponía a la cola para golpear de manera genocida a Iraq, Afganistán, Yugoslavia, Siria, Mali, Sudán… «Misiones de paz», dice la vox populi borreguil, pues es la izquierda la que envía a las fuerzas imperialistas. «Los vecinos» con necesidades y expectativas de «vecindario»: otra reificación más de la burguesía. Yo soy vecino de cada país oprimido y de cada latitud expoliada para que otras poblaciones sobre-consumamos ese plusproducto y ese plustrabajo enajenados, y ellos tienen la razón de su propiedad PRIVADA por otros (privilegiados privativos de los explotados y de los expoliados).