SELECCIÓN DE PRENSA INTERNACIONAL

El ascenso de China y la hegemoní­a norteamericana

La comunidad de inteligencia de los Estados Unidos ha reconocido que, en dos décadas, el país dejará de ser la potencia hegemónica única en el mundo. «Tendencias Globales 2030: mundos alternativos», escrito por el Consejo Nacional de Inteligencia de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional, ofrece previsiones de importantes acontecimientos mundiales en los próximos 20 años. Uno de los pasajes más importantes de este informe detalla cómo China es casi seguro que superará a Estados Unidos como primera potencia económica del mundo en algún momento antes de 2030.Sin embargo, el informe predice que ningún poder único otro se levantará para tomar el lugar de los Estados Unidos: «Con el rápido crecimiento de otros países, el ‘momento unipolar’ ha terminado y ningún país –ni EEUU, ni China o cualquier otro país– será un poder hegemónico».Esta predicción de un mundo multipolar es atenuada en parte por otra frase clave en el informe: «El poder de China ha aumentado de forma consistente más rápido de lo esperado».La comunidad de inteligencia de EEUU reconoce que China y EEUU pueden surgir como rivales igualados a lo largo de los próximos años – pero al mismo tiempo, China ha superado las expectativas previas de progreso económico, político y militar.Por supuesto, las proyecciones de la comunidad de Inteligencia de EEUU se deben tomar con prudencia. Recuerde, estas son las mismas organizaciones que no pudieron prever el colapso de la Unión Soviética o los ataques del 11-S. Muchos de estos «expertos» advirtieron de la grave amenaza que representaba las armas de destrucción masivas de Saddam Hussein en 2002. Sin embargo, «Tendencias Globales 2030: Mundos Alternativos» ha tenido en cuenta sólidos análisis de los actuales acontecimientos mundiales. Si bien el informe está sin duda determinado por la visión del mundo dominante en Washington, las tendencias generales de los documentos son bastante claras. La humanidad vivirá en un entorno cada vez más multipolar – y en un mundo cada vez más chino.El portavoz del Ministerio chino de Relaciones Exteriores, Hong Lei, destacó específicamente las conclusiones de este informe de inteligencia de EEUU. Hong prometió una eternamente benevolente China:“China inquebrantablemente seguirá un camino de desarrollo pacífico. El desarrollo de China tiene como objetivo hacer mayores contribuciones a la paz y el desarrollo de la humanidad, así como una vida feliz a su pueblo, en lugar abrumarle luchando por el dominio del mundo”.Este tema de la emergencia inherentemente pacífica y mutuamente beneficiosa de China es común en el discurso político chino y popular. Los chinos suelen contrastar la política exterior de su país con la intromisión y la agresión que ellos creen que ha sido inherente a otras potencias hegemónicas.En efecto, la afirmación de que China permanece en gran medida pacífica en tiempos en que dispone de gran poder en cierta y hunde sus raíces en realidades históricas. Los líderes chinos se han centrado tradicionalmente en la enorme tarea de mantener la estabilidad política y social interna en el vasto y populoso Reino del Centro.A las naciones extranjeras normalmente se les dejaba gestionar sus propios asuntos – siempre que simbólicamente reconocieran a China como el «hermano mayor» a través de donaciones anuales al emperador. El comercio prevaleció sobre los enfrentamientos militares. En los tiempos antiguos y modernos, las aventuras militares de China han estado en gran medida confinadas a sus fronteras inmediatas. Estos conflictos sirvieron a China para contrarrestar amenazas a la parte continental de China, así como para una lenta expansión de las fronteras del imperio.El portavoz de la cancillería Hong Lei también trató de restar importancia a las predicciones de la próxima preeminencia de China: «A pesar de los notables logros alcanzados desde la reforma y apertura, China sigue siendo el mayor de los países en desarrollo del mundo y tiene un largo camino por recorrer en el cumplimiento de la modernización socialista que nos hemos propuesto».Esta falta de énfasis en la fuerza creciente de China ha sido una característica constante de la política exterior china durante varias décadas. Deng Xiaoping, el líder chino que condujo a su pueblo hacia su moderno sistema económico, dio un famoso consejo a sus subordinados: «Ocultar su capacidad y medir su tiempo». Después de todo, el tiempo estaba (y está) del lado de China. China podría convertirse en la nación más poderosa del mundo mucho antes de que nadie se dé cuenta – incluidos los propios chinos.Las grandes potencias mundiales –especialmente Estados Unidos– pueden tomar medidas concretas para garantizar que el ascenso de China no va acompañada de una confrontación peligrosa e impredecible. En primer lugar, hay que evitar los insultos a la percepción que China tiene de sí misma. Una vez más, la poderosa China está impaciente por ganar lo que ve como su legítimo lugar como un respetado miembro de la comunidad internacional.El énfasis chino en el respeto significa que las críticas a la estructura interna política de China de Occidente (y especialmente de EEUU), son muy probablemente contraproducentes. La guerra en Irak, el uso oficial de la tortura, y el apoyo permanente de Washington a regímenes despóticos han hecho efectivamente obsoletas las críticas de EEUU a las políticas chinas a los ojos de la mayor parte de la población mundial.Por otra parte, cabe imaginar la reacción política doméstica si China empezara a condenar los procedimientos de Estados Unidos en materia de seguridad interna. Con toda probabilidad, esas críticas en realidad reforzarían las polémicas políticas de Estados Unidos, porque los líderes estadounidenses querrían demostrar su independencia frente a presiones externas malignas.Por otra parte, cualquier intento de EEUU de crear una «Organización del Tratado del Atlántico Norte en Oriente» para resistir conjuntamente las reivindicaciones territoriales chinas es casi seguro que fuera contraproducente. El gobierno chino y el público –tanto en la parte continental como en Taiwan– ven los territorios en disputa del Mar de China Meridional y las islas Diaoyu / Senkaku como parte integral de la nación china.Por lo tanto, el apoyo de EEUU a Japón, Filipinas y Vietnam es visto como una amenaza a la integridad territorial de China. Los líderes de China puede mantener una postura firme en estas disputas territoriales, mientras que al mismo tiempo defienden el «desarrollo pacífico», precisamente porque, a ojos de los chinos, estos territorios son simplemente otra parte de China.Por último, si las potencias interesadas quieren mantener una ascenso de China pacífico, deben fomentar el crecimiento económico de China y su estabilidad política. «Tendencias Globales 2030: mundos alternativos», específicamente advirtió que «muchos expertos creen que una China democrática también podría ser más nacionalista … los paralelismos históricos con otros ascensos de grandes potencias sugieren que la asertividad de China podría aumentar a medida que el crecimiento económico se desacelera y exista la necesidad de políticas domésticas para demostrar la posición de China en el mundo.»El liderazgo actual de China gana su legitimidad a través de su capacidad para mejorar permanentemente el nivel de vida del pueblo chino. Las principales amenazas para esta dinámica podrían desencadenar conflictos militares para definir las fronteras de China. Recuerde, los líderes de China siguen estando enfocados hacia el interior. Una guerra por las islas en el Mar del Sur de China sería menos sobre las mismas islas y más sobre la necesidad de unir a la población contra un enemigo extranjero.Hay señales de que Estados Unidos y China pueden acomodar un cambio importante en el equilibrio de poder mundial sin recurrir al antagonismo. Conversaciones recientes en el Pentágono entre Jim Miller, subsecretario de Defensa de EEUU, y Qi Jianguo, jefe adjunto del Estado Mayor General del Ejército de Liberación Popular de China, son un signo de respeto mutuo y los lazos entre los militares.Por otra parte, en una reciente reunión con el ex presidente de EEUU Jimmy Carter, Xi pidió a las dos potencias «acumular energía positiva». En esta reunión, el embajador de EEUU en China, Gary Locke saludó la posibilidad de cooperación entre Estados Unidos y China: «Muchos de los problemas globales no pueden y no se deben resolver sin la cooperación y la colaboración conjunta de los Estados Unidos y China trabajando en esos aspectos, lo que sin duda puede alejar la desconfianza y generar confianza.» Los conflictos pueden ser evitados si los Estados Unidos respetan a China y China evita avivar los temores de Estados Unidos. Hay poca historia de animosidad entre las dos potencias. Durante la mayor parte del siglo pasado, China y Estados Unidos fueron aliados, primero contra el imperialismo japonés y luego contra la influencia soviética. Además, hay grandes avenidas para la cooperación entre las dos potencias en temas que van desde el cambio climático global a la lucha contra el terrorismo, las finanzas internacionales y la seguridad marítima.Mientras China sea estable, cada vez más próspera, y más importante, respetada internacionalmente, hay pocos motivos para que EEUU tema compartir las responsabilidades de una superpotencia global con China. Sin embargo, queda por ver si los líderes de Estados Unidos están dispuestos a acoger a China como un igual – y mucho menos como un querido hermano mayor.

Deja una respuesta