El plan de ajuste contra la población -cuyo único objetivo es que el capital europeo se cobre sus deudas sin que ello suponga merma en los beneficios de la banca- parece no tener límites. Se han atrevido con una conquista social histórica, retrasando dos años le edad de jubilación. Y ahora empiezan a acumularse los recortes en terrenos sensibles como la sanidad. Esperanza Aguirre ocupa el papel de punta de lanza a la hora de imponer la tijera en los gastos sanitarios. Pero nos equivocaríamos si pensáramos que son «tics de la derecha más neoliberal». Los recortes sanitarios en Madrid forman parte de un proyecto general para cargar sobre la población la factura de la crisis, en el que están de acuerdo tanto Zapatero como Rajoy.
La comunidad de Madrid ha sido la avanzadilla en la rivatización de la sanidad. Todos los nuevos hospitales madrileños nacen ya bajo la gestión de aseguradoras privadas, sometiendo la salud de todos al beneficio de unos pocos.Ahora, Esperanza Aguirre parece volver a ocupar el papel de “desbrozadora”, abriendo el camino de los recortes sociales en terrenos sensibles como la sanidad.Son cada vez más los proyectos de salud pública ya acordados que se están suspendiendo bajo la bandera de la limitación del gasto.Empezó con las subvenciones a las ONG que se dedican a la prevención del VIH. Las entidades presentaron sus proyectos, como cada año, y esperaron una resolución. Que nunca llegó. En total 266.000 euros que no han recibido sus destinatarios. Pero el ahorro no se detiene ahí. La Consejería de Sanidad ha dejado caducar otras dos subvenciones, destinadas a proyectos de salud pública y prevención. Entre las dos suman más de medio millón de euros (548.000).Se utiliza la táctica del “silencio administrativo”. Se deja pasar el plazo para ejecutar las partidas de gastos sociales ya aprobadas y publicadas en el boletín oficial, y entonces se aplaza sine die la operación, a pesar de haberse presentado numerosas solicitudes.Se ha empezado por los proyectos que afectan a los sectores más débiles, como las madres sin recursos, pero la tijera amenaza con alcanzar a todos.No son “abusos de la derecha extrema”, personificada en la presidenta de la comunidad madrileña. La ministra de economía acaba de anunciar en la city londinense, uno de los centros neurálgicos del gran capital mundial, que recortarán todavía más el gasto público si los recortes ya anunciados no son suficientes para situar el déficit público por debajo del 3%. Pueden imaginarse que la tijera no va afectar a los planes de rescate bancarios, ni a las mulitmillonarias subvenciones a las eléctricas, sino a las partidas sociales como pensiones, educación o sanidad.El capital europeo y Botín marcan el camino, Zapatero lo ejecuta, y Esperanza Aguirre se destaca como avanzadilla a la hora de aplicar inmisericordemente los recortes.