Cargando...
Lleva unos días resonando la rueda de prensa del grupo Amaral y la ya famosa contestación a Rubalcaba. Aunque todo grupo desearía siempre que lo que esté en primer plano sea su trabajo que duda cabe que, en este caso, Amaral ha ganado cientos de fans, no por lo que cantan, sino porque sus letras son consecuentes con lo que dicen.
"Mira amigo, no me toques los huevos, las canciones son de todos". "Estamos agando muy bien a una gente que se dedica a hacer peleas escolares en el Congreso y en el camino te nombran a ti" “Es duro para un grupo popular no dejarse abducir por el poder y rechazar todo tipo de reconocimientos y participaciones en actos más o menos políticos”. "No voy a hacer una revolución con un disco, pero por lo menos no me utilices". El agua clara, y el chocolate espeso. Inmediatamente después Eva Amaral aprovechó para dirigirse al Movimiento 15-M. Su nuevo disco que todavía está “en el horno”, y que lleva por nombre “Hacia lo Salvaje”, nos permitirá escuchar "cierta ilusión" por el cambio en la política y no tener que vivir "la misma mierda de siempre hasta que me muera". "La gente ha salido a la calle porque llevábamos tiempo todos preguntándonos cómo podía ser que no saliéramos a denunciar este expolio" Su compañero subrayó que se está viviendo "algo histórico como pudo ser la caída del Muro de Berlín’, defendiendo al mismo tiempo toda una serie de transformaciones democráticas que coinciden con las del 15-M, como le pasa a la mayoría de la población: listas abiertas y romper la dictadura de los grandes partidos. Pero seguramente la mejor perla del grupo fue cuando el guitarrista y compositor Juan Aguirre acabó sentenciando: “La derecha y la izquierda no existen. Hay un partido único que se llama PPSOE. No son lo mismo, pero responden a los mismos mecanismos e intereses, los del FMI”. Que los artistas empiecen a hablar públicamente de esta manera quiere decir dos cosas: Primero que lo que el 15-M expresa ya existía desde hace mucho tiempo, de muy diferentes maneras y formas de expresión, en todos los ámbitos. Y en segundo lugar que las acampadas y movilizaciones han radicalizado la situación, extendiendo y ampliando el apoyo, así como la conciencia de que se pueden cambiar las cosas, si la gente se une y es consciente de dónde debe golpear… “los del FMI”. Pues lo que decíamos, el agua clara y el chocolate espeso.