Publicado el informe Intermón Oxfam sobre desigualdad en el mundo

El abismo de la desigualdad en el mundo

Lo confirman, cada año y de manera rigurosa, la ONG Oxfam en sus informes sobre la desigualdad. El capitalismo solo puede avanzar en una dirección: hacia concentrar gigantescas canidades de riqueza cada vez en menos manos, condenando a la inmensa mayoría de la humanidad al subconsumo o a la miseria.

La ONG Intermon Oxfam ha publicado un informe acerca de la desigualdad y la pobreza en el mundo. ¿Por qué si se genera cada vez más riqueza y suficiente para sacar de la pobreza al conjunto de la humanidad, aún hay cientos de millones de personas que pasan hambre o subsisten con lo mínimo?

La pobreza disminuyó en el mundo en las últimas dos décadas por el desarrollo de China y algunas zonas de la India. Desde que hace tres años Pekín anunciase que había acabado con la pobreza extrema en su país, culminando un proceso de ocho décadas (desde la Revolución) que sacó a 600 millones de la miseria, la cifra de pobres en el Planeta ha dejado de reducirse.

Además, como la minoría más rica cada vez acumula más, y la mayoria pobre cada vez percibe menor porcentaje de la riqueza generada, la distancia se amplía, y la desigualdad crece.

Desigualdad S.A. es el título del Informe Oxfam. Los números son demoledores (ver cuadro).

Cada vez se genera más riqueza, pero cada vez se concentra más, y a mayor velocidad, en menos manos.

Pobreza y desigualdad no son exclusivas del Tercer Mundo o de las naciones menos industrializadas. Ya en el prólogo del informe, Bernie Sanders (Senador, representante del ala izquierda del partido Demócrata norteamericano) escribía que: «Nunca antes en la historia de la humanidad un grupo tan reducido de personas había poseído tanta riqueza. Nunca había existido una desigualdad de ingresos y riqueza de esta magnitud. Nunca antes se había producido una concentración de la propiedad tan extrema, ni en la historia de la humanidad la élite de los milmillonarios había disfrutado de tanto poder político. En Estados Unidos, tres personas poseen más riqueza que la mitad de la población con menores ingresos, mientras que el 60% de las personas trabajadoras vive al día. A pesar del enorme aumento de la productividad de la fuerza laboral y del boom tecnológico, los salarios semanales reales del trabajador estadounidense promedio son más bajos (en términos reales de poder adquisitivo) que hace 50 años.«

La riqueza conjunta de los cinco hombres más ricos fue de 869.000 millones en 2023. Hay 4.800 millones de personas empobrecidas.

Y continúa el Informe: «Durante los primeros años de esta década, la riqueza conjunta de los cinco hombres más ricos del mundo se ha duplicado. Un patrimonio de más de 800.000 millones de dólares ¡en manos de tan solo cinco personas! Durante el mismo período, la riqueza acumulada de cerca de 5.000 millones de personas a nivel global se ha reducido.»

No solo crece la riqueza de los más ricos sino que hay un trasvase de la mayoría hacia la minoría, que está relacionado directamente con las ganancias financieras y empresariales. «El 82% de los beneficios acaban en manos de accionistas, quienes se encuentran en su inmensa mayoría entre las personas más ricas.»

El excedente de producción es cada vez mayor por el desarrollo de las fuerzas productivas; pero se monopoliza por cada vez menos propietarios del capital.

La porción de los ingresos que le corresponde a la mitad más pobre de la humanidad apenas ha cambiado, pese a que la producción económica mundial se ha triplicado con creces desde 1990.

Como constata el Informe: «Únicamente el 0,4% de las 1.600 empresas más grandes e influyentes del mundo se comprometen públicamente a pagar a sus trabajadores un salario digno y a abogar por el pago de salarios dignos en sus cadenas de valor.» ¿Cómo podía ser de otra manera? La contradicción básica que encierra el capitalismo es la que opone capital y trabajo asalariado, clase capitalista y clase obrera. No puede aumentar el capital sin aumentar la explotación, la expropiación de la riqueza generada al conjunto de los productores.

La concentración tan acerbada de la riqueza mundial no es la cuestión del patrimonio de un puñado de ricos, sino el fruto de la imposición del monopolio sobre la vida de todos.

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La banca y los monopolios

El capital aumenta, se incrementa y se concentra en el capitalismo, como certificara K. Marx al desvelar en sus estudios las leyes que rigen este modo de producción. A esta tendencia no escapa ninguna rama o sector económico.

«El aumento de la concentración en los mercados se observa en todos los sectores. Entre los años 1995 y 2015, 60 empresas farmacéuticas se han fusionado en 10 gigantes mundiales, conocidas como el Big Pharma. Dos multinacionales (que se han comido a otros 8 monopolios) son ya propietarias de más del 40% del mercado mundial de semillas…»

Estos gigantes surgidos de las absorciones empresariales dominan en exclusiva su mercado nacional y además son capaces de copar otros mercados en el resto de naciones, donde se imponen a los consumidores y a los productores. El libre cambio o la regulación por el mercado, hace tiempo que fueron totalmente abolidos.

Con ello «los beneficios se concentran en manos de un puñado de empresas: a nivel mundial, el 0,001% de las mayores empresas reciben aproximadamente un tercio de los beneficios empresariales totales«.

Tres grandes gestoras estadounidenses de fondos financieros gestionan cerca de una quinta parte de todos los activos bajo gestión en el Mundo.

Y el monopolio se reproduce en el sector bancario: un capital financiero que hiperconcentrado en cada vez menos bancos manda incluso sobre el capital industrial y el comercial.

«El 1% más rico de la población mundial posee el 43% de los activos financieros globales.» «Las “tres grandes” gestoras de fondos indexados (BlackRock, State Street y Vanguard) gestionan en total unos 20 billones de dólares en activos de personas, cerca de una quinta parte de todos los activos bajo gestión».

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Deuda

Romper con la losa de la deuda, una exigencia cada vez más extendida.

Y así los potentes estados imperialistas no solo imponen sus monopolios en los mercados de otros países, donde sus bancos se hacen acreedores de las empresas y ciudadanos, sino que son capaces de encadenar enteramente a las naciones con los préstamos financieros. Según datos de Naciones Unidas, en 2023, el conjunto de los países en desarrollo perdieron una cifra récord de 443.500 millones de dólares, entregada para amortizar su deuda externa pública y abonar intereses a los prestamistas.

Con los países empobrecidos por este mecanismo de extorsión, se agudizan las desigualdades que repercuten en la esperanza de vida y el acceso a servicios básicos, como la atención sanitaria, la educación, el agua…

«El imperialismo es la época del capital financiero y los monopolios que engendran en todas partes aspiraciones de dominio, no de libertad. Independientemente del sistema político, el resultado de estas tendencias en todas partes es la reacción y la intensificación de antagonismos en este ámbito.» «Los capitalistas reparten el mundo, no como consecuencia de su particular perversidad, sino porque el grado de concentración a que se ha llegado les obliga a seguir este camino para obtener beneficios; y se lo reparten «según el capital»; «según la fuerza»; otro procedimiento de reparto es imposible en el sistema de la producción de mercancías y del capitalismo.»

(El imperialismo fase superior del capitalismo. V.I. Lenin.)

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