El doble rasero de la UE

Duro con España, blando con Berlí­n

Mientras en España la UE ha impuesto la liquidación de la mayorí­a de las cajas, bajo la bandera de que el peso del sector público distorsionaba el «buen gobierno» del sistema financiero, en Alemania se permite la existencia de más de 400 cajas en propiedad de los gobiernos locales. Bruselas exige vender antes de 2017 la participación pública en Bankia, pero permite que el Estado francés acabe de aumentar su participación en Renault para asegurarse una posición dominante. Son solo dos ejemplos de la doble vara de medir que empuña la UE. Merkel nos impone draconianas «reformas» que Alemania se niega a aplicarse a sí­ misma. Y Bruselas considera inadmisible en España lo mismo que permite en Berlí­n o Parí­s. A través de las instituciones de la UE se nos impone un cada vez mayor control económico y polí­tico, que los grandes bancos y monopolios alemanes, franceses o norteamericanos utilizan para saquear nuestras riquezas.

La “reforma” impuesta por la UE o el FMI ha exigido la casi completa liquidación de las cajas de ahorros, que hasta hace pocos años controlaban la mitad del sistema financiero español. Alegando que su carácter público y la participación de los gobiernos autonómicos en su dirección “vició” su gestión hasta conducirlas a la quiebra.«Un sangrante ejemplo del saqueo que nos imponen los monopolios y bancos extranjeros, atraco amparado por la UE»

Sin embargo, en Alemania subsisten 426 cajas -las llamadas Sparkassen-, todas menos seis de carácter público y participadas por los gobiernos regionales o locales. Aunque son de reducido tamaño, la suma de sus activos supera a los del Santander y suponen un 35% del negocio bancario germano.

Nada ha dicho la UE sobre su continuidad. La banca pública local, que en España es considerada “una aberración”, es ensalzada en Alemania.

Merkel se ha cuidado de protegerla, utilizando para ello el poder de la UE. El nuevo modelo de supervisión bancaria europeo impone al BCE como mando único de la banca española, quedando reducido el papel del Banco de España al de mero ejecutor de las órdenes de Bruselas. Lo que permite al BCE imponer a la banca española draconianas exigencias de capital insalvables para los bancos medianos.

¿Cuantas cajas alemanas serán supervisadas por el BCE, como ocurre con el 98% de la banca española? ¡Solo una de 426!

Muchos analistas destacan que “Alemania exige a los demás países una disciplina muy rígida en cuanto a sus finanzas que ellos no están aplicando en su propia banca”. Utilizando las instituciones de la UE para esconder el agujero de las Sparkassen, que según los expertos podrían acumular cerca de 250.000 millones en activos tóxicos.

Pero no terminan aquí las “diferencias de trato” de Bruselas. La UE ha impuesto a Bankia la desinversión de todos sus activos industriales, y exige vender antes del 2017 la participación pública en su accionariado. Operaciones que, dado el estricto límite temporal, acabarán realizándose por debajo del precio real.

Pero sin embargo, Bruselas no dice nada cuando el Estado francés aumenta un 4,7% su participación en Renault, para asegurare una posición dominante en la alianza con la japonesa Nissan -también presente en el accionariado del monopolio galo-. El gobierno francés impuso la operación contra la opinión del consejo de administración de Renault. Pero eso no es para Bruselas “intromisión pública en la gestión empresarial”… porque es París y no Madrid quien lo hace.El caso más paradójico es el de Endesa, antiguo monopolio estatal de la electricidad, privatizado y entregado a Enel… una empresa pública italiana cuyo principal accionista es el ministerio de Economía.

Gracias a ello, Endesa ha sido desposeía de toda su división iberoamericana, comprada por Enel en una operación que no solo no le ha costado un euro sino que le ha permitido ganar miles de millones.

¿Cómo es posible? Muy sencillo. La Junta de Accionistas de Endesa -controlada por Enel, que posee el 92% de las acciones- acordó la venta a Enel por 8.252 millones de euros del 100% del capital de Endesa Latinoamérica. Y en la misma junta se aprobaron dos dividendos extraordinarios por valor de 14.600 millones, que multiplicaban por ocho el dividendo ordinario. Enel se quedó con el 92% de ese dinero repartido por Endesa. Es decir, Enel compró todos los activos de Endesa en Hispanoamérica… y ganó en la operación 5.180 millones.

Un sangrante ejemplo del saqueo que nos imponen los monopolios y bancos extranjeros, atraco amparado por la UE.

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