SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

¿Dulce rescate o agrio secuestro?

(…) El MEDE no podrá facilitar fondos directamente a la banca española hasta que el BCE asuma el papel de supervisor único del sistema bancario europeo (exigencia planteada por Merkel). Esta nueva cesión de soberanía nacional -ciertamente compleja y que requiere difíciles consensos entre los países de la zona euro- puede dilatarse en el tiempo muchos meses aún. Por ello, el rescate de la banca española comenzará a hacerse por la vía «clásica»: el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) concederá una línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros al fondo de rescate bancario (FROB), lo que elevará la deuda pública española hasta 10 puntos adicionales sobre el PIB. Esta nueva presión asociada al incremento de los intereses de la deuda tendrá que compensarse con más recortes sociales para que el déficit no aumente, tal y como recientemente ha anunciado el ministro De Guindos. Sólo una vez que el BCE asuma plenos poderes de supervisión el rescate se traspasará al MEDE y será posible la recapitalización directa de la banca (…)

Pero, aún incluso cuando se avance en la unión bancaria y fiscal y el BCE alcance plenos poderes de supervisión, el rescate a la banca española entrañará una dura condicionalidad. Aunque el crédito para recapitalizaciones bancarias se acabe traspasando al MEDE y el Estado español consiga desembarazarse de su papel de intermediario y avalista, la ciudadanía española perderá con este acuerdo el derecho a decidir sobre el futuro de su sistema bancario (…)

Las consecuencias del rescate de la banca española -con o sin recapitalización directa- serán amargas para las y los trabajadores y especialmente para las familias de rentas más bajas. La deuda contraída por las entidades financieras españolas con los bancos extranjeros, buena parte de ella vinculada al negocio inmobiliario, se pagará a costa de seguir cerrando quirófanos, despidiendo profesores y recortando derechos.

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