En muchas manifestaciones contra el genocidio en Gaza de estos días se escucha la consigna «Israel culpable, Europa responsable». Denuncian la ignominia de líderes europeos como Úrsula Von der Leyen, Rishi Sunak, Olaf Scholz, Emmanuelle Macron o Giorgia Meloni, que no sólo han cerrado filas con un Estado de Israel embarcado en un paroxismo homicida, sino que han tratado de prohibir o censurar las manifestaciones propalestinas.
Sin embargo, esta consigna de «brocha gorda» no se ajusta a las contradicciones de la política europea. En Europa -en sus instituciones, en sus gobiernos, y especialmente en sus opiniones públicas- hay muchas otras voces que claman contra los crímenes de guerra israelíes y exigen un alto el fuego inmediato.
Ante la invasión imperialista rusa de Ucrania -quitando al ultraderechista húngaro Viktor Orbán, cuyas complicidades con el Kremlin son de sobra conocidas- la posición de los diferentes gobiernos europeos fue prácticamente unánime, apoyando al país y pueblo agredido.
Sin embargo, ante la brutal agresión genocida que está perpetrando Israel en Gaza -un holocausto que en apenas 40 días ya ha causado más de 16.000 civiles muertos, más de la mitad mujeres y niños (más víctimas que en 27 meses de invasión de Ucrania), con miles de crímenes de guerra y violaciones sistemáticas de la Convención de Ginebra ricamente documentados, varios de los principales gobiernos europeos han decidido cerrar filas con el agresor, negándose siquiera a pedir un alto el fuego humanitario.
Sin embargo, esta bochornosa e hipócrita posición no es la de toda Europa. Otros gobiernos de la UE, entre ellos España, sí han elevado la voz contra la matanza de civiles, están exigiendo al cese inmediato de los bombardeos israelíes, y sí han apostado por la solución de los dos Estados y el reconocimiento de una Palestina independiente.
Los que apoyan al agresor
No es ningún secreto que Alemania, que su clase dominante y que sus élites políticas aún arrastran la mancha del holocausto nazi. Esa es una de las razones que explican que prácticamente todas las formaciones políticas germanas -desde la CSU/CDU, a los verdes y los socialdemócratas- cierren siempre filas de manera incondicional con Israel, aún cuando Netanyahu esté perpetrando los más horrendos crímenes de guerra. El canciller alemán Olaf Scholz ha llegado a decir -sin sonrojarse- que «Israel está actuando según el derecho internacional para defenderse». Y en la fachada de la sede de Los Verdes luce una enorme bandera de Israel.
Cero sorpresas tampoco con el apoyo sin matices al sionismo de gobiernos tan reaccionarios como el británico de Rishi Sunak o el italiano de Giorgia Meloni. El primero -como el canciller alemán- ha llegado a prohibir la exhibición de banderas palestinas y a exigir «mano dura» a la policía para reprimir las marchas contra la guerra en Reino Unido, que sin embargo son con mucha diferencia las más multitudinarias de toda Europa, con medio millón de personas manifestándose en Londres y otras capitales durante varias semanas.
En una posición proisraelí semejante encontramos a Austria y a Hungría. La posición de Macron es algo más farisea. También se ha prodigado en mostrar su respaldo a Netanyahu y ha prohibido y reprimido las manifestaciones… pero la diplomacia francesa votó a favor de un alto el fuego en la ONU. Nadar y guardar la ropa.
Los que piden el cese de los bombardeos y los crímenes de guerra
Contrastando con el vergonzoso apoyo sin fisuras de Úrsula Von der Leyen a Israel, el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha ido a Tel Aviv para decirle a sus mandatarios que «un horror no justifica otro» y que “todas las vidas valen lo mismo”, reprochándoles la muerte de “civiles inocentes, incluidos miles de niños” y acusándoles de violar el derecho internacional.
Otros gobiernos europeos también se han demarcado de sus pares de Londres, Berlín y París. El ejecutivo irlandés -una coalición entre conservadores, centristas y verdes- ha exigido un alto el fuego inmediato, exigiendo a Hamás que libere a los rehenes, y a Israel que deje de cometer crímenes de guerra, exigiendo que una comisión independiente investigue las violaciones de lesa humanidad de las IDF atacando hospitales. La ministra de Exteriores de Bélgica también ha exigido a Israel un «alto el fuego humanitario inmediato» en Gaza, donde «la prioridad es salvar a la población civil».
Los gobiernos de Portugal, Grecia, Polonia, Malta y Eslovenia también han pedido oficialmente el cese de los bombardeos y la apertura de corredores humanitarios. Otra voz destacada entre los líderes europeos que piden un alto el fuego inmediato ha sido la del presidente español, Pedro Sánchez, que en su discurso de investidura se comprometió a reconocer al Estado Palestino.