Escuela de Marxismo sobre filosofí­a

Dos concepciones del mundo, dos destinos enfrentados

En los dí­as 22 y 23 de Abril tuvo lugar la tercera escuela de marxismo de Unificación Comunista de España, la tercera de un ciclo de escuelas que tiene como fin la preparación del Tercer Congreso de UCE a finales de este año. Esta tercera escuela estuvo destinada al estudio y comprensión de la filosofí­a marxista, el materialismo dialéctico. Llamamos a todo el mundo revolucionario o progresista a participar en estas Escuelas de Marxismo, que se prolongarán durante todo el año, por la importancia que tiene su contenido.

El valor de la filosofía¿Pero por qué tiene importancia la filosofía? ¿Acaso no es más que una mera elucubración teórica separadas de la realidad actual y sin ninguna finalidad práctica? Nada de eso. Que se lo digan a Marx, que para poder desarrollar el materialismo científico, la ciencia que estudia las leyes objetivas del desarrollo y cambio de las sociedades humanas, primero tuvo que “liquidar cuentas con nuestra conciencia filosófica anterior” (palabras suyas escritas en el Prólogo a la Contribución de la Crítica a la Economía Política). O que se lo digan a Lenin, quien para poder combatir las posiciones empíricas de la socialdemocracia dentro del movimiento obrero en Rusia se vio obligado en 1908 a escribir un tomo de filosofía titulado Materialismo y Empiriocriticismo. O que se lo digan a Mao, quien tras la Larga Marcha en 1937 se encerró en Yenán para escribir Acerca de la Práctica y Sobre la Contradicción, dos textos filosóficos con los que combatía posiciones dogmáticas y metafísicas dentro del propio Partido Comunista Chino. Los tres supieron ver la gran importancia que tiene la filosofía y por ello la estudiaron y la aplicaron continuamente a la hora de desarrollar el marxismo. Porque la filosofía es siempre lucha de clases en el terreno de la teoría. «El materialismo permite el desarrollo y el avance de la ciencia. El idealismo, por el contrario, lo frena y paraliza»

Y lo ha sido desde sus inicios. Desde el origen de la filosofía, ésta se ha dado siempre en lucha, entre dos posiciones claramente antagónicas la una de la otra: el materialismo, que da prioridad a la materia a la idea (“el ser social determina la conciencia”, nos dirá Marx) y el idealismo, que invierte la relación, dando prioridad a la idea por encima de la materia (el famoso “Pienso, luego existo” de Descartes). Y lejos de ser un debate inocuo, tomar una u otra posición ha tenido a lo largo de la historia una u otra consecuencia. El materialismo es la concepción del mundo que permite el desarrollo mismo de la ciencia, gracias a afirmar que existe un mundo independiente de nuestra voluntad, que puede conocerse y transformarse si actuamos de acuerdo a las leyes propias de este mundo. En cambio, las distintas formas del idealismo han atacado continuamente esta concepción del mundo, ya sea porque es Dios quien mueve el mundo (según la Teocracia Feudal) o porque sólo nos es posible conocer aquello de lo que tenemos experiencia previa y tratar de ir más allá es dogmático. Lo que conduce a paralizar o frenar el desarrollo mismo del conocimiento científico.

Para que Marx pudiese entregar al mundo el materialismo científico, el conocimiento de las leyes de sucesión de los modos de producción, primero tuvo que aplicar la posición materialista en filosofía al estudio mismo de las sociedades humanas, algo que no se había hecho nunca antes. Frente a los historiadores previos, que consideraban que la historia se movía por la religión o por las ideas avanzadas de los hombres, Marx supo ver en La Ideología alemana como “el primer hecho histórico es, por consiguiente, la producción de los medios indispensables para la satisfacción e estas necesidades, es decir la producción de la vida material misma”. Marx antepuso la materia a la idea en el conocimiento de las sociedades humanas, y gracias a ello, pudo entregar a la humanidad la ciencia que desentraña las leyes mismas de la historia.

La filosofía ahora¿Pero cuál es la posición mayoritaria en la izquierda, con respecto al marxismo? Pues que es un pensamiento dogmático, superficial y torpe, incapaz de dar respuestas a la continuidad de luchas que se dan hoy en día. Posición que nace del llamado Post-marxismo, una corriente de pensamiento que tiene su nacimiento en teóricos de filosofía política como Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, influye en políticos tan relevantes como la dirección de Podemos y cuyo punto de partida explícito es deconstruir el marxismo, ya que su “determinismo economicista” y su “esencialismo de clase” no permite comprender la complejidad de un mundo tan cambiante y convulso como el actual.

El Post-marxismo ataca los principales pilares del materialismo científico. Por ejemplo, Laclau afirmará que la explotación económica (que en el capitalismo se da con la extracción de la plusvalía) no es en sí misma antagónica, y que el antagonismo sólo se da si el proletariado se resiste a esa explotación. O lo que es lo mismo, un crimen sólo es tal si la víctima se defiende ante el criminal. También se afirmará que las ideas políticas no están determinadas por la economía, como vendría a demostrar Marx, sino que estas gozan de autonomía. Y que no es la posición objetiva dentro de la sociedad donde coloca a cada individuo en una clase social u otra, sino que es su práctica y su conciencia lo que delimita quien realmente es: si una mujer se siente oprimida por ser mujer y lucha por los derechos de la mujer será feminista, si alguien se preocupa por el medio ambiente y lo defiende será ecologista, etc. En todas sus posiciones, el Post-marxismo antepone la idea a la materia, la conciencia a la realidad. Es, en consecuencia, una corriente de naturaleza idealista. «Al anteponer la conciencia antes que el ser, el Post-marxismo está adoptando en los hechos una posición idealista»

¿Y cuáles son las consecuencias prácticas que tiene ahora defender esta posición idealista? Si el punto de partida es deconstruir el marxismo, el punto de llegada es la liquidación de todo partido marxista leninista. Si la explotación ya no es antagónica y si la lucha de clases no es el motor de la historia ya que el protagonismo lo tienen los diferentes movimientos sociales que están por encima de conceptos como clase social, una organización que se proponga acabar con la explotación y organizar al proletariado para ello carece ya de sentido. Lo que hay que hacer, nos dirán los Post-marxistas, es un movimiento político capaz de aglutinar a todas las diferentes luchas con el fin de alcanzar una mayor radicalización de la democracia, fin máximo al que se puede aspirar. En otras palabras, reconducir toda la fuerza de la rebelión popular en un objetivo asumibles por las clases dominantes en cuanto que no cuestionen los fundamentos de su explotación económica, lo que ya fue acusado en su día por Marx y Lenin como reformismo.

Esto no es nuevo. Ya en los años 80, el PTE-ORT, la organización marxista-leninista pensamiento Mao Tse Tung mas grande de España, se disolvió de pronto, esgrimiendo en su disolución argumentos como los que hoy nos siguen repitiendo el Post-marxismo hoy en día ¿Acaso hace falta más pruebas para comprobar cómo la filosofía juega un papel fundamental en la lucha de clases? Por todo esto, llamamos a todos a participar en las próximas escuelas de marxismo, y comprender definitivamente que la filosofía no es una mera interpretación del mundo, sino la concepción del mundo que nos lo permite transformar.

2 comentarios sobre “Dos concepciones del mundo, dos destinos enfrentados”

  • Como no sabí­a dónde escribir ésto,lo escribo aquí­: ¿qué va antes,el Estado o las clases?.Según el materialismo filosófico de Gustavo Bueno,va antes el Estado que la formación de clases,te pone el ejemplo de Shaka zulú,que formó un ejército y un imperio acojonante partiendo de la tribu de los zulúes,que no estaba todaví­a divida en clases

Deja una respuesta