Urkullu contra Ibarretxe:

Dos almas en guerra

¿Qué puede motivar al presidente del partido a cargar contra su candidato a sólo un mes de las elecciones? Íñigo Urkullu, actual presidente del PNV, ha lanzado una auténtica bomba contra Ibarretxe con unas impactantes declaraciones. Lo ha hecho en un libro recién publicado «Memoria de Euskadi» en el que se entrevista a 32 polí­ticos vascos.

Y aunque ráidamente han escenificado la reconciliación con un abrazo público ante las cámaras, la división en el seno del PNV se agudiza.La guerra entre las dos almas –la pragmática y posibilista y la etnicista y dogmática- no cesa de agudizarse desde que en julio de 2007 el anterior presidente del partido, Josu Jon Imaz, abriera fuego manifestando públicamente su oposición a la hoy fracasada consulta soberanista de Ibarretxe. El sector afín al lehendakari acusa a Urkullu de hundir la campaña electoral y le pide que se vaya a casa, pero la pregunta es ¿por qué? Y el propio Urkullu contesta a un parte del problema. Según el actual presidente del PNV, Arzalluz entregó el partido a Ibarretxe que ha tenido, hasta ahora, las manos libres para hacer y deshacer a su antojo obviando el cambio de poder que se dio en el seno del PNV cuando Imaz consiguió desplazar al candidato elegido por Arzalluz. Imaz ayer y Urkullu hoy representan el alma pragmática que viene abogando por un cambio de línea cuyos puntos nodulares son: – Abandonar el fracasado proyecto del referéndum –calificado por Urkullu como “aventura personal” de Ibarretxe. – Un cambio de alianzas rompiendo los vínculos con el entorno de ETA-Batasuna y volviendo a reconstruir puentes con el PSE, abandonando la estrategia de las “dos orillas” –nacionalistas no nacionalistas- formulada por Ibarretxe. – Restablecer la “bicefalia”, es decir, la separación de poderes entre el ejecutivo vasco y el partido de forma que Ibarretxe no pueda erigirse como la única voz autorizada de los nacionalistas. El PNV se enfrenta a las elecciones más difíciles de su historia: con el simulacro de referéndum fracasado, sin EA, con la casi seguridad de que no tendrá marca electoral de Batasuna en la que apoyarse y sobre todo con la pérdida de un tercio de su apoyo electoral, el principal partido vasco puede pasar por primera vez en 30 años a la oposición. Hasta aquí le ha conducido el delirio político de Ibarretxe y Arzallus. Las declaraciones de Urkullu vienen a poner de manifiesto que tirar a Ibarretxe ha pasado a ser también el objetivo de la actual dirección del PNV, aunque el precio a pagar sea la lehendakaritza.

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