Televisión

Dí­as sin Luz

«Esta es una pelí­cula que lo que nos permite es recordar en voz alta, algo que fue real y que no deberí­a de volverse a repetir», así­ habla Juan José Cortés, padre de la niña, que ha supervisado el guión del filme, colaborando así­ en la creación de un relato fiel. La pelí­cula huyó del morbo del crimen en sí­ mismo, y se centra en el sufrimiento de una familia humilde, y en la cruzada que están llevando a cabo para reformar el deficiente sistema judicial que propició el asesinato de su hija.

Los crímenes que más sacuden a la oinión pública, son cada vez más rápidamente llevados al terreno de la ficción. No es extraño que el público se sienta atraído por conocer los sucesos dramáticos que pasan a su alrededor, antes que por la invención de un guionista americano. Lo más interesante de la TV-movie emitida ayer por Antena 3 es la intencionalidad con la que se ha huido del sensacionalismo vacío, y se ha asumido con valentía la elaboración de un documento, que pese a estar trabajado desde la ficción, se adentra en las preguntas que dejó abiertas el caso. Aunque Días sin Luz se centra en el dolor de la familia Cortés y en la lucha del padre de Mari Luz por encontrar y encerrar al asesino de su hija, también pone al descubierto la ineficacia del sistema judicial, que lleva a Juan José Cortés a cuestionar públicamente las penas impuestas a pederastas y asesinos. También pone de relieve la participación de los vecinos del barrio donde residía la familia Cortés en la búsqueda de Mari Luz, que se volcaron de lleno por encontrarla, retratando con fidelidad la tenacidad y el ejemplo de cooperación que se produjo en el popular barrio andaluz. El director y guionista, Antonio Hernández (Los Borgia y El menor de los males), ha pretendido trasladar la lucha, el dolor y el coraje de la familia Cortés a una narración delicada y sutil, pero fidedigna. Según Hernández, se trata de una recreación "alejada del morbo", que toma como ejemplo el género del docudrama para ofrecer una visión sobre un hecho real. Parece inevitable la tendencia a apresurarse en trasladar las páginas de sucesos a las producciones de ficción. Pero es en este caso tremendamente útil la proliferación de este tipo de productos, que luchan contra el olvido y la impasividad, y que se fundamentan en el respeto y apoyo a las víctimas, y no en la popularidad de los asesinos.

Deja una respuesta