Corresponsalí­a Navarra

Despilfarro y negigencia en Tafalla

El desilfarro de las Administraciones Públicas es sangrante. Las empresas públicas en muchos casos son gestionadas con negligencia, cuentas y planes en los que parece que el dinero público, el de todos poco importa. Lejos de crear empresas que den un servicio a los ciudadanos y que salden cada año con riqueza que aportar a las arcas públicas, se realizan proyectos que no parten de ajustarse a las necesidades ciudadanas, sin tener en cuenta el precio de cada cosa, y terminando el año con un déficit, que si de una empresa privada se tratara, estaría pensando en echar cerrojo.En la localidad navarra de Tafalla, la empresa pública municipal Ciudad Deportiva de Tafalla cierra el año con un déficit de nada más y nada menos que 270.000 euros. Pero lejos de pararse a pensar en dar una solución de un cambio de gestión, unos recortes en gastos superfluos o una propuesta de viabilidad, una vez sacadas las cuentas, se pasa a hablar sobre el Plan de Seguridad y Salud de las piscinas de la ciudad deportiva, que queda aprobado por una cuantía de 1.133.407 euros y un plazo de ejecución de siete meses. Sin hablar sobre ninguna alternativa pasan por alto las cuentas sangrantes para endeudarse un poco más, no ellos claro, para endeudar a los ciudadanos.Lo más grave de los números ya no es tan solo el déficit, es el porcentaje salvaje que nos dan las cuentas. Se trata de unas entradas de 87.295 euros y unos gastos de 355.375 euros. Esto significa que es una empresa que se gasta cuatro veces más de lo que ingresa ¿Algún empresario dejaría pasar una sola hora de brazos cruzados ante estas cuentas? Desde luego que no, es una verdadera locura, es una garrapata que se nutre de endeudarnos a los ciudadanos. Un control férreo sobre las empresas públicas es necesario, y con la crisis es de una urgencia apremiante, porque lo que en un principio de pone en manos de los políticos se convierte en una garrapata más para los vecinos, en vez de empresas rentables cuyos beneficios reviertan en mejoras en las condiciones de vida de la gente, en este caso de Tafalla.La rentabilidad de las empresas públicas tiene que ser desde ser competentes y no con la orientación que actualmente tienen de sangrar a los ciudadanos en recaudación y recortes. La pasividad con la que los políticos hacen cuentas de los despilfarros y siguen adelante como si nada pasara es una situación generalizada en la que un cambio radical es necesario, porque si se puede salir de la crisis, pero hay que querer hacerlo, ya que si la riqueza que tiene el Estado se pusiera al servicio de la creación de riqueza y empleo productivo, a salvar nuestro tejido industrial para que sea competente, a la reinversión del capital tire del carro haciendo rentables las empresas públicas y privadas, es el centro de poder salir de la crisis, recortando el despilfarro del dinero público de todos, para que se invierta en beneficios para todos.

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