Cargando...La familia del policía asesinado Eduardo Puelles, por medio de su hermano, el ertzaina Josu Puelles, ha expresado, sincera y profundamente, la «gratitud eterna por el apoyo a esta familia desgarrada» y por «el comportamiento ejemplarizante» de las instituciones, que esperan que «sirva de guía a futuros Gobiernos». Lo nuevo, e importante, es que ha incluido al lehendakari, al consejero vasco de Interior, a la presidenta del Parlamento vasco, a la televisión pública vasca, a la Ertzaintza y «sobre todo» a la «inmensa mayoría de la ciudadanía vasca». Como hoy ha declarado la siempre valiente y sabia Maite Pagazaurtundua, «quien no está con el asesinado, está con el asesino» porque hace falta «que entiendan, primero, el enorme valor de deslegitimación del terrorismo que tiene una persona inocente expresando una verdad irreprochable».
Esta conducta ejemlar de las instituciones y organismos vascos es el resultado del cambio iniciado tras haberse desalojado a Ibarretxe y su camarilla étnica de Ajuria Enea. De los cambios que se han dado en la presidencia del Parlamento vasco, en la EiTB (la tele vasca), en la policía vasca. Cambios exigidos por la inmensa mayoría de la ciudadanía vasca. Hubiera sido totalmente diferente con los siniestros políticos de corazón de hielo ocupando el gobierno vasco. Pero como ha señalado nuestra admirada e insistente Maite Pagazaurtundua, presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, “aún hay muchas capas de fanatismo en la sociedad vasca que hay que ir quitando”. Se necesita “una práctica continuada en el tiempo”. Estamos de acuerdo. Venimos insistiendo en que hay que persistir en desmontar completamente el régimen étnico basado en el terror, el miedo y el silencio. Acabar con su entramado, sus aledaños y sus vericuetos. Porque como se ha empezado a demostrar, y se demostrará con toda su fuerza, terminar radicalmente con la dominación que ha ejercido la camarilla nacionalista excluyente durante años sobre el País Vasco es la clave para derrotar a ETA y erradicar el terrorismo.