Arquitectura El nuevo templo del tenis

Decisión polí­tica, éxitos deportivos y arquitectura

El origen de los éxitos del deporte español ya queda lejano. La distancia permite ver con perspectiva como se prepara un paí­s para estar en la élite en un determinado campo, en este caso el de juego. La reciente visita del COI en la candidatura de Madrid para los juegos olí­mpicos de 2016 muestra los estrechos ví­nculos que guarda la polí­tica, el deporte y la arquitectura.

Recientemente se ha visto a Gallardón, a Zaatero e incluso al Rey apoyando la candidatura de Madrid. Pero el gran apoyo no ha sido la foto, sino el gran desembolso que las instituciones están realizando para que España pueda continuar en la cabeza de la élite deportiva mundial, recientemente alcanzada.Para ello, lo primero es una fuerte inversión en infraestructuras que permita desarrollar al deporte de elite en toda su dimensión. Tanto funcional como simbólica.El arquitecto Dominique Perrault ha sabido entender perfectamente lo que quería la clase política española y lo ha materializado en su proyecto la Caja Mágica, el nuevo templo del tenis en Madrid. No solo es el estadio más moderno y con mayores prestaciones del mundo (permitiendo cubrir y descubrir tres pistas) sino que además con sus tres inmensas cubiertas móviles, se reclama como símbolo tecnológico del deporte del siglo XXI.Perrault, con su vanguardista construcción, nos habla de una realidad y de una aspiración. La realidad, ser la imagen de una España que pertenece a la primera fila deportiva mundial. La aspiración, que Madrid se convierta en una de las ciudades más modernas e influyentes del planeta.Además, la intervención está dentro de un conjunto mucho más amplio, que incluye el parque fluvial del manzanares, también desarrollada por el mismo arquitecto. Parece que los políticos han aprendido de los éxitos y fracasos de otros grandes eventos como Barcelona 92 y la expo de Sevilla, y el proyecto busca renovar la ciudad más allá de las fechas de los juegos olímpicos.Lo que parece innegable es que tanto los éxitos del deporte español, como la apuesta de los políticos en ellos, siguen en pleno auge. Y en consecuencia, las nuevas infraestructuras deportivas, siguen creciendo. Pero, tal cual está el panorama económico actual, solo cabe preguntarse, ¿hasta cuándo?

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