Daumier, el Miguel Ángel de la caricatura

Tal dí­a como hoy nació el caricaturista Honore Daumier. Vivió la Revolución, la Comuna y la guerra franco-prusiana. Participó activamente en la Comuna de Paris y entró en contacto con cí­rculos socialistas. Sus caricaturas grotescas desnudan los criminales sucesos y a su clase polí­tica. Daumier no perdonó a nadie ni reyes, ni jueces. Abogados y médicos eran blanco de sus burlas y muy especialmente el Rey Luis Felipe de Orleáns. Sus caricaturas sobre el monarca le valieron la cárcel. Tubo que comparecer hasta en 20 procesos judiciales. Admirador de la figura del Quijote y Sancho, les dedicó numerosas de sus litografí­as. Sus litografí­as pueden compararse a las de su admirado Goya, o a las de Rembrandt y Durero

Fue reconocido y admirado or poetas malditos como Baudeleire y ensalzado por escritores como Henry James. Tomó siempre posición de la mano del pueblo. Admiró la figura de Don Quijote dedicándole numerosos trabajos. Se relacionó con Corot y con el escandalizador Felicien Rops. La caricatura es un arte difícil, especialmente la modalidad que desarrolla Daumier. Normalmente se coge a un personaje, y se exageran los rasgos físicos. Eso es caricatura menor. El caricaturista de verdad no toma como modelo los aspectos externos del sujeto, sino sus características internas, morales y psicológicas, y las describe mediante la deformación.Daumier trazaba directamente sobre la piedra litográfica, sin dibujos preparatorios, su dominio del dibujo era admirable, domina perfectamente la técnica de la litografía. Balzac decía incluso que Daumier tenía a Miguel Ángel “debajo de la piel”.La caricatura roba el sueño a los poderosos, porque los dibuja tal como son, grotescos. Por eso la vigilan y temen. Una vez se instaló la censura en Francia evitó la caricatura política y se dedicó a ridiculizar las convenciones y costumbres de la sociedad. En 1848 se promulgó la llamada Ley de Septiembre por la que se prohibía todo tipo de caricaturas, Daumier se volcó entonces en la pintura. Su sátira política en tiempos de revolución se enmascara en estampas costumbristas o en referencias literariasDurante 40 años vivió del periodismo, pero, a pesar de ello, la historia del periodismo lo ignora. Por lo demás, la caricatura no es considerada un género periodístico. No se conoce, en el mundo, ningún autor que hasta su época hubiera tenido una presencia tan fuerte, tan rica plásticamente y tan incisiva en el periodismo de humor.