El enviado especial de Estados Unidos a Medio Oriente, George Mitchell, aseguró este sábado a Siria que Estados Unidos busca una paz general en la región entre Israel, los palestinos y el resto de las naciones árabes, según declaró en rueda de prensa después de un encuentro en Damasco con el presidente sirio Bashar Assad. Buscamos la paz entre palestinos e israelíes, entre Israel y Siria, entre Líbano e Israel y la plena normalización de los vínculos entre Israel y sus vecinos árabes, afirmó Mitchell, quien llegó el pasado viernes a Damasco como parte de un viaje que se enmarca en su gira por la región que lo ha llevado a visitar Israel, los territorios palestinos, Jordania y Egipto. Asimismo, Mitchell abordó las relaciones bilaterales con el presidente sirio, muy dañadas durante el anterior gobierno de Bush.
He tenido rofundas discusiones con el presidente Assad. Buscamos continuar estos esfuerzos con miras a establecer relaciones basadas en el respeto y en el interés mutuo. Estados Unidos cuenta con seguir con este diálogo, indicó en un comunicado.Siria tiene que desempeñar un papel integral a la hora de alcanzar la paz global en el área y Estados Unidos quiere construir sobre ese esfuerzo mejores nexos con Damasco, dijo. Somos conscientes de las dificultades que nos esperan. Pero compartimos la obligación de crear las condiciones para que las negociaciones empiecen en el plazo más breve posible y concluyan con éxito, destacó el enviado.Mitchell es el funcionario de mayor rango que visita el país desde que las relaciones entre Estados Unidos y Siria se deterioraron a raíz del asesinato del primer ministro libanés Rafiq Hariri, en 2005, del que Washington y otros responsabilizaron a Damasco. El gobierno estadounidense ha retomado conversaciones con Siria desde que el presidente Barack Obama fue investido en enero.El mandatario Assad resaltó que las constantes de la política siria son la búsqueda de la paz justa y global basada en las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, 242 y 338, que exigen la retirada total israelí de los Altos de Golán, un enclave estratégico en la frontera entre Siria, Líbano e Israel que el Estado de Israel ocupó y se apropió tras la guerra con los árabes de 1967.Además, el gobierno sirio aspira a que Estados Unidos suprima las sanciones al país impuestas por Washington al recriminarle a Damasco que acoge en la capital isiria a líderes de la resistencia palestina de Hamas y a otros grupos palestinos considerados como organizaciones terroristas, por respaldar a Hezbollah en Líbano y porque supuestamente ayuda a los insurgentes a infiltrarse en Irak.El veterano negociador de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) Saeb Erekat rechazó en Ramallah la propuesta israelí de establecer un Estado palestino en Cisjordania y Gaza con fronteras temporales, luego de que el presidente israelí Simon Peres declaró en la víspera que se podría aceptar esa condición con su vecino. «Esta opción se barajó en la segunda fase del mapa de ruta pero fue descartada luego que nos opusimos a ella», señaló al referirse al plan de paz internacional aceptado por las partes en 2002. Agregó que Israel está amañando dicho plan al ofrecer fronteras provisionales antes de que se fijen los límites en forma definitiva.Erekat afirmó que los comentarios de Peres suponen un retorno al cambio de condiciones, en lugar de aplicar los compromisos de cada parte de manera equitativa sobre el mapa de ruta, que es apoyado por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y Naciones Unidas, pero que se ha estancado ante los avances de los asentamientos israelíes en Cisjordania.Ante las presiones del gobierno de Obama para que Israel congele los asentamientos en Cisjordania y se siente a negociar sobre el futuro Estado palestino, para este domingo está previsto que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu pronuncie su primer discurso desde que tomó posesión en marzo, para presentar la política que seguirá su gobierno derechista en materia de relaciones exteriores y, sobre todo, de paz y seguridad en relación con Palestina y el mundo árabe.La aproximación de Washington a Damasco se produce también después de que el régimen de Bachar al-Assad protagonizará gestos para romper su aislamiento por Occidente, e iniciara el año pasado un proceso de negociaciones indirectas con Israel a través de Turquía. El objetivo de ese proceso es la devolución de los Altos del Golán que Israel ocupó en la Guerra de los Seis Días de 1967, desde la que ambos países permanecen formalmente en estado de guerra. Siria también tiene bastante que ganar en las conversaciones con la Casa Blanca.Siria ha ejercido históricamente una fuerte influencia -e injerencia- en los asuntos de Líbano, y hay firmes sospechas de que el régimen sirio estuvo detrás del magnicidio del presidente libanés Rafic Hariri, prooccidental y opuesto a Damasco. Sin embargo, guste a Washington o no, Siria es vital para la estabilidad de Oriente Medio, y aunque su magnitud sea menor que la de Irán, Damasco podría dificultar seriamente los planes norteamericanos de retirada ordenada de Irak, vitales a su vez para poder acometer el refuerzo de Afganistán.