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Cumbres: Latinoamérica derrota a Iberoamérica

La Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) de La Habana, bajo la presidencia de Raúl Castro, está resultando un triunfo político no solo para el régimen de los Castro (Fidel se ha reunido también con casi todos los mandatarios) sino también como un foro exitoso que ha dejado heridas de muerte la cumbres Iberoamericanas que lideraba el Rey de España con colaboración de Portugal. El triunfo de la cumbre CELAC para La Habana se ha visto completado con el anuncio de la UE de poner en marcha un nuevo acuerdo con Cuba retirando las restricciones que la UE impuso a la isla hace años a petición de José María Aznar.

Asimismo, este éxito de la CELAC constituye un fracaso de la diplomacia de los Estados Unidos y de aquellos países que se habían sumado al bloqueo comercial de Cuba impuesto por el gobierno de Washington, con el argumento de la defensa de los derechos Humanos que en la Cuba brillan por su ausencia. Pero peor es la situación de los Derechos Humanos en China y allí los EEUU no solo no practican el bloqueo comercial, sino que se han convertido en los primeros clientes del régimen comunista chino, como lo son también de la Rusia de Putin y de las dictaduras medievales del Golfo Pérsico.

El caso es que la CELAC se ha convertido en una potencia como organización, haciendo buena la llamada doctrina Monroe de ‘América para los americanos’, en su versión latinoamericana o hispanoparlante. A pesar de que en los Estados Unidos hablan el castellano más de 50 millones de habitantes, Washington no fue invitado a la cita de La Habana como tampoco lo ha sido Canadá en esta cumbre que ha reunido a 31 países del total de los 33 de la CELAC. Solo faltaron El Salvador porque está en elecciones, y Panamá por el incidente del barco cubano con armas descubierto en el Canal de ese país. Además de los 31 países han asistido a la reunión el secretario general de la ONU Ban Ki-moon, que se ha deshecho en elogios de Fidel Castro, y el de la OEA José Miguel Insulza, lo que ha completado el éxito de la convocatoria.

Un triunfo que va en menoscabo de las cumbres Iberoamericanas que pusieron en marcha España y Portugal y que presidía el rey Juan Carlos -salvo la última por su enfermedad-, que se han ido diluyendo hasta llegar al fracaso de la más reciente convocatoria de Panamá a la que solo acudieron 12 países -España y Portugal incluidos- de los 22 invitados. Lo que se reveló como un gran fracaso. Y a no perder de vista en todo esto el incidente entre el rey Juan Carlos y el desaparecido Hugo Chávez en Chile cuando el monarca español dijo al venezolano aquello de ‘¡por qué no te callas!’, lo que fue tildado de acto ‘imperialista’ por algunos de dirigentes latinoamericanos.

La crisis económica de España y Portugal, frente a las naciones pujantes y emergentes de Latinoamérica, también ha influido en el deterioro de las cumbres Iberoamericanas, así como influyó de una manera determinante el acercamiento de Aznar a Washington y su apoyo explícito al bloqueo de Cuba tanto desde España como desde la Unión Europea. Un grave error de la diplomacia hispana que ahora paga las consecuencias, y un deterioro de esa relación global de España con Latinoamérica al que tampoco son ajenos los problemas que sufre ahora la Corona española y los casos de corrupción en la Familia Real.

En todo caso, España debe reflexionar sobre lo ocurrido ahora en La Habana con la cumbre de la CELAC y replantear desde ahora mismo su estrategia bilateral y global con los países de habla española del continente americano, sacando así las pertinentes consecuencias e intentando reaccionar y recomponer el gesto y la posición española en esas latitudes tan importantes y queridas en nuestro país.

Los promotores de la CELAC son los países más progresistas de América Latina y especialmente el fallecido ex presidente de Venezuela.

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