Cuestión de supervivencia

«Todas estas alarmas se multiplican exponencialmente para España. Según Eurostat, la tasa de paro de nuestro paí­s, desestacionalizada, asciende hasta el 19,4% de la población activa, y en el caso de los menores de 25 años, ese porcentaje ronda el 44%: casi uno de cada dos jóvenes en edad de trabajar está desempleado. Estos porcentajes, en sí­ mismos, son explosivos, pero mucho más si se analizan en forma de tendencia a largo plazo».

Cuando se habla de la salida de la crisis económica hay que contemlar las secuelas que dejará en las sociedades. Y entre esas huellas se manifiestan los cuatro millones largos de parados (el doble de cuando empezó la Gran Recesión); el más de un millón de personas que ya no reciben seguro de desempleo alguno; los 368.000 parados que reciben la paga escoba de 420 euros mensuales (durante seis meses), cuando han agotado su protección social; o los 1,5 millones de cotizantes a la Seguridad Social que ya han dejado de serlo. (EL PAÍS) EL CONFIDENCIAL.- Los agentes económicos, y no digamos la gente, no parecen todavía conscientes del desastre que se avecina, y creen o quieren seguir creyendo a un Gobierno para quien la mentira es su única estrategia. Ningún país del planeta tiene un modelo de Estado donde la parte del gasto de gobierno sea sólo la tercera parte del resto de administraciones; donde se haya fragmentado el mercado interior de tal forma que existen más barreras interiores que exteriores; donde exista un funcionario o similar por cada cinco ocupados –uno por cada 15 en la UE o por cada 36 en EEUU–. Ningún país civilizado tiene un sistema bancario con la mitad de los activos en manos de políticos regionales y sus amigos. Tampoco existe sistema bancario alguno cuya deuda supere en 50 veces sus beneficios anuales oficiales,y no digamos los reales. En ningún país desarrollado el nivel de endeudamiento de familias y empresas alcanza más del doble del PIB, y supera en un 40% a todo su ahorro. En resumen, lo peor está por llegar. A fin de 2010, la situación económica será insostenible y al borde de la suspensión de pagos, y con una distribución de la riqueza escandalosamente desigual, que nos acerca cada día más a una sociedad dual, con la clase media en proceso de liquidación. Opinión. El País Cuestión de supervivencia Joaquín Estefanía En la comparecencia conjunta que tuvieron el presidente del Consejo Europeo (Van Rompuy), el presidente de la Comisión Europea (Durão Barroso) y el presidente de turno de la Unión Europea (Rodríguez Zapatero) el pasado viernes, los tres insistieron en que defender el modelo social europeo, caracterizado por el Estado de bienestar, es "cuestión de supervivencia". El más enfático fue el belga Van Rompuy, para quien la primera necesidad de Europa, en esta coyuntura, es un crecimiento económico que preserve el modelo de vida europeo. Es ésta una idea muy querida para Felipe González (de quien Jorge Semprún decía ayer que es uno de los pocos líderes europeos que quedan en activo). González siempre ha pensado que para disponer de un modelo social hay que tener dinero para financiarlo, y que sin lo último no es posible lo primero. ¿Se puede mantener -o aumentar, para que los millones de nuevos inmigrantes accedan a él- el Estado de bienestar creado en la posguerra, con un crecimiento anémico, tasas de déficit público muy importantes (en algunos países, superiores a dos dígitos) y un paro que está a punto de llegar al 10% de la población activa de la zona, y en un entorno demográfico de envejecimiento creciente de la ciudadanía media? Éste es el círculo que ha de cuadrar la UE de los próximos años. Según los datos recientemente proporcionados por la Oficina de Estadísticas de la Comisión, la UE tiene ahora casi 23 millones de parados en su seno, un 9,5% de la población activa. Según las últimas previsiones de la Comisión, el paro crecerá hasta el 10,7% en el año en curso y subirá cerca del 11% en 2011, porque el crecimiento económico será muy escaso (0,7% en 2010 y 1,5% en 2011). Todas estas alarmas se multiplican exponencialmente para España. Según Eurostat, la tasa de paro de nuestro país, desestacionalizada, asciende hasta el 19,4% de la población activa, y en el caso de los menores de 25 años, ese porcentaje ronda el 44%: casi uno de cada dos jóvenes en edad de trabajar está desempleado. Estos porcentajes, en sí mismos, son explosivos, pero mucho más si se analizan en forma de tendencia a largo plazo. En la crisis de los años noventa, España llegó a tener una tasa de paro del 24,5% en el año 1994; sólo 13 años después, en el segundo trimestre de 2007, esa tasa llegó a bajar hasta el 7,95% y se puso en porcentajes similares a la media europea. Se necesitaron casi 13 años para entrar en la Europa del empleo y ello creciendo a tasas superiores medias al 3% anual del producto interior bruto. El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, declaró la semana pasada que España crecerá por encima del 2% en el año 2012, que el mercado laboral empezará a recuperarse a finales de este año y que no se creará empleo neto hasta 2011, pero que España no volverá a porcentajes cercanos al 8% de paro hasta "dentro de cinco años". Quizá la economía española se ha hecho mucho más flexible que en los noventa, pero si se siguiera la graduación de esos años, nuestro país no tendrá un 8% de paro hasta la década de los años veinte. ¿Pesimismo o realismo? Cuando se habla de la salida de la crisis económica hay que contemplar las secuelas que dejará en las sociedades. Y entre esas huellas se manifiestan los cuatro millones largos de parados (el doble de cuando empezó la Gran Recesión); el más de un millón de personas que ya no reciben seguro de desempleo alguno; los 368.000 parados que reciben la paga escoba de 420 euros mensuales (durante seis meses), cuando han agotado su protección social; o los 1,5 millones de cotizantes a la Seguridad Social que ya han dejado de serlo. ¿Se puede mantener un Estado de bienestar europeo con las tasas de paro, los porcentajes de crecimiento y el déficit público español? Nuestro reto es cualitativamente diferente al de la media europea, y sobre ello debe centrarse el debate de la política económica interna. No sobre si estamos a punto de dejar la recesión para crecer unas décimas, ni sobre si se deben bajar los impuestos en una coyuntura imposible para hacerlo, so pena de agravar los desequilibrios. Cuestión de supervivencia. EL PAÍS. 11-1-2010 Opinión. El Confidencial De previsiones y mentiras Roberto Centeno (…) Los agentes económicos, y no digamos la gente, no parecen todavía conscientes del desastre que se avecina, y creen o quieren seguir creyendo a un Gobierno para quien la mentira es su única estrategia. Las previsiones oficiales sobre 2009, tanto del BdE como del Gobierno fueron de una mendacidad absoluta. Según el BdE, la tasa de paro bajaría del 10,2% al 9,2%, mientras que el PIB, que había caído ya al 1,8% interanual, subiría al 2,1 %. Y don Miguel Ángel se quedó tan ancho. En los PGE 2009, PIB, 1%; tasa de paro, 12,5%; necesidades netas de financiación del Estado, 28.500 millones de euros. Realidad oficial con datos a noviembre: PIB, -4%; tasa de paro, 19,4% (Eurostat); necesidades netas financiación Estado, 126.000 millones de euros. Jamás en la larga historia de la hacienda española y del BdE, se había mentido tan masivamente. Realidad pura y dura: PIB, -7%, estimado por la variación del consumo de gasóleo automoción y por los componentes de la oferta y la demanda; tasa de paro, añadiendo los colectivos excluidos, a mayor gloria de Zapatero, 22,6%. Problemas específicos Aparte la crisis general, en España existen problemas específicos sin cuya solución previa cualquier recuperación es imposible. Ningún país del planeta tiene un modelo de Estado donde la parte del gasto de gobierno sea sólo la tercera parte del resto de administraciones; donde se haya fragmentado el mercado interior de tal forma que existen más barreras interiores que exteriores; donde exista un funcionario o similar por cada cinco ocupados – uno por cada 15 en la UE o por cada 36 en EEUU-; donde un volumen de gasto público, equivalente al 7% del PIB, sea puro despilfarro, y donde la corrupción institucional y personal haya alcanzado niveles tan escandalosos. Ningún país civilizado tiene un sistema bancario con la mitad de los activos en manos de políticos regionales y sus amigos, que lo utilizan a su antojo. Un modelo esencialmente corrupto e incompatible con el mundo actual, pero que increíblemente va a más y no a menos. Tampoco existe sistema bancario alguno cuya deuda supere en 50 veces sus beneficios anuales oficiales,y no digamos los reales. En ningún país desarrollado el nivel de endeudamiento de familias y empresas alcanza más del doble del PIB, y supera en un 40% a todo su ahorro, y lo que es peor, mientras el proceso de desapalancamiento está casi terminado en la mayoría de países, en España apenas ha comenzado. Tampoco ningún país tiene el sistema energético en manos de monopolios privados –la electricidad y el gas van a subir más de un 20%, no la ridícula cifra que proclama el Gobierno- ni un sistema de distribución que multiplica por cinco o más el precio de los productos agropecuarios desde el origen, ni tampoco un mercado laboral tan rígido y profundamente injusto. Previsiones 2010 En la economía real, los hechos esenciales cara a 2010 son: crecimiento imparable del gasto de las AAPP y reducción de la renta disponible de las familias, devastada por el paro, los incremento brutales de tasas e impuestos de todo tipo, y por la subida desbocada de todos los servicios esenciales. En la financiera, la incapacidad del sistema bancario para amortizar su deuda, casi 90.000 millones en 2010; para absorber una morosidad creciente, más del doble de la oficial, y para seguir ocultando mucho tiempo más una situación de quiebra. Resulta inaudito que el BdE haya permitido dar beneficios de más de 16.000 millones en 2009 al sector, y en lugar repagar deuda, han refinanciado más de 80.000 millones con aval del Estado. En varios bancos cotizados, los especuladores están apostando por su hundimiento. ¿Y cuál es la situación de partida? Mucho peor que hace un año, primero por el hundimiento de las cuentas públicas y la nula voluntad de CCAA y Ayuntamientos a reducir su despilfarro; luego porque la industria y los servicios, después del atisbo de recuperación durante el verano, han vuelto a caer, particularmente en noviembre, y no muestran signo alguno de recuperación, y finalmente, por un nivel de endeudamiento de familias y empresas que supera todo lo imaginable. ¿Y las cifras? Las necesidades netas de endeudamiento, que son las que miden el agujero real de las cuentas públicas, ascendieron en 2009 a 172.000 millones de euros o el 16,6% del PIB, 126.000 del Estado. En 2010, la estimación del Estado, dada la infravaloración de numerosas partidas, como subsidios de desempleo o intereses de la deuda, y la sobrevaloración de ingresos, basada en previsiones delirantes del consumo y la inversión, es de 200.000 millones, y lo realmente demoledor, casi todo estructural, ¡la mitad del gasto se financia ya con deuda! Para el resto de AAPP y empresas públicas, si el próximo día 28 el Gobierno no logra un compromiso real de reducción de gastos y sigue autorizando sin mirar todas las peticiones de endeudamiento que se le presentan, éste superará los 60.000 millones –46.000 en 2009-, en conjunto unas necesidades de financiación netas de 260.000 millones o el 25,1% del PIB, que llevarán el ratio deuda/PIB al 93% a fin de año, lo que supondrá rebajas de “rating”, y dificultades graves para financiar tan enorme masa de gasto estructural, consecuencia de un modelo de Estado inviable e intrínsicamente corrupto. Y en cuanto al paro, está creciendo en más 180.000 personas mes, y ello sin tener en cuenta las trampas del efecto Caldera y otras varias. El paro registrado ha sido de más de 50.000 personas, en noviembre y diciembre, pero han sido suprimidos de las listas de demandantes de empleo los parados inscritos en el Programa Temporal de Protección por Desempleo, más de 100.000 al mes, 368.000 hasta final de noviembre, aparte 15.000 autónomos/mes que tampoco figuran como parados. Da igual cuantos parados oculte la EPA clasificando a más de 500.000 jóvenes como inactivos, la realidad es un paro actual superior al 22% y al 27% a fin 2010, más de 6 millones de parados. Enero será particularmente dramático, con un paro registrado que superará probablemente los 150.000, o 250.000 sumándole los parados eliminados del Programa Temporal. Y termino, no hay espacio para valoraciones sectoriales, pero si mencionar el desplome de la construcción. Con cifras oficiales manipuladas, el número de viviendas iniciadas cayó un 47,2% en el tercer trimestre respecto al segundo, lo que significa que en 2010 se iniciaran menos de 100.000, algo realmente inaudito. Al contrario que en el resto de países, la situación es dramática. Los precios de la vivienda deben bajar entre un 30% y un 50 % adicional, algo que los bancos con la permisividad del BdE están impidiendo. En resumen, aunque la cifras y previsiones del INE y el BdE se ajustarán como siempre a las necesidades de Zapatero, apoyando, como antes de las elecciones generales, sus afirmaciones más delirantes, e ignorando que la caída del PIB del cuarto trimestre es superior a la del tercero, lo peor está por llegar. A fin de 2010, la situación económica será insostenible y al borde de la suspensión de pagos, y con una distribución de la riqueza escandalosamente desigual, que nos acerca cada día más a una sociedad dual, con la clase media en proceso de liquidación. EL CONFIDENCIAL. 11-1-2010

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