Bob Marley

Cuando los nadies dijeron basta

Tras la publicación de «Catch a Fire», en los conciertos de Bob Marley los rastafaris ofrecí­an a los hippies de clase media enormes cigarrillos de marihuana con una mano, mientras con la otra les vaciaban los bolsillos. Quisieron crear una nueva estrella negra, pero crearon un lí­der del Tercer Mundo.

Seguramente una de las limitaciones de Marley fue uno de sus mayores orgullos, ser jamaicano. La excolonia fue enviada a los infiernos y convertida en un criadero de obreza y degradación. Cualquier transformación política siempre resultó una empresa titánica incomparable.Pero Bob consiguió colocarse en el punto de mira de la CIA. No era un pacífico rastafari según el prototipo. Consiguió templar las fuerzas políticas jamaicanas y construir un sentimiento patriótico en torno a una religión ancestral de origen etíope. Incluso tras la reconciliación nacional seguía llamando a su principal adversario político, el primer ministro jamaicano Edward Seaga, “CIAga”.La CIA incluyó a Marley en su lista de "los más vigilados" y el embajador norteamericano en Jamaica llegó a confesarle a Blackwell, presidente de Island Records, que Estados Unidos temía que Marley pudiera "desestabilizar" la situación política de todo el Caribe. Como respuesta, Marley cantó en "Rat Race" (del disco “Rastaman Vibration”): "El Rasta no trabaja para ninguna CIA".Y sin embargo empezó como su isla, siendo nadie. Blackwell siempre contó que al enterarse de que The Wailers estaban en Londres corrió a buscarlos, aunque dicen las malas lenguas que se quedaron sin pasaporte y sin dinero, y que la policía les había incautado unas pequeñas dosis de marihuana llegadas desde Jamaica. Acudieron desesperados buscando la ayuda de Blackwell.Jimmy Cliff era el único músico de reagge de Island, hasta que rompió su contrato. Al parecer el sello tuvo que contar con ellos pese a la fama de camorrista callejero de Marley. Tan solo cuatro mil dólares bastaron para que Bob Marley grabara “Catch a Fire” y se catapultara en poco tiempo hacia la fama internacional.En blanco y negroBob nació en 1945, hijo de un padre blanco y una madre negra. Rechazado por su padre que acabó abandonándolos para irse a EEUU, y repudiado por los negros que “no querían sangre blanca en sus casas”, Marley solía resumir el racismo en Jamaica en una sencilla frase: “el hombre blanco consigue a la hembra negra y la preña”. Quizás su venganza personal fue la de tener 14 hijos de diferentes mujeres, blancas y negras.Durante años The Wailers fueron saqueados literalmente y utilizados como mamporreros musicales, componiendo y cantando para otros, firmando contratos estafa en los que cedían los derechos de todas sus canciones y perdiendo lo que no tenían. Justo antes de que Blackwell les ayudara a despegar, Marley contó con la ayuda de Alan Cole, un íntimo amigo y exjugador de fútbol, para contratar a un pequeño ejército de jóvenes gangsters jamaicanos que se aseguraban de que la música de The Wailers sonaba en las radios locales.“Catch a Fire” significó el principio del fin de los originales The Wailers, pero con ella Bob hizo magia incorporando sonidos del rock, del funky y del soul al reagge. Perdió el apoyo de los puristas jamaicanos y el de algunos de sus viejos compañeros, como su antiguo maestro Tosh, “por diferencias raciales y espirituales”, pero ganó la admiración del mundo entero. A partir de “Natty Dread”, disco en el que Bob dio un salto cualitativo en la radicalidad de sus posiciones políticas, The Wailers ya eran solo Bob. Bob “el pacífico”Hasta la firma con Island, Bob Marley vivía en la comuna de Trench Town, renunciando a la privacidad, a la propiedad y a las puertas con llave. Después se mudó a una mansión colonial que convirtió en su cuartel general, junto a la del primer ministro, convirtiéndola en una especie de comuna de la que disfrutaban músicos y familia, reservándose para él una sola habitación.En 1974, cuando la radio JBC se negó a pinchar el single "Road Block", el viejo amigo Cole y Marley hicieron una visita a las instalaciones acompañados de dos adolescentes “protegidos” de Bob. Cuentan que mientras uno balanceaba un bate de béisbol y el otro un machete, Marley hablaba "sensatamente" con los responsables de la radio.No es que Marley tuviera dos caras, es que una de ellas se la han inventado. Bob Marley era hijo de los suburbios de una excolonia destrozada por el expolio de la metrópolis. Defendía la paz, pero no el pacifismo, y ningún mojigato debería sentirse engañado por los exabruptos de un curtido “gallo de pelea” jamaicano.Dos de sus managers sufrieron esta aparente contradicción. En 1980, Marley se enteró de que su manager Don Taylor lo estafaba y lo apaleó delante de todos los Wailers. Años antes descubrió que Perry, uno de sus primeros managers e íntimo amigo, le había engañado con el contrato… lo molió a patadas y se fue con un puñado de billetes. Con el honor salvado, su amistad siguió su curso como si nada hubiera pasado.La realidad es que Marley llegó a amasar una enorme fortuna que regaló día a día. Cuenta su mujer que se hacían colas de amigos que acudía a pedir dinero y que nunca se iban con las manos vacías, llegando a repartir hasta 40 mil dólares en un solo día. Cuando lo enterraron no tenía ni un solo bien a su nombre, y solo poseía un anillo que le había regalado Haile Selassie, presidente de Etiopía.La mansión de Bob era el único sitio en el que los jóvenes de los suburbios podían esconderse de la policía. Actuaba como mediador en todo tipo de conflictos en la isla y si un gangster caía preso iba a sacarlo a la cárcel.La isla de los “nadies”Por aquel entonces se acercaban las elecciones en la isla y las letras de Marley, y algo de poder, que duda cabe, le habían convertido en un blanco de primer orden. A parte de ser acusado de “agitador”, era vigilado por las relaciones de algunos de sus músicos con el gobierno cubano de Fidel Castro. Mientras el gobierno del Partido Laborista, títere bananero de la CIA, prohibía las canciones de The Wailers, Bob cantaba: “El sistema está matando a la gente, así que tenemos que matar al sistema”.Siete pistoleros tirotearon a Bob, a su mujer Rita, y a Don Taylor. Nunca se conoció la autoría. Unos dicen que fue una jugada del Partido Nacional del Pueblo, con el que Marley también se había enfrentado, pese a que en el momento del ataque cinco guardias del PNP franqueaban la puerta; otros hablan del más que probable intento de asesinato del Partido Laborista-CIA, y unos pocos del poco probable ataque de un grupo de gangsters. Desde luego nunca sabremos el resultado que hubiese tenido para todo el Caribe permitir que un ejemplo como el suyo se desarrollase en una isla como Jamaica.Después del ataque Bob tocó ante 80 mil personas, con un tiro en el brazo y otro en el pecho. Incapaz de tocar la guitarra, Marley empezó el concierto con un tema titulado “War” (guerra). Aunque no volvió a residir en Jamaica, un año y medio después organizó un concierto en el que consiguió que los líderes del PNP, que había arrasado en las elecciones, y del Partido Laborista, se estrecharan la mano en el escenario.Bob Marley murió de cáncer a los 36 años por la degeneración de una herida en un pie. Celebró con sus canciones la independencia de varios países africanos y osó utilizar la música para retar al Imperio con un pequeño ejército de gangsters rastafaris. Con Bob los jamaicanos se atrevieron a decir basta y a soñar con una canción que hablara de la independencia de su isla, hablando de la del mundo, pues su casa era tan pequeña que no cabía su revolución. Una pequeña isla de “nadies” que siendo reyes de los suburbios conquistaron el corazón del Tercer Mundo, convirtiéndose en un símbolo para todos los pueblos del mundo.

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