Miles de hombres, mujeres y niños. Muchos jóvenes, pero también familias enteras. En un sólo día, más de 8.000 personas -más que la suma de todas las que llegaron en 2020, 2019 y 2018- han llegado a la ciudad autónoma de Ceuta desde Marruecos. Los migrantes han cruzado a nado el espigón de la playa del Tarajal, o se han colado a través de las vallas, alentados por la total pasividad de la policía marroquí. El gobierno ha desplegado el Ejército para tratar de detener las entradas irregulares. Unas 4.000 han sido devueltas «en caliente» al otro lado de la frontera.
Ceuta, España, y la frontera sur de la Unión Europea han vivido el martes 18 de mayo la mayor crisis migratoria que se recuerda. Hasta tres unidades del Ejército de Tierra se han desplegado en la madrugada del martes en Ceuta. Una crisis de la que, al cierre de esta edición, no se vislumbra la solución.
Al ordenar a sus policías de frontera una total pasividad y permisividad, el régimen marroquí ha utilizado a miles de migrantes -de seres humanos desesperados por la pobreza, la miseria y la falta de expectativas- para chantajear a España con una crisis migratoria. La pandemia ha agudizado sobremanera la aguda crisis socioeconómica que desde hace años vive Marruecos, una insostenible situación más grave aún en poblaciones como Castillejos, aledaña a Ceuta, donde gran parte de su población lleva un año sin poder trabajar en la ciudad autónoma o hacer porteos de mercancías.
El origen de esta crisis migratoria no es ningún secreto. El mismo día del inicio de la crisis migratoria, la embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, ha asegurado que en las relaciones entre España y Marruecos «hay actos que tienen consecuencias, y se tienen que asumir». Se refería de forma nada velada a la decisión de España de prestar atención médica al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. Se trata de un chantaje en toda regla, a una agresión política descarada.
Desde que en los últimos días de su mandato -y rompiendo con las resoluciones de la ONU y las más elementales reglas de la legalidad internacional- la administración Trump respaldara la falsa soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, a cambio del pleno establecimiento de relaciones diplomáticas del régimen alauita con Israel, el régimen de Mohamed VI ha elevado insoportablemente la presión para que los países de la UE hagan lo mismo. Las bravatas de Rabat le han llevado incluso a enfrentarse con Alemania, dado que uno de los parlamentos regionales, el länder de Bremen, se atrevió a ondear una bandera saharaui con motivo del 45 aniversario del nacimiento del Frente Polisario y en solidaridad con su exigencia de autodeterminación.
Se trata de un chantaje en toda regla, para que España y la UE imiten la decisión de Trump de reconocer la soberanía marroquí del Sáhara Occidental.
Ahora la presión es sobre España, la ex potencia colonial del Sáhara Occidental y el país que debería estar cumpliendo con la legalidad internacional, promoviendo el referéndum de autodeterminación que dejó de realizar al retirarse de este territorio en 1975. Al contrario que el pueblo español -donde por todas partes florece la solidaridad con la causa saharaui- los distintos gobiernos españoles, desde F.González, se han «olvidado» de sus compromisos con el Sáhara, y llevan décadas contemporizando con el régimen semi dictatorial de la monarquía alauí, en aras de los compromisos «comerciales» o «de seguridad» de España.
La osadía marroquí tiene poderosos padrinos… al otro lado del Atlántico
¿Cómo es posible que un país como Marruecos demuestre esta insolencia con potencias del Segundo Mundo, como Alemania o España? Porque el régimen alauita cuenta con poderosos valedores internacionales, con el respaldo de dos grandes centros de poder, la superpotencia norteamericana y el imperialismo francés. De hecho es impensable que Rabat haya decidido provocar semejante crisis migratoria en Ceuta sin consultarlo -sin recibir primero el plácet- tanto de París como de Washington.
Así lo ha advertido uno de los más avezados periodistas de nuestro país, Enric Juliana: «Hay un hilo invisible que conecta Gaza con Ceuta. Marruecos ha sabido leer el momento: la Administración Biden está desbordada por los acontecimientos en Gaza y necesita apoyos. Y ha sabido leer la debilidad política del Gobierno español después de las elecciones en Madrid. El secretario de Estado norteamericano Antony J. Blinken ha llamado hoy al ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita. Tema: Israel y Palestina. EEUU necesita apoyos árabes para apagar el incendio de Gaza»
«Estados Unidos necesita a Marruecos no sólo en el ajedrez de Oriente Medio. Marruecos hace tiempo que se ofrece a albergar bases militares y su activismo panafricano interesa a Washington frente a China. Marruecos es bastión de Occidente en África. La finalidad última de la maniobra marroquí, no lo pasemos por alto, es conseguir que la Administración Biden ratifique el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara occidental que efectuó Donald Trump cinco minutos antes de instigar el asalto al Capitolio», tuitea Juliana, que añade «España debe ahora movilizar en serio a la diplomacia europea -¿puede?- puesto que Ceuta y Melilla son frontera de la UE. Quizá el error marroquí en este episodio haya sido enseñar las uñas también a Alemania».
maonesa dice:
Pues la sociedad española, a través de sus organizaciones sociales, culturales y políticas deben presionar ya y de forma enérgica, para reconocer de una vez por todas la soberanía del pueblo saharaui sobre su propia tierra. Reconocimiento ya de la República del Sáhara. Recortes Cero debería hacerlo, y animar a otras organizaciones de nuestro país lo hagan ya.
No es tolerable, con amigos poderosos o no, que ese semi dictador criminal utilice como su padre «escudos humanos», a la gente más pobre de su país, maltratada por el régimen de su propio país. Esta nueva marcha verde es una afrenta a los derechos humanos más básicos, y un intolerable ataque a nuestro país y a la UE. El rey alauita está sediento de más millones de financiación. Es como un impuesto «revolucionario» que cobra a la UE y a España cada vez que le interesa por motivos geopolíticos. En esta ocasión, su deseo de anexionarse oficialmente (con reconocimiento internacional) de una tierra que no es suya. Viva el Sáhara libre. Abajo el reyezuelo dictador de Mohamed VI. Fuera EEUU de nuestro país. Fuera la OTAN. Contundencia del gobierno español, ya. Y apoyo a la población que está sufriendo la crisis, tanto en Ceuta como esos «parias» que ya sufren un régimen dictatorial y que vienen engañados por su rey corrupto.
María Renedo yanguas dice:
Los conflictos diplomáticos ,nunca son tan simples ni sencillos.de la política exterior y los acuerdos económicos dependen muchas cosas ,aunque no lo parezca.y en política la torpeza ,es un error.ningun país debe aceptar chantajes.pwro en política,hay una enorme diferencia entre hacer las cosas discretamente,y meter la pata por no saber hacer las cosas.y el gobierno no lo ha hecho bien