Se puede acabar con el paro y el empleo precario creando 300.000 empleos produtivos, vincualdos a la reindustrialización de Andalucía, la innovación tecnológica y el desarrollo de las nuevas energías.
Casi un millón de andaluces están en el paro. Según la EPA la tasa de paro es del 23,1% y afecta al 47,3% de los jóvenes. Y el empleo que se crea es precario y temporal.
Para acabar con esta situación es necesario vincular la solución del paro y la precariedad a una política activa de reindustrialización, a la modernización del tejido productivo frente a la venta al capital extranjero, como ha ocurrido con Deoleo y Abengoa; y a la apuesta por nuevos sectores industriales conectados a las nuevas energías y la industria agroalimentaria.
No ha sido la falta de recursos lo que ha traído la desindustrialización, sino la dependencia del capital extranjero, el sometimiento a los dictados externos y la falta de voluntad política de los gobernantes.
Con voluntad y decisión política se pueden crear 300.000 puestos de trabajo productivos, de calidad y sostenibles actuando en dos frentes.
La creación de un Fondo Especial para el Fomento del Empleo, de 10.000 millones de euros aportados por los bancos que operan en Andalucía y que se han beneficiado del rescate bancario.
Y una actuación contra el paro y el subempleo en el campo andaluz con políticas de apoyo a la cooperativización y la concesión de ayudas para poner en marcha nuevas explotaciones y modernizar las existentes.
Una política de precios en origen y de canales de distribución autónomos del control que ejercen los grandes monopolios y cadenas de distribución.
Impulsar la industria agroalimentaria y la transformación de los productos en las zonas de producción.
Actuar contra la despoblación rural, planes de formación y la promoción del campo como una opción de empleo para los jóvenes.
Poner las ayudas de la PAC, aproximadamente 1.600 millones de euros anuales, al servicio de la producción real, la formación de jóvenes y asentar las poblaciones rurales.